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Política Javier Milei | Argentina | Donald Trump

Una oportunidad inesperada para Javier Milei y las incógnitas que todavía no se despejan

Donald Trump podrá haber evitado una debacle financiera en Argentina, pero le corresponde a Javier Milei la tarea de reconstruir la confianza perdida.

Nada se sabe de las condicionalidades, formatos y tiempos de este rescate excepcional. Tampoco de sus consecuencias en el corto y mediano plazo. Pero la incógnita que mayor expectativa genera es si, después de asomarse hacia el abismo, Javier Milei estará dispuesto a resetear su gobierno y su estilo de hacer política.

Con el apoyo de los Estados Unidos pocos dudan en el mercado de que el ministro de Economía, Luis Caputo, tendrá oxígeno suficiente para llegar a la elección legislativa de octubre. Qué pasará con el resultado electoral sigue siendo una incógnita. El salvataje norteamericano calmó las aguas del mercado financiero, pero este gesto no pavimenta necesariamente el camino hacia el éxito electoral a los libertarios.

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Mucho se especula sobre las condicionalidades de este salvataje. Las especulaciones están al rojo vivo, pero quienes frecuentan círculos diplomáticos y los pasillos del Fondo Monetario Internacional imaginan que una de las condiciones sea la demanda de cancelación, con parte de la asistencia, del préstamo (swap) que el Banco Central de China tiene con el Banco Central de la Argentina.

Públicamente y en privado, tanto el secretario del Tesoro norteamericano Scott Bessent como el secretario de Estado, Marco Rubio, han expresado su interés acerca de que la Argentina reduzca su dependencia financiera de China. En el equipo económico mantienen total hermetismo respecto de la letra chica de las negociaciones.

No obstante, es de esperar que –tan pronto quede atrás la elección– las exigencias de reformas por parte del FMI sí se hagan más perceptibles. Es un clamor cada vez más audible en el directorio del organismo internacional la necesidad de que la Argentina avance con cambios en la política cambiaria.

Javier Milei Kristalina Georgieva Luis Caputo
Se espera que, tras las elecciones del 26 de octubre, el FMI renueve las exigencias sobre reformas económicas en Argentina.

Se espera que, tras las elecciones del 26 de octubre, el FMI renueve las exigencias sobre reformas económicas en Argentina.

Según confiaron fuentes al tanto de las conversaciones, se habló de que el país debería o ampliar las bandas de flotación cambiaria –hoy entre $ 946,54 y $ 1478,26– o directamente eliminarlas. Con esta política, esperan en el FMI, el Gobierno además debiera poder empezar a comprar reservas de forma más consistente.

Más allá de lo estrictamente económico, la principal duda radica en si Milei estará dispuesto a reconstruir lazos con la política para avanzar en acuerdos de mediano plazo. De otra forma, el FMI, el mercado y los inversores posiblemente verán que las promesas de cambio no son sostenibles en el tiempo.

Entre las preocupaciones para lo que vendrá figura la incógnita acerca de si reverá su diagnóstico respecto de los problemas y errores que derivaron en la corrida cambiaria que casi lo deja sin futuro. Ahí aparece la autocelebración por sus logros y la ausencia de autocrítica, así como la negación de inconsistencias y desequilibrios autoprovocados en su programa económico.

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Milei tiene un mes por delante hasta las elecciones para demostrar que aprendió la lección. Que el estilo bravucón y prepotente tiene patas cortas. Que la macroeconomía es clave para encarar un plan de estabilización, pero no es suficiente para empezar a resolver los problemas estructurales de la microeconomía.

El Gobierno podrá festejar la caída de la pobreza al 31,6% en el primer semestre de este año: se desaceleró fuertemente la inflación, subieron los ingresos (sobre todo el año pasado; en este, arañan el movimiento de los precios desde atrás) y las canastas –que delimitan pobreza e indigencia en las estadísticas– mostraron aumentos que fueron, en general, por debajo del índice de precios en los últimos meses. Sumado a la multiplicación de la AUH impulsada por el Gobierno frente a la inflación, pobreza e indigencia se redujeron drásticamente.

Sin embargo, el grueso de los argentinos asevera que no llega a fin de mes. Las suspensiones y despidos en áreas claves de la producción se aceleraron durante el segundo semestre y la recesión se insinúa en el horizonte económico. El presidente Donald Trump podrá haberlo salvado de una debacle financiera, pero le corresponde a Milei la titánica tarea de reconstruir la confianza perdida.