El Estado parece abandonar sus potestades de control en las zonas circundantes para depositarlas en manos de grupos de particulares que fijan nuevas reglas y se encargan -ellos sí- de hacerlas cumplir.
El problema no es nuevo, pero los vecinos de estos sectores de la ciudad aseguran que se agravó durante los últimos años, cuando a los hinchas tradicionales que marchan en ordenada procesión hacia los respectivos estadios, se les sumaron grupos perfectamente organizados que montan negocios diversos y se apoderan del territorio.
Embed - Vecinos de la cancha de Colón reclaman en cada partido por robos, vandalismo y suciedad
Las familias que viven en el área que circunda la intersección de J. J. Paso y Saavedra, a pocas cuadras del estadio de Colón, agotaron todas las instancias posibles desde hace años en busca de soluciones: reclamaron ante el Estado provincial, se reunieron con funcionarios municipales, acudieron a la Defensoría del Pueblo. Sin embargo, las respuestas no aparecen.
Este jueves, bien temprano -a las 6.30 de la mañana- un grupo de vecinos se reunió en esa esquina clave, para contar su situación en el programa Creo, que se emite por AIRE. Pidieron mantener sus nombres y rostros en reserva, por miedo a las represalias de los grupos que en cada partido copan la zona.
"Hace dos años que estamos protestando, yendo a la Municipalidad de Santa Fe, pidiendo por favor que hagan su trabajo y que coordinen con Provincia. Porque desde el Municipio nos dicen que la seguridad le corresponde a Provincia y desde Provincia nos dicen que el control depende de la Municipalidad", afirmó una de las vecinas.
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Los vecinos no se oponen a la llegada de los hinchas y al folklore que rodea cada partido. Sin embargo, afirman que desde hace dos o tres años la situación comenzó a complicarse con grupos perfectamente organizados.
Maiquel Torcatt / Aire Digital
E insistió: "Nos pasan para el cuarto, nos dicen una cosa, pero no hacen nada. Llega el momento del partido, los trapitos cortan la calle y ello dirigen el tránsito. Nos faltan el respeto, mientras inspectores municipales nos exigen a nosotros el número de documento para comprobar que vivimos acá".
Los vecinos afirman que, incluso, en el pasado hubo una reunión de conciliación de las partes organizada por la Defensoría del Pueblo, pero no asistió ningún representante de la Provincia, ni del Municipio: "Nos dejaron plantados".
Las situaciones que se repiten son diversas: pintadas en las paredes, gente que transforma en baños las puertas de domicilios particulares, familias encerradas en sus casas durante gran parte del día, aprietes para que se pague por estacionar los vehículos, puestos de comida enganchados de manera flagrante a las redes de alumbrado público, venta ilegal de alcohol, amenazas... Y la lista continúa.
Cómo llegar a la escuela cuando se juegan partidos en Colón
Incluso, cuando los partidos se juegan durante la tarde en días de semanas, los alumnos de dos escuelas de la zona deben ser retirados antes por sus padres o, directamente, no tienen clases. Por un partido de fútbol.
Se trata de las escuelas San Cayetano -J. J. Paso, entre Francia y Urquiza- y San Antonio de Padua, que funciona junto a la parroquia -J. J. Paso, entre Saavedra y San Lorenzo-.
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Llegar hasta la escuela San Cayetano cuando hay partidos en días de semana, es prácticamente imposible.
"No nos oponemos a los partidos. Lo que no queremos es que la puerta de nuestra casa se convierta en baño y en basurero. Las luces del cantero central están apagadas porque se roban los cables para engancharse", afirmó otra vecina.
La gente de la zona afirma que enviaron notas a la Municipalidad para plantear la situación: "La gestión anterior lo archivó. Entonces, volvimos a hablar con la gestión actual y esperamos una respuesta. Pedimos que los reubiquen, queremos que haya control en los días de partidos".
Estaban en el techo, tirando fuegos artificiales
Una vecina relató, incluso, que en una oportunidad un grupo de personas subió al techo de su casa para tirar fuegos artificiales desde allí: "Lo peor es que llamamos al 911 y la Policía nos dijo que no podía hacer nada".
Según la gente del lugar, en la zona funciona un comercio "que es el que organiza" y en algunos casos "le da luz a los puestos más importantes de comida... La verdad es que existe un grupo que está organizando y obtienen un rédito económico de esto. Mientras tanto, los vecinos que hace mil años vivimos en la cuadra, somos rehenes".
- ¿Por qué pidieron no dar sus nombres y no mostrar sus rostros para hacer esta nota?
- Porque ya tuvimos amenazas. Salimos a la vereda, pasa alguien y te dice 'ya sabemos quiénes son', 'algo les va a pasar'.
Y qué podemos hacer, ¿vamos a ir a la policía a decir que alguien que pasó nos amenazó?... No podemos.
Si la policía tuviera voluntad y cumpliera con la ley como corresponde, esto no pasaría. De paso, podrían también controlar a los negocios que venden alcohol durante el partido, ya que es ilegal. Sin embargo, hay gente que lo hace abiertamente y nadie hace nada. Cuando se lo marcamos a los inspectores, se hacen los distraídos. Entonces, eso nos hace pensar seriamente qué es lo que está pasando.