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Política Santa Fe | Javier Milei | Karina Milei

Javier Milei visitó Santa Fe y apoyó a sus candidatos en una jornada caliente con marchas a favor y en contra

Javier Milei estuvo en el puerto de Santa Fe junto a su hermana para bancar al candidato a diputado Agustín Pellegrini. Bajo un clima caldeado no pisó la peatonal, pero agitó a la ciudad.

La jornada estuvo marcada por manifestaciones a favor de la gestión libertaria y movilizaciones opositoras que coparon el microcentro.

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milei saludando paso por santa fe

Visita fugaz y apoyo presidencial en un sábado caldeado

El presidente aterrizó en Sauce Viejo y se dirigió directamente a un hotel de la zona portuaria. No hubo paso por la peatonal. Allí salió a saludar desde el balcón un par de veces y luego bajó a la entrada.

Los cientos de militantes libertarios fueron testigos de un operativo de seguridad que involucró a la prefectura y fuerzas federales. Hubo diversos cordones, armas largas y hasta francotiradores.

Cada salida de Milei por la ventana enardecía a sus seguidores. “Tiene miedo, la casta tiene miedo”, rugían las gargantas presentes. La paleta de colores se repartía entre el violeta y el celeste y blanco, las banderas Argentinas y globos se entremezclaban con el color característico de LLA.

Leones y águilas estampadas asomaban entre la multitud que le pedía fotos a Iñaki Gutiérrez, pieza clave en el manejo de las redes sociales de Milei.

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Así saludaba Milei desde el balcón del hotel donde se encuentra.
Así saludaba Milei desde el balcón del hotel donde se encuentra.

Así saludaba Milei desde el balcón del hotel donde se encuentra.

Como anticipo de la salida del presidente, la diputada Romina Diez y el candidato Agustín Pellegrini traspasaron la puerta del hotel a puro salto. Saludaron a los presentes, se sacaron fotos y cantaron.

Paralelamente, columnas de militantes de distintos sectores de la izquierda se acercaban a la zona del puerto local. Las personas encargadas de seguridad iban interactuando continuamente intentando evitar cualquier conflicto.

Bajo un sol abrasivo y una sensación térmica que escalaba los 30 grados el presidente irrumpió en escena con su tradicional campera de cuero e hizo estallar en mil pedazos el orden que había.

Entre los cientos de militantes presentes algunos se abalanzan para pedirle una foto, otros para que le firme un libro y había quienes solo hacían temblar sus cuerdas para demostrarle su apoyo. “¡Viva la libertad carajo!”, se escuchaba repetidamente.

De fondo asomaban algunas banderas del Polo Obrero y Palestina, era la otra cara de la moneda del apoyo que estaba recibiendo el mandatario.

Javier Milei Agustín Pellegrini Karina Milei y Romina Diez

Milei caminó rodeado de su seguridad algunos metros hasta que se subió a la camioneta. Sacó parte de su cuerpo y continuó alentando a quienes se acercaron a apoyarlo. A partir de allí la escena se torna más tétrica.

La camioneta salió disparada a toda velocidad para tomar la salida hacia Alem y un puñado de personas que habían logrado vulnerar un primer anillo de seguridad le arrojó cosas al vehículo.

La escena se volvió caótica. Era un hervidero. Los cantos libertarios y opositores se pisaban anticipando un posible cruce. Los efectivos de Prefectura y la Policía Federal redujeron y detuvieron a quienes agredieron el vehículo presidencial.

Algunos trataron de apaciguar las aguas de manera respetuosa y otros apelaron a lenguaje agresivo, contrastes del mediodía. Hubo empujones, insultos y denuncias de represión.

La situación no pasó a mayores. Las agresiones entre manifestantes a favor o en contra del gobierno no escalaron de lo verbal y se encauzaron en el folklore político de las canciones. “Karina es alta comiera”, chocaba contra “saquen al pingüino del cajón”. Las diferentes columnas se descentraron hacia el centro mientras Milei viajaba a Paraná.

Javier Milei en el puerto de Santa Fe
Javier Milei en el puerto de Santa Fe

Javier Milei en el puerto de Santa Fe

La convocatoria que no fue

En un principio el presidente iba a visitar la peatonal santafesina. Esa idea se esfumó con el correr de la mañana. “El presidente no puede venir acá, es insostenible”, le dijo uno de los organizadores a AIRE. Casi a la par de que el presidente aterrizaba en el aeropuerto de Sauce viejo distintos espacios opositores se agrupaban a una cuadra de Mendoza y San Martín, dónde estaba la carpa de La Libertad Avanza con un puñado de militantes.

El clima se iba poniendo cada vez más denso. Había provocaciones de ambos lados. Un grupo de personas descontentas con el gobierno de Milei se orillaron sobre la carpa. Realizaron cantos contra el presidente y su hermana, insultos y desplegaron carteles de todo tipo. También había personas que caminando por la peatonal se enteraban de la situación, algunos curiosos se detenían, discutían y se sumaban.

Javier Milei en Santa Fe.

Eso no terminó bien. Tras el aviso de que el mandatario iba a ir al puerto se intentó desarmar el gazebo y algunas personas enardecidas contra la gestión presidencial agredieron a militantes libertarios y rompieron la carpa. La violencia no escaló a mayores y hubo personas que se estaban manifestando contra Milei que trataron de frenar a quienes estaban intentando generar disturbios.

La primera visita presidencial de Javier Milei a Santa Fe dejó una postal de campaña pura: fervor, cánticos cruzados, y una ciudad partida entre la expectativa y la bronca. El 26 de octubre se juega el partido final en las urnas.