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Cien años de Horacio Guarany: homenajes con alma folclórica en Santa Fe y Alto Verde

La ciudad de Santa Fe y Alto Verde celebran el legado de Horacio Guarany, a cien años de su nacimiento, con homenajes, música en vivo, danzas y un documental comunitario.

Este 15 de mayo se cumplen cien años del nacimiento de Eraclio Catalín Rodríguez Cereijo, más conocido como Horacio Guarany, una de las voces más potentes y emblemáticas del folclore argentino. Nacido en Las Garzas, al norte de Santa Fe, y profundamente ligado al barrio Alto Verde, donde vivió varios años y dejó una huella entrañable, Guarany no solo se convirtió en un ícono popular por su canto y su pluma, sino también por su compromiso con las causas sociales, su pasión política y su amor profundo por la tierra.

Hijo de un obrero forestal y una madre descendiente de españoles, Guarany fue una mezcla de sangre, fuego y ternura. Su historia personal, como la de tantos otros artistas de su generación, estuvo marcada por la migración interna, el trabajo duro, la bohemia, la censura, el exilio y la vuelta. Cantó en tabernas, escenarios humildes y teatros colmados. Y en todos los lugares fue igual: voz firme, guitarra en alto y un mensaje directo al corazón.

A lo largo de su carrera grabó más de 50 discos, escribió novelas, poesías y hasta protagonizó películas. Algunas de sus canciones, como Si se calla el cantor, La guerrillera, Guitarra de medianoche o Cuando ya nadie te nombre, se volvieron himnos. Su repertorio supo combinar la belleza lírica con la denuncia social, el romanticismo con la resistencia.

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Dueño de una presencia imponente y una voz inconfundible, Horacio Guarany recorrió escenarios de todo el país con canciones que aún hoy emocionan.

Dueño de una presencia imponente y una voz inconfundible, Horacio Guarany recorrió escenarios de todo el país con canciones que aún hoy emocionan.

En los años más duros de la represión, Guarany fue perseguido, censurado y forzado al exilio. Vivió en Venezuela, México y España. Pero siempre volvió. Y cuando regresó definitivamente a la Argentina, lo hizo como lo hacía todo: cantando. Nunca se calló, ni siquiera cuando muchos le pedían que bajara el tono o se guardara sus opiniones.

Ganador de premios Gardel, SADAIC, Konex y homenajeado en los principales festivales del país, Guarany también fue un personaje entrañable fuera del escenario: dueño de una sinceridad brutal, con fama de gruñón pero generoso, y profundamente querido por sus pares. En sus últimos años se retiró a su casa en Luján, donde fundó una peña, cultivó su jardín y siguió escribiendo.

Murió el 13 de enero de 2017, a los 91 años, pero nunca del todo. En cada guitarreada, en cada fogón, y en cada recuerdo familiar, la voz de Guarany sigue sonando. Como él mismo decía: “Cuando me muera no quiero llanto, ni que me lloren, quiero que canten”.

Y hoy, a un siglo de su nacimiento, la Argentina canta por él.

Santa Fe lo recuerda con danza, música y cine

El legado de Guarany trasciende las canciones y se proyecta también en los territorios. Por eso, la Municipalidad de Santa Fe organiza este jueves 15 de mayo a las 13 horas un homenaje en el Hall del Palacio Municipal (Salta 2951), con la participación de Roberto Pipy Rivero y el ballet del Instituto Santafesino de Danzas, dirigido por Ariel Irfán. El cierre musical estará a cargo de Gastón Farías. La propuesta busca recuperar la dimensión cultural y popular del cantor, desde una mirada local y colectiva.

Además, el sábado 17 de mayo, de 16 a 20, se realizará el Festival Horacio Guarany en el Club Atlético Central Alto Verde, un barrio profundamente vinculado al cantor, que vivió allí durante años y fue parte activa de su comunidad. En esas calles humildes y frente al río, Guarany encontró inspiración, amistad y abrigo. Hoy, sus vecinos lo recuerdan con orgullo y afecto.

La jornada contará con música en vivo, feria de emprendedores, propuestas gastronómicas y la proyección del documental comunitario “Latidos del Territorio. Edición Alto Verde”, producido en diálogo con vecinas y vecinos del barrio. La actividad es libre, gratuita y con un pedido especial: llevar sillón o reposera.

A cien años de su nacimiento, Horacio Guarany vuelve a ser celebrado como lo que siempre fue: una voz del pueblo y para el pueblo.