Gino Bartali, tres veces ganador del Giro d’Italia, y dos del Tour de France, arriesgó su vida en plena ocupación nazi del centro y norte de su país ya que, aduciendo que se estaba entrenando, transportaba documentos, dinero, fotos y pasaportes falsos escondidos en el asiento, el manubrio y el cuadro de su bicicleta, con los que los perseguidos por el régimen pudieron escapar hacia zonas controladas por los Aliados. Fue tan humilde y reservado que, su valiente accionar, vio la luz casi tres años después de su fallecimiento.