De acuerdo a diferentes consultoras privadas, la inflación no se desacelera y se espera que entre diciembre y febrero acumule casi un 90%.
Esta situación impactaría de lleno en los bolsillos de los argentinos y complicaría mucho a los inquilinos que pactaron nuevos contratos desde enero (la ley de alquileres dejó de regir el 29 de diciembre) con aumentos trimestrales sujetos al índice inflacionario.
Por ejemplo, si el dato que todos los meses da a conocer el Indec se sostiene en un 25% durante enero, febrero y marzo, estas personas verán duplicado en este último mes el precio que pagan por alquilar.
Con esta premisa, AIRE se comunicó con los referentes de los sectores que están relacionados con los alquileres: Mauro Rueda, representante de Inquilinos Autoconvocados, y Walter Govone, presidente de la Cámara de Corredores Inmobiliarios.
El impacto de la inflación en los alquileres: la mirada de los inquilinos
"La visión del sector inquilino es desesperante porque esta distorsión en el mercado (inflacionaria y al no haber una regulación por sobre el Código Civil y Comercial) hace que la soga se termine cortando", sostuvo al respecto Rueda
En tanto, aseguró que "en Capital Federal y en ciudades con mayor densidad poblacional, empieza una ola de juicios de desalojos, usurpaciones con familias enteras que tienen que elegir entre quedarse en la calle o resistir hasta empezar un proceso judicial con las inmobiliarias".
Rueda afirmó que desde el sector ven que "si el Gobierno nacional no logra bajar la inflación, va a haber una situación de conflictividad social que va a ir en aumento", y adelantó que se debe "salir de la agenda inflacionaria y de la agenda meramente económica, y discutir a nivel municipal y provincial la generación de herramientas que intervengan en el mercado inmobiliario en defensa de los inquilinos".
"En este momento se puede pensar una ley de alquileres provincial", apuntó y relató: "En Italia, los municipios tienen diferenciados precios máximos y precios mínimos de alquiler dependiendo la zona de la ciudad. Hay otros países donde el Estado construye soluciones inmobiliarias directamente dirigidas al alquiler, con un precio más bajo y que impacta en el resto del mercado".
De la misma manera, vio como algo "ilógico" y "difícil de cumplir" que se pueda mantener en el tiempo un acuerdo de actualizaciones trimestrales bajo el índice de inflación. "Es lo peor para el inquilino y se debería apuntar al índice de Casa Propia, que se utiliza para calcular los pagos de los planes Procrear".
Desde Inquilinos Autoconvocados siguen de cerca la situación de quienes alquilan en Santa Fe y lanzaron junto a la Asociación Civil Acceso a la Justicia Social un relevamiento de inquilinas e inquilinos.
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El impacto de la inflación en los alquileres: la mirada de inmobiliarios
Govone, por su parte, lamentó que la inflación continúe aumentando y adelantó: "Creemos que eso no va a pasar con los ingresos de los salarios. Entonces, podríamos empezar a tener inconvenientes en los próximos meses y es lo que se quiere evitar".
En ese sentido, destacó que "desde la Cámara y hablando con otros colegas a nivel país, lo que proponemos desde las inmobiliarias es pactar incrementos cuatrimestrales y manteniendo el Índice de Contratos de Locación (ICL)".
El ICL es un indicador que se utiliza para establecer parámetros en los contratos de alquiler, que era implementado cuando se pactaba un contrato bajo la ley de alquileres derogada, teniendo en cuanta la variación de la inflación y los salarios.
"El ICL en febrero ronda el 147% interanual, dividido cuatro, sería 36% cada cuatro meses, un número de incremento bastante menor que el que arroja la inflación", afirmó Govone y aclaró: "Todo gira en base a la expectativa que tienen los propietarios, dependiendo del inmueble y del monto inicial del contrato, porque algunos prefieren arrancar con un valor por debajo del valor real, pero piden el ajuste trimestral y con el índice de inflación".
Govone no dudó en señalar que el problema principal que atraviesa la vida de los argentinos es "la inflación y la pérdida constante y consecutiva del poder adquisitivo de todos (sobre todo del asalariado), que no permite que el porcentaje que destinan de sus ingresos familiares alcance para cubrir los gastos".
"Hace 30 años, el mismo porcentaje que se le destinaba al pago del alquiler que rondaba en un 35%, con el otro 65% no solamente llegaban a fin de mes, sino que hasta podían ahorrar. Hoy, directamente no se llega a fin de mes", aseveró.
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