Tras condenar al presidente Alberto Fernández al ostracismo en Chapadmalal, la vicepresidenta Cristina Kirchner subió al escenario –el último jueves por la tarde, cuando se conmemoraron los 20 años del kirchnerismo– a los candidatos que ella impulsará para la próxima contienda electoral. Allí estaban, codo a codo, Eduardo “Wado” De Pedro y Sergio Massa, flanqueados por Axel Kicillof y su hijo Máximo Kirchner.
El ministro del Interior no perdió un minuto y, tras el acto, empapeló la Capital Federal y el conurbano bonaerense con afiches con la consigna “Viene Wado”, impresa sobre una foto donde aparecen De Pedro y Cristina.
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El ministro está lanzado a competir por la presidencia, cuenta con el guiño de la vicepresidenta para esta aventura, pero esta observa, como todos los que la rodean, que al ministro le cuesta levantar en las encuestas.
Axel Kicillof respira con cierto alivio: el lanzamiento de De Pedro le quita presión a la fuerte demanda que se instaló en los últimos días para que deje la provincia de Buenos Aires y se convierta en el candidato presidencial del kirchnerismo.
Massa, por su parte, tiene por delante tres semanas claves que le permitirán calibrar su eventual candidatura. Este domingo parte hacia China con una delegación de la que también forman parte el presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, y el diputado Máximo Kirchner.
Massa espera anunciar en China la renovación del swap –préstamo– que vence, en parte, durante agosto. La Argentina espera que China acepte renovar los US$ 5.000 millones de libre disponibilidad que hoy tiene el Banco Central en gateras para intervenir en el mercado cambiario, y que además amplíe este monto en unos US$ 3.000 millones o hasta US$ 4.000 millones. Sería lo necesario para cubrir el déficit comercial que el país tiene con el gigante asiático.
El viaje de Massa anticipa que, pese a la adversidad económica y las internas dentro del Frente de Todos, el ministro de Economía no deja de pensar como candidato. La incorporación de Máximo a la gira es toda una señal.
Pero solo el préstamo de China no alcanza para garantizarle a Massa su pasaje a octubre sin sobresaltos cambiarios. Espera, a mediados del mes próximo, anunciar una renegociación del acuerdo con el FMI que adelante desembolsos por US$ 10.000 millones y que parte de ese dinero pueda destinarse a intervenir en el mercado cambiario.
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La angustia del ministro es que una nueva corrida cambiaria sacuda al oficialismo en vísperas de las elecciones presidenciales.
Mientras De Pedro y Massa miden sus fuerzas, Daniel Scioli y Agustín Rossi –los delegados de Alberto Fernández para competir en las primarias– insisten en que no se bajarán de la compulsa y ya comenzaron a diseñar sus listas de candidatos.
Si De Pedro, Scioli y Rossi se mantienen firmes en la línea de largada, el ministro Massa ya advirtió que no será de la partida porque, a su juicio, el oficialismo debería presentar un único candidato y evitar las primarias.
Sin embargo, en el escenario del pasado jueves en Plaza de Mayo, Massa compartió la foto junto a Cristina Kirchner y Wado De Pedro. “Cristina subió al escenario a los dos finalistas”, señalaban en el oficialismo.
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