Lorena Orduña fue asesinada de un disparo hace dos años en el norte de la ciudad. La causa destapó un violento entramado criminal: hasta el momento fueron condenadas dos personas.
Lorena Orduña fue alcanzada por un disparo que iba destinado a su novio Cepeda Bello
Lorena Orduña fue asesinada el 26 de diciembre de 2023, al recibir un disparo mientras circulaba en moto con su pareja, en el norte de la ciudad de Santa Fe. Este trágico hecho impulsó una investigación que permitió descubrir una red delictiva activa en los barrios Santo Domingo, Scarafía y Las Lomas.
La investigación que llevó adelante las Unidades Fiscales de Delitos Complejos y de Violencia de Género permitieron identificar a una decena de personas, que se vieron involucrados en delitos vinculados con el narcotráfico y con violentos episodios, homicidios incluidos, cometidos con armas de fuego.
Por la causa ya fueron condenadas dos personas, mientras que el resto aguarda en prisión preventiva las respectivas resoluciones de los procesos que siguen abiertos; en tanto, días atrás se dispuso la prórroga de encarcelamiento de los primeros apresados que tuvo la causa: Facundo y Franco Duarte, Fernando Romero y Mariano Escobar Crivelli.
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El 26 de diciembre de 2023 la confusión reinaba entre los transeúntes que pasaban por Estanislao Zeballos al 4000: un motociclista dejaba a una chica malherida, tendida en la vereda, y huía del lugar.
Lorena Orduña fue trasladada de urgencia al hospital, para recibir asistencia médica. Mientras esto pasaba, una balacera y una persecución policial ocurrían cerca de donde había sido abandonada la joven de 20 años, que falleció poco después de entrar al hospital.
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Entonces, los investigadores iban a empezar a desenmarañar una complicada red delictiva e iban a desbaratar dos violentas bandas que se disputaban el territorio a balazos, sin importar horarios ni daños colaterales.
Lamentablemente, la tranquilidad en el barrio llegó tarde: Lorena dio su vida, involuntariamente, para que un despliegue de agentes realizara casi cien allanamientos para dar con los responsables de su muerte.
El día del crimen, Lorena se dirigía en moto junto a su pareja Isaías "Terri" Cepeda Bello cuando un proyectil que era destinado a Cepeda impactó en el abdomen de la joven. El hombre circuló desde Risso al 4100 hasta Estanislao Zeballos al 4000 con la joven malherida, y la dejó tendida en la vereda. Lorena murió poco tiempo después en el hospital.
Tras la muerte de Lorena, Basilio García, Mariano Crivelli, Isaías Cepeda Bello y Mauro García, se dirigieron a bordo del Chevrotel Corsa de Crivelli hasta un domicilio ubicado en Risso al 4100 y efectuaron una serie de disparos. En esa vivienda residía Guillermo MacDougall, sobre quien recayó la sospecha de ser el autor del disparo que mato a Lorena: la balacera a esa casa fue un acto de venganza por el crimen.
Ese ataque armado motivó una persecución policial con intercambio de disparos, hasta que el conductor perdió el dominio del vehículo y cayó en un zanjón. Allí solo se logró detener a Crivelli, el resto logró escapar. Sin embargo, los policías secuestraron del interior del auto el teléfono celular de Basilio García, elemento clave en la investigación.
Las pericias practicadas en ese móvil permitieron desentrañar el entramado delictivo protagonizado por la banda de Cepeda Bello: comercio ilegal de armas y municiones, venta de estupefacientes, robo de motos, homicidios, amenazas y balaceras forman parte de la lista de ilícitos que cometía la banda a fin de lograr el control territorial de los barrios Scarafia, Santo Domingo y La Loma.
Los investigadores debieron realizar más de noventa allanamientos para dar con todos los involucrados; el autor del disparo fatal fue el último en ser detenido: durante meses, el hermano de Lorena, Agustín Ponce de León, y Cepeda Bello, destinatario original del balazo que mató a Lorena, no quisieron revelar la identidad de MacDougall: “Esto lo arreglamos nosotros”, le decían a la familia de la joven para que no declaren en la causa.
Finalmente Guillermo Mac Dougall (28) fue detenido en marzo de 2024 en Risso al 4100; Mac Dougall fue imputado por la fiscal Alejandra Del Río Ayala como autor de homicidio calificado por el uso de arma de fuego en una audiencia que fue encabezada por la jueza Susana Luna.
Tras escuchar los cargos en su contra, el imputado, por medio de su abogado defensor, aceptó la prisión preventiva hasta que la causa vuelva a tener un nuevo avance.
En julio de 2024 se resolvió la primera condena en la causa: Elías Zapata, uno de los integrantes de "la banda de Terri", que participaba de las actividades delictivas del grupo y que el 9 de enero ayudó a Elias Cepeda Bello a evadir el allanamiento que se realizó para dar con su paradero.
El 19 de junio, Zapata había sido condenado a tres años de prisión en suspenso por la comisión de algunos delitos "menores". Con esta nueva condena se unificó en tres años y medio de prisión.
La segunda condena fue resuelta en mayo y fue para Lidia Antonia Merlo, la abuela de Cepeda Bello, que fue condenada a seis años de prisión por haber formado parte de un grupo criminal que entre septiembre de 2023 y enero de 2024 se dedicó a controlar territorialmente los barrios Las Lomas, Scarafía y Santo Domingo a través de balaceras para intimidar a rivales y asesinatos, como así también de generar medios económicos para sostener la estructura, a través de robo de motos que luego eran vendidas, utilizadas en hechos delictivos, o bien devueltas a través de los denominados “rescates”.
Se cree, además, que la banda generó poder económico a través de la adquisición y venta ilegal de armas y municiones y de drogas ilegales. Merlo fue quien ayudó a dos prófugos a ocultarse durante 20 días de la Justicia, sabiendo que eran buscados por causas de robos, homicidios tentados y balaceras. De hecho, les proveyó lugar para esconderse de cualquier búsqueda policial.
La mujer además acordó pena por haber comercializado estupefacientes en una casa de Alberti al 5700, luego de comprar a proveedores un kilo de cocaína, el cual fue fraccionado y acondicionado para la venta.
En tanto, días atrás se dispuso la prórroga de la prisión preventiva para los primeros detenidos que tuvo la causa: Mariano Escobar Crivelli, detenido tras la persecución policial, y Facundo y Franco Duarte y Fernando Romero.
Los Duarte y Romero se encuentran detenidos por un hecho que ocurrió el 27 de diciembre de 2023, al día siguiente de la muerte de Lorena, cuando iniciaron una balacera con Agustín Ponce de León, hermano de Lorena Orduña, luego de que este amenazara a su familia para que no declarara. Un joven vendedor de pan quedó en medio de la balacera y resultó herido en una rodilla.
En tanto, Escobar Crivelli había sido detenido horas después de la muerte de Lorena, y se escapó de la comisaría en marzo de 2024; tras ser recapturado, fue imputado por más delitos: el 19 de septiembre de 2023, cerca de las 20:00 Escobar Crivelli fue quien llevó a Cepeda Bello a bordo de su automóvil Chevrolet Corsa hasta inmediaciones de Padre Genesio y Edmundo Rosas, donde se encontraba Brian Ojeda junto a otro joven. “Terri” bajó del auto y les realizó varios disparos con una pistola calibre 9 mm.
Ojeda falleció tras recibir varios impactos de bala, que le dejaron en su cuerpo 21 lesiones: en la cabeza, en el tórax, en el abdomen, en las piernas, en la espalda… en tanto, el joven que lo acompañaba resultó herido en abdomen, cuello, ingle y ambas piernas.
Otro de los homicidios atribuidos a la banda de Terri se remonta al 11 de diciembre de 2023, cuando fue atacado a balazos Cristian Fernando Pérez en inmediaciones de Av Blas Parera y Av Gorriti. En este hecho, Escobar Crivelli se conducía junto a Cepeda Bello a bordo de una motocicleta, y otros dos aún desconocidos en otra moto, interceptaron a Perez y lo acribillaron a balazos.
El último hecho endilgado a Escobar Crivelli es la evasión de la subcomisaría 17, que ocurrió el 24 de marzo de 2024 cerca de las 21:30. Allí, seis presos (Escobar Crivelli, Rubén Darío Bogado, Héctor Cejas, Carlos Amarillo, Juan Ignacio Flores, Diego Alejandro García), extrajeron por la fuerza dos barrotes de la reja y la malla metálica del techo del patio de la Unidad Penitenciaria que funciona en la Sub Comisaría 17 y se dieron a la fuga.
“Terri” Cepeda Bello fue detenido el 9 de enero de 2024 y desde entonces se encuentra en prisión preventiva imputado de liderar una de las bandas criminales que se disputaban el territorio en los barrios Santo Domingo, Scarafía y Las Lomas, según la investigación llevada adelante por las fiscales Alejandra Del Río Ayala y Laura Urquiza.
Cepeda Bello cuenta con un cargado prontuario por violentos crímenes desde que era menor de edad; para su cumpleaños 18, "Terri" consiguió un permiso para pasar el día con su familia, el 5 de septiembre de 2023, y no volvió; esa es la fecha que toman las fiscales como punto de partida de las actividades criminales de la banda.
Entre las actividades criminales de la banda se enumeraron las balaceras para mantener el control en las barriadas norteñas, a fin de lograr el predominio en distintas economías ilegales: como, por ejemplo, el robo de motocicletas, muchas de las cuales eran devueltas a sus propietarios mediante el pago de un “rescate”, el comercio ilegal de armas de fuego y municiones, y el narcomenudeo.
Los peritajes realizados a los celulares secuestrados dentro del Chevrolet Corsa que participó en el raid delictivo el 26 de diciembre se encontraron conversaciones e imágenes que permiten sostener los delitos: fotos de motos robadas, que pudieron constatarse con varias denuncias radicadas durante noviembre y diciembre, y fotos de armas de fuego con detalles de su funcionamiento. Las conversaciones daban cuenta de interesados en comprar los bienes robados, o entre los mismos integrantes de la banda para definir el destino de los mismos.
En este entramado criminal, Lidia Antonia Merlos, era quien guardaba en su vivienda de Alberti al 5700 las motos robadas y las armas que eran comercializadas por el grupo; además, gestionaba la compra venta de estupefacientes, y quien ayudó a los sospechosos a evadir el accionar de la justicia tras el crimen de Lorena, cuando la policía provincial desplegó varios megaoperativos en la zona.
Los operativos policiales se vieron frustrados ya que la banda había organizado un sistema de vigilancia en puntos clave de acceso al barrio, con postas rotativas de ocho horas, que alertaban cuando advertían la llegada del convoy policial. “Lili” les proveyó a los sospechosos lugares para ocultarse, lo que fue constatado por comunicaciones encontradas en su teléfono celular. En la audiencia de prisión preventiva de Merlos, La Fiscalía remarcó que tanto la mujer como el resto de los sospechosos sabían que estaban siendo buscados, no sólo por la gran repercusión mediática que tomó el caso, sino que también se vio reflejado en conversaciones sostenidas entre “Lili” con su hija, Lidia Merlo, mamá de Isaías.
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