Tras un 2024 atravesado por retrocesos en materia de género, derechos de mujeres y disidencias y recortes presupuestarios en áreas cruciales que daban respuesta a problemáticas graves, los movimientos de mujeres se organizan para ser parte de la agenda política, tener incidencia y hacer un monitoreo del proceso.
Desde la Asamblea Ni una Menos, indicaron que "la reforma va a ser uno de los hechos significativos del 2025", por lo que anhelan que en ella se incluyan "todos nuestros derechos, ya que en estos años hubo un avance significativo en esta materia y tienen que formar parte de ella", destacó Alicia Genolet en diálogo con AIRE.
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Desde la Asamblea Ni una Menos, indicaron que "la reforma va a ser uno de los hechos significativos del 2025".
Maiquel Torcatt/ Aire Digital
"El desafío concreto de este año, además de no retroceder en ningún derecho más, es encontrar las estrategias para participar en la modificación de la Reforma Constitucional. Porque ante este escenario que es hostil, es fundamental poder tener una incidencia política para que sean incluidos todos los avances. Hablaremos con todos y todas las constituyentes, los afines y los que no lo son", añadió Silvia Ferrero de Multipalabras.
El desafío de sostener los derechos en un contexto de recortes
Tanto desde la Asamblea Ni Una Menos como desde Multipalabras indicaron que el 2024 fue un año marcado por preocupaciones profundas por los recortes presupuestarios nacionales que impactaron y seguirán impactando en la vida de las mujeres.
“Hubo un recorte general de políticas de cuidado, de planes específicos, de programas relacionados con los derechos sexuales y reproductivos. Hubo un recorte de presupuesto para la construcción de jardines maternales, las jubilaciones se vieron fuertemente perjudicadas y hubo subas de los medicamentos. Este achicamiento repercute directamente en la situación de las mujeres por ocupar el principal lugar de cuidado en la sociedad", indicó Genolet.
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En este escenario de fragmentación y crisis socioeconómica, el movimiento transfeminista y las pequeñas organizaciones barriales han sido fundamentales.
Ferrero añadió que los ajustes no solo se tradujeron en una "merma", sino en un vaciamiento profundo, especialmente en iniciativas como la Línea 144 y otros programas de acompañamiento a mujeres y diversidades.
Además, los centros de salud enfrentaron serias dificultades para recibir anticonceptivos, ya que el envío desde Nación fue prácticamente inexistente. Este déficit fue paliado por la Dirección de Salud y se garantizó que los métodos anticonceptivos estuvieran disponibles.
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En cuanto a las políticas públicas provinciales y municipales, aunque existen programas dirigidos a derechos sexuales y reproductivos, Ferrero lamentó que no han generado un impacto tangible en los territorios.
El rol del movimiento transfeminista y las pequeñas organizaciones barriales
En este escenario de fragmentación y crisis socioeconómica, el movimiento transfeminista y las pequeñas organizaciones barriales han sido fundamentales. Ferrero destacó el papel de estas últimas, que trabajan incansablemente para exigir derechos básicos en los barrios, como acceso a alimentos, salud y acompañamiento en situaciones de violencia. A pesar de la falta de recursos y financiamiento, estas organizaciones sostienen el tejido social desde la organización comunitaria.
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Las organizaciones trabajan incansablemente para exigir derechos básicos en los barrios, como acceso a alimentos, salud y acompañamiento en situaciones de violencia.
Asimismo, resaltó el trabajo articulado con movimientos sociales más amplios, que han logrado mantener la lucha por los derechos de mujeres y diversidades en un contexto de estigmatización y desamparo estatal.
Por su parte, Genolet añadió que durante este año se acompañaron todas las luchas que tuvieron que ver con las condiciones de vida de todos los sectores. “Las 200 organizaciones que formamos la asamblea tenemos un ritmo de participación activa y permanente en la denuncia pero también en una construcción conjunta. Estamos esperanzadas por la construcción que hemos hecho y por la red que está más fortalecida que nunca", expresó.
Desafíos para 2025: hacia un compromiso político y presupuestario
El principal desafío para 2025 será lograr un compromiso político concreto que se traduzca en respuestas efectivas a las demandas del movimiento de mujeres y diversidades. Ferrero insistió en la necesidad de políticas públicas con impacto real, financiamiento adecuado y una planificación territorial que responda a las necesidades de cada comunidad.
Además, destacó la importancia de continuar fortaleciendo las redes barriales y los espacios de organización colectiva, para seguir monitoreando, reclamando y ocupando las calles como una herramienta de presión y visibilidad.
"El trabajo que venimos haciendo nos permite encarar el próximo año con la fuerza y la energía para seguir peleando por lo que es injusto y lo que creemos que hay q modificar", añadió la referente de la Asamblea Ni Una Menos.
La lucha sigue en pie
A pesar de las adversidades, el movimiento transfeminista de Santa Fe y la provincia mantiene firme su compromiso. Desde el Consejo Asesor de Salud Sexual y Reproductiva hasta las asambleas barriales, el trabajo conjunto será crucial para sostener y ampliar los derechos conquistados, enfrentando los nuevos desafíos que traerá el 2025.