Los que festejaron, los candidatos de Juntos por el Cambio, con Carolina Losada a la cabeza, estaban confiados de que el Frente de Todos no podía dar vuelta un resultado que ya quedó marcado a fuego en las Paso del 12 de setiembre. Esa presunción se hizo palpable tras el escrutinio provisorio de este domingo.
Losada le sacó ocho puntos de diferencia al peronismo y confirmó esa ventaja holgada frente a Marcelo Lewandowski. El Frente de Todos perdió una banca en la Cámara alta, ya que María de los Ángeles Sacnun no jurará por otro periodo, y sí lo hará el radical Dionisio Scarpín.
El peronismo santafesino no pudo sortear la ola que castigó en casi todo el país al gobierno nacional, que ahora quedó atravesado por una marcada debilidad, con una coalición de gobierno que parece cada vez más partida. Sin embargo, el repunte del peronismo en la provincia de Buenos Aires –quedó solo dos puntos debajo de Juntos– no se trasladó a otros distritos del interior, como Santa Fe y Entre Ríos.
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Según los datos que surgen del escrutinio provisorio, el presidente Alberto Fernández no tendrá quórum propio en el Senado, algo inédito para el peronismo desde el retorno de la democracia, que dejará un terreno inhóspito para tejer los acuerdos necesarios para sobrevivir.
Juntos por el Cambio se mantuvo casi en el mismo porcentaje que las primarias. Fue superado en Rosario por el Frente de Todos, que le sacó una ventaja del 4%. En el departamento La Capital, Losada arrasó con una diferencia del 13%.
El Frente Amplio Progresista, con Clara García como primera candidata para el Senado, fracasó en su intento de romper la polarización y quedó tercero, lejos del lote de Losada y Lewandowski.
En Santa Fe ese rechazo lo capitalizó la candidata más votada, la experiodista de América TV (Losada), que protagonizó una campaña de alto impacto, con la mira puesta en la vicepresidenta Cristina Fernández, que había sellado un acuerdo electoral con el gobernador Omar Perotti a fines de julio para cerrar las listas que terminaron encabezando Marcelo Lewandowski y María de los Ángeles Sacnun.
El tweet de la vicepresidenta Cristina Kirchner, que avisó dos horas después del cierre de los comicios que pegaría el faltazo al búnker del Frente de Todos, deja al descubierto las divisiones de un gobierno nacional al que le quedan dos años y, como señala un estudio de la consultora Zuban Córdoba, el 60,5% de la población percibe que ya no es un instrumento político para sortear las crisis.
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El gobernador Perotti jugó fuerte en esta elección. No solo por su rol en la campaña electoral, que tuvo mayor centralidad en las Paso del 12 de setiembre, cuando estaba obligado a derrotar a Agustín Rossi, sino que también capitaneó el armado del espacio político, tras el acuerdo que selló con la vicepresidenta a fines de julio, cuando cerró la inscripción de las listas, que encabezaron Lewandowski y Sacnun, como candidatos a senadores, y Roberto Mirabella como cabeza lista para la categoría de diputados nacionales.
Más allá de la elección nacional, el gobernador miraba otra pelea: la disputa por el liderazgo del peronismo santafesino. Perotti sacó del juego a Rossi y logró reunir respaldo de presidentes comunales e intendentes a costa de obras y fondos, pero tiene frentes internos abiertos dentro del PJ, sobre todo con los senadores capitaneados por Armando Traferri –que debería estar imputado en la Justicia– que se comportaron desde el primer día de gestión como un bloque opositor.
Sin reelección, y con un gobierno nacional cada vez más debilitado, el gobernador de Santa Fe deberá enfocar lo que queda su gestión en dos puntos que parecen hoy disímiles, como reavivar la economía provincial, que está en plena recuperación después de la pandemia con números alentadores, y la inseguridad que es –según coinciden todos los sondeos– la mayor preocupación de los santafesinos que viven en los principales centros urbanos y hasta ahora es el mayor déficit, ya no de un gobierno, sino del Estado en su conjunto desde hace una década.
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La debilidad de la gestión nacional provocará, como ya empezó a traslucirse, un reagrupamiento de los gobernadores del interior del país. El cordobés Juan Schiaretti está nominado para ser uno de los armadores de una especie de nuevo peronismo federal.
Perotti tiene una histórica relación con el “Gringo”, que respaldó al rafaelino en la campaña de 2019 con el aporte de cuadros técnicos. Comparten otra cosa: el mismo asesor en materia de política y comunicación, Guillermo Seita, uno de los creadores de Hacemos Córdoba, la “marca” que después se reprodujo en Corrientes y en Santa Fe.
Después de esta victoria, Juntos por el Cambio buscará unificar a la oposición para enfrentar al peronismo en 2023. No será una tarea sencilla acarrear a ese espacio al intendente de Rosario Pablo Javkin, que hizo una buena elección en su ciudad con el periodista Ciro Seisas como primer candidato a concejal.
El triunfo de Carolina Losada, fruto de una estrategia del diputado radical Julián Galdeano, abre un escenario alentador para la coalición, donde conviven espacios con dirigentes de peso, que traccionaron votos en las Paso, como el exministro de Seguridad Maximiliano Pullaro.
La derrota de Federico Angelini el 12 de septiembre dejó al sector puro del macrismo alejado de ser un gerenciador de ese espacio opositor. El inicio de esa carrera al 2023, que está cerca, se va a traslucir en el poderío opositor en la Legislatura santafesina.
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