En diálogo con el programa Ahora Vengo, Ignacio Paz, director de Bienestar de las Fuerzas de Seguridad, comentó sobre esta problemática y las medidas implementadas para abordar la salud mental de los agentes.
Paz destacó el trabajo continuo en la implementación de un protocolo de prevención del suicidio, desarrollado antes de su gestión pero reforzado por su equipo con el apoyo de psicólogos y psiquiatras. Este protocolo, que en lo que va de 2025 activó 25 casos, ha sido fundamental para contener a los agentes en crisis. Sin embargo, también se registraron cuatro suicidios consumados en lo que va del año, lo que refleja la gravedad de la situación.
El protocolo de intervención consiste en la activación de un equipo interdisciplinario que trabaja de manera inmediata cuando se detecta una crisis emocional o subjetiva. En todos los casos, el primer paso es retirar el arma al agente afectado, lo que busca prevenir situaciones trágicas mientras se lleva adelante el tratamiento.
Paz señaló que las cifras de suicidio dentro de las fuerzas se mantienen relativamente estables: en 2025 se registraron cuatro suicidios, lo que coincide con las cifras de años anteriores (cinco en 2024 y ocho en 2023). "El número se mantiene, pero no tenemos indicadores claros porque generalmente no se habla del tema", explicó el director. En general, la edad promedio de los agentes que se suicidan ronda los 30 años, lo que refleja un patrón también observado en la sociedad.
Factores de riesgo: estrés, economía y problemas intrafamiliares
El estrés derivado de las funciones dentro de las fuerzas de seguridad es uno de los principales factores que afectan la salud mental de los agentes. Sin embargo, Paz también subraya que los problemas económicos y familiares juegan un papel crucial en estos casos. "Estamos evaluando dar capacitaciones sobre manejo financiero, para que endeudarse no sea un factor más en los suicidios", mencionó Paz, refiriéndose a uno de los aspectos que están siendo atendidos en la gestión actual.
Además, se identifican problemas de desarraigo, ya que muchos agentes provienen de departamentos del norte de la provincia, lo que dificulta su integración en el sur, donde se concentra una parte importante de las fuerzas. Paz detalló que se están implementando estímulos y facilidades como el refuerzo de colectivos y el Boleto Educativo para ayudar a los traslados, con el objetivo de mitigar los efectos negativos de esta situación.
Evaluación psicológica y mejoras en los controles
Otro aspecto importante que mencionó Paz es la evaluación psicológica que se realiza a los nuevos ingresantes al Instituto de Seguridad Pública (ISEP), la cual se repite cada seis meses durante el período de formación. Si un agente no pasa los controles psicológicos, no es admitido en la fuerza, lo que garantiza que solo los candidatos aptos integren las filas. Sin embargo, el desafío sigue siendo el seguimiento constante, ya que, a pesar de los esfuerzos, algunos casos no se detectan a tiempo.
El director de Bienestar también destacó los esfuerzos por cambiar la estructura de la policía, mejorando las condiciones laborales y el apoyo emocional para los agentes. "Queremos que nuestros agentes se sientan respaldados no solo en su labor diaria, sino también en su salud mental", concluyó Paz.
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