El problema es que cuando lo cocinás en agua, gran parte de sus nutrientes se van por el desagüe. Las vitaminas más sensibles, como la C, se disuelven con facilidad. Además, queda con esa textura blanda y ese sabor lavado que lo hace difícil de querer. Por eso, expertos en cocina saludable recomiendan un método diferente: asarlo.
LEER MÁS ► Adiós al horno: cómo hacer pastel de papas con cerdo rápido y fácil
BrocoliHorno.jpg
El brócoli tiene muchas propiedades.
Al horno o en freidora de aire, el brócoli cambia por completo. Gana crocantez, mejora el sabor gracias al dorado natural de sus azúcares y conserva mucho más sus propiedades. Es rápido, simple y versátil: sirve como guarnición, en ensaladas, bowls o como relleno de tartas y wraps.
¿Cómo se prepara? Se corta en ramilletes, se seca bien, se rocía con aceite de oliva, sal y pimienta, y se lleva al horno (200°C) por 15 a 20 minutos. En freidora, el tiempo se reduce a unos 10 minutos. Si al final le agregás unas gotas de limón, potenciás su sabor sin taparlo.
LEER MÁS ► El secreto de un chef para que las papas te salgan crujientes sin aceite
Un dato más: al asarlo, retiene mayor cantidad de sulforafano, un antioxidante clave que se asocia con la prevención de enfermedades crónicas. Eso sí, si sos sensible a los gases, mejor arrancar con porciones chicas o cocinarlo al vapor. El secreto no está en evitarlo, sino en aprender a prepararlo bien.