menu
search
Política Reforma Laboral | Paritarias | Javier Milei

Antes de la reforma laboral, el gobierno de Javier Milei impulsará las "paritarias por mérito"

La propuesta de “paritarias por mérito” cosecha apoyos en las cámaras empresarias y será debatida con el triunvirato saliente de la CGT.

Las contabilidades creativas que permiten simular equilibrio fiscal e inflación a la baja con recuperación del poder adquisitivo, ya encontraron un rival digno: las paritarias por mérito”, según la cual sólo los y las trabajadoras que sean capaces de mejorar continuamente su productividad tendrán la posibilidad de celebrar acuerdos que se sitúen por encima del Índice de Precios al Consumidor (IPC).

El resto correrá la misma suerte de casi todas las que se acordaron durante el primer semestre del año, en el que una inflación promedio del 3% mensual y una pauta de homologación estatal muy baja hizo que sólo dos gremios pudieron ganarle (Mecánicos con +2,4%) o empatarle (Bancarios con 0%) al costo de vida. Las peores caídas fueron para la Unión Ferroviaria (-10%), la UTHGRA de los hoteleros y gastronómicos (-8,2%) y los estatales nacionales (-6%).

Este proyecto es un borrador mucho menos terminado que el de la reforma laboral comprometida con el gobierno de los Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional, aún tiene pendientes los ítems de productividad y las escalas de medida para los distintos agrupamientos producticos y de servicios y va a ser puesto en consideración de una conducción de la CGT que tiene dos meses de mandato –en noviembre se elegiría un nuevo triunvirato– y ha entrado en una nueva fase negociadora con un gobierno al que le faltan “casi todos el respeto”, menos la central sindical conducida por Héctor Daer.

Tal como publicásemos hace exactamente un año en AIRE, la conducción del líder de los agremiados de Sanidad cumplió 10 años y es precisamente ese mismo lapso el que lleva el salario formal registrado perdiendo contra la inflación. ¿La cifra? Está perfectamente calculada por los informes de coyuntura del Mirador de la Actualidad, el Trabajo y la Economía (MATE) y las actualizamos para la década caída para los salarios privados formales, en lo que denominamos el cuadro de las 3P (paros, pobreza y pérdidas de ingresos).

Paros 2015 2025

Ocho paros en diez años dan menos de uno cada 12 meses y con una caída ininterrumpida de ingresos por diez años, que no fue recuperada a la fecha y es la falsa base sobre la que se calcula si las paritarias homologadas por la Secretaría que conduce Julio Cordero, pierden, empatan o le ganan a la inflación.

Los datos de pobreza están tomados del INDEC y son la última medición del nivel en que cada presidente se lo dejó al siguiente; y aquí aparece el cruce de datos más sugestivo: Javier Milei bajó la pobreza 10 puntos respecto de la que produjo Alberto Fernández, pero también es justo decir que primero la subió al 52,9% (al devaluar un 118% en diciembre 2023).

Pero, si el nivel es el que mide y publica el INDEC, ¿cómo es posible que la pérdida de ingresos acumulada en apenas dos años sea cuatro veces mayor que la de Mauricio Macri y 20 veces superior a la del Frente de Todos? De hecho, Milei le quitó del bolsillo a los y las trabajadoras privadas registradas el triple que los dos gobiernos anteriores sumados.

LEER MÁS ► Salarios y paritarias en 2025: ¿quiénes lograron superar la inflación, públicos o privados?

Para cerrar este apartado, invertiremos la cita de Jorge Luis Borges: “Las estadísticas son un vicio de la democracia”.

Paritarias de bien en la Argentina libertaria

En mayo de este año, el secretario de Trabajo Julio Cordero disertó en un evento convocado por el poderoso estudio legal Marval O’Farrell Mairal. Rodeado de abogados y empresarios del círculo rojo, presentó dos teorías que pese a no ser novedosas no dejaban de ser sorprendentes: una que consideraba al trabajo “no como una mercancía sino una inclinación natural a hacer algo por el otro” y otra en la que el salario paritario deja ser real.

Cordero dijo textualmente: “En las discusiones paritarias tenemos que tratar de que el salario real le gane al paritario, mostrando que puede haber una diferencia de mérito a favor del primero”. Y esta es la idea que los representantes de la cartera que en esta era libertaria pasó de Ministerio a Secretaría y que “ya no es de los trabajadores sino del trabajo”, le presentarán a una de las peores conducciones gremiales de la historia sindical argentina, medida por sus resultados.

LEER MÁS ► El secundario completo ya no alcanza para conseguir trabajo: sólo un 10% accede a empleos profesionales

¿Qué chances existen de que el triunvirato Daer-Acuña-Argüello acepten paritarias de mérito y se sienten su mesa técnica a discutir índices y ponderaciones para calificar a aquellos trabajadores y trabajadoras que le ganarían a la inflación medida por el INDEC?

Revisando su derrotero diríamos que muchas, incluso sabiendo que a partir del 26 de octubre pueden cambiar favorablemente las condiciones de negociación sindical y política, dándoles la oportunidad de cerrar este largo ciclo con un perfil más combativo y eficaz. “Huelen sangre y prenden un sahumerio”, diría un reconocido dirigente que tendrá voz y voto el 5 de noviembre venidero, en Obras Sanitarias.

La modernización de las leyes laborales y otros mitos argentinos

El historiador Bruno Nápoli (autor de “La dictadura del capital financiero”) se preguntaba hace pocos días “cómo puede ser que durante cinco décadas alguien repita que si liberan el flujo de capitales van a venir las inversiones, luego durante cinco décadas no vienen y hoy vuelven a decirlo y hay gente que lo cree, es impresionante”.

Si se flexibilizan las leyes laborales para facilitar la contratación y despido de trabajadores, y se bajan costos salariales y extra salariales para los empleadores, se va generar mucho más empleo de calidad porque los empresarios van a perder “el miedo a contratar”. Esto también se dice desde hace siete décadas, desde la derogación de la Constitución de 1949 en el siglo pasado, pero nunca pasó y sin embargo todavía se recita como un mantra y hay mucha gente que aún lo cree.

Bruno Nápoli
Bruno Nápoli sostiene que “la casta son las ideas” que se repiten desde hace décadas, nunca se verifican y siguen cosechando crédulos y votos.

Bruno Nápoli sostiene que “la casta son las ideas” que se repiten desde hace décadas, nunca se verifican y siguen cosechando crédulos y votos.

Pero hagamos una retrospectiva mucho más breve y una cuenta con datos oficiales. El 26 de setiembre se cumplió un año de la reglamentación de la Ley 27.642 o Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos. El decreto 847/24 fue uno de los reglamentarios y se ocupó del capítulo laboral, que a lo largo de sus 14 artículos amplía el período de prueba, reemplaza las indemnizaciones por un fondo de cese laboral, habilita la contratación de trabajadores independientes sin relación de dependencia y elimina las multas por no registración laboral y evasión de aportes patronales.

Al cabo de 12 meses de una “modernización necesaria pero incompleta”, los resultados son oficiales y elocuentes: al mes de junio 2025 se destruyeron 236.139 puestos de trabajo registrado, el equivalente a 416 por día durante 18 meses de gestión libertaria. Esta caída fue el producto del cierre de 18.169 empresas, a un promedio de 33 empleadores menos por cada día de gobierno. El impacto en Santa Fe fue de 1.749 empresas menos y 14.500 puestos formales caídos desde noviembre de 2023.

Nápoli le echa la culpa a una pedagogía capaz de construir realidades inverosímiles pero exitosas. Y es precisamente pedagogía la que despliega el Secretario de Trabajo al decir “no por cobrarse dinero, el trabajo deja de tener una dimensión religiosa y ética, no nos quedemos en el beneficio sino en pensar cómo hago algo por el otro; si por vivir en un sistema capitalista me pagan o recibo algo a cambio, tomémoslo como algo adicional”.

LEER MÁS ► Crisis laboral: las medidas que implementa la provincia de Santa Fe para "paliar el contexto nacional"

Entonces, el trabajo es primero servicio, luego mercancía (Marx hace temblar el juego de la copa) y por añadidura se recibe algo cambio, un salario real de mérito y no un vulgar y hundido salario paritario.

Un periodista confeso como Gabriel García Márquez decía en 1984 que “el realismo mágico no existe”, pero porque no aplica a la literatura latinoamericana, sino a la economía y las relaciones laborales.