menu
search
Política Enrique Mammarella | pandemia | UNL

Enrique Mammarella: incertidumbre, pandemia y financiamiento, tres fuerzas que marcaron su gestión en la UNL

En diálogo con AIRE, Mammarella reconstruye el impacto institucional de dos mandatos signados por la crisis sanitaria y la tensión presupuestaria.

Ese recorrido abarca desde la irrupción de la pandemia, que obligó a reinventar decenas de dinámicas institucionales, hasta la disputa actual con el Gobierno nacional por el financiamiento universitario. Entre logros, tensiones y objetivos pendientes, Mammarella traza un balance de dos mandatos completos y surge allí una incógnita que lo atraviesa: cómo imaginar el día después de conducir una de las universidades más relevantes del país y del continente.

Aprender a convivir con lo incierto: la pandemia y sus derivados

Mammarella reconoce que la incertidumbre no solo fue un fenómeno externo sino un desafío permanente de gestión. “El aprender de alguna manera a convivir con la incertidumbre y a manejar el riesgo” fue —según contó— una capacidad que debió desarrollar y que lo encontró diariamente en el apoyo de la comunidad universitaria.

LEER MÁS ► Mammarella sobre la situación de las universidades públicas: "Estamos perdiendo futuro"

Enrique Mamarella UNL_DSC06691_MTH_1200

"Intertidumbre", el concepto que atravesó la gestión de Enrique Mammarella al mando de la UNL.

Esa comunidad, dice, respondió con cohesión y un sentido profundo de pertenencia. Aunque la UNL es diversa y extensa, en los momentos de crisis “es como si fuera una sola y altamente homogénea”, reconoció el doctor en Ingeniería Química. Ese espíritu apareció desde el inicio de su gestión, en medio de un clima institucional cargado de simbolismo: el Centenario de la Reforma Universitaria en 2018 y los 100 años de la UNL en 2019.

La pandemia irrumpió cuando esa efervescencia estaba en pleno desarrollo. “Fue un freno para lo que estábamos discutiendo y una gran oportunidad para poner en crisis cosas que veníamos pensando”, resumió. La virtualización repentina de la docencia y la administración de la crisis transformó en obligación lo que hasta ese momento era un proyecto: despapelizar, digitalizar, sumar nuevas herramientas, entre otros.

LEER MÁS ► "La interpelación": el libro de Jorge Prieto que recuerda la pandemia en primera persona

unl pandemia
Clases con distanciamiento en la UNL, bajo los estrictos protocolos que durante la pandemia se implantaron por el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio.

Clases con distanciamiento en la UNL, bajo los estrictos protocolos que durante la pandemia se implantaron por el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio.

El salto fue extremo: en apenas quince días, la UNL tuvo que convertir una universidad preparada para recibir presencialmente a 60.000 personas en una institución completamente virtual. Miles de aulas digitales, docentes sin experiencia previa en entornos virtuales y equipamiento escaso marcaron los primeros días del cambio.

Perdimos la noción del tiempo y por eso trabajamos mucho más”, recuerda. Sin verse cara a cara, equipos académicos y administrativos sostuvieron clases, extensión, investigación y asistencia a la emergencia sanitaria. “Fue un gran desafío y fue algo para lo que no estábamos preparados”.

Puentes en medio del aislamiento social y preventivo

La brecha digital impuso límites y urgencias. La UNL pudo prestar dispositivos en las zonas cercanas a sus sedes, pero no contaba con la logística para llegar más lejos. La conectividad entonces encontró una solución transitoria mediante un acuerdo nacional: las telefónicas permitieron navegar en dominios .edu.ar sin consumir datos. A eso se sumó un proceso maratónico para poner en línea bibliografía, pedir permisos a autores y coordinar una red interuniversitaria de acceso abierto.

LEER MÁS ► La UNL abre las inscripciones para sus carreras a distancia: cómo anotarse paso a paso

ayuda-china

"Todos los que se quisieron ir se pudieron ir o pudieron regresar", reconoció el rector.

La internacionalización, uno de los puntos fuertes de la UNL, también se vio alterada. Más de 120 estudiantes de la institución estaban en el exterior cuando se cerraron los vuelos, al tiempo que otros 120 extranjeros permanecían en Santa Fe. Gestionar retornos, contención sanitaria, alojamiento y asistencia se volvió un trabajo cotidiano. Incluso hubo estudiantes propios que contrajeron COVID en Europa en las primeras semanas de circulación del virus.

LEER MÁS ► La universidad pública en crisis: emergencia salarial y masivas renuncias docentes

La comunidad, remarca Mammarella, fue sostén y red de cuidados: desde alimentos hasta supervisión sanitaria, pasando por la articulación con los tres niveles del Estado.

El impacto emocional: una alarma temprana

La preocupación más persistente de esa etapa estuvo en la infancia y la adolescencia. “Había señales del aislamiento”, señaló el rector. La UNL implementó un programa de salud emocional para jardines, primarias y secundarias. La vuelta a la presencialidad no fue —insistió— igual a la etapa previa a la pandemia.

El desafío político: cuando la universidad pública es cuestionada

Uno de los momentos más tensos de su gestión llegó con las declaraciones del presidente de la Nación sobre la utilidad de las universidades públicas y las consecuentes decisiones del Ejecutivo en detrimentos de la educación universitaria pública. Mammarella lo consideró un golpe inesperado e injusto. “No podemos concebir que se denigre la educación en general”, afirmó.

LEER MÁS ► Mammarella sobre el veto de Javier Milei: "La Universidad no es prioridad para este Gobierno"

Marcha Universitaria_DJI_20250917175534_0132_D_NAF
Sobre la ley aprobada por el Congreso que amplía el financiamiento universitario, Mammarella fue enfático: el Ejecutivo debe cumplirla.

Sobre la ley aprobada por el Congreso que amplía el financiamiento universitario, Mammarella fue enfático: el Ejecutivo debe cumplirla.

Defiende el rol histórico del sistema público: desde los profesionales que asisten una emergencia hasta los equipos científicos que permiten que los hospitales argentinos funcionen a nivel internacional. “Cada uno de nosotros, cuando pensamos en alguna situación extrema, lo primero que pensamos es en el mejor efector público”, explicó.

En ese sentido, graficó: "Nadie se pone a pensar, ni el propio presidente, que seguramente cada vez que sale de la Quinta de Olivos o de Casa Rosada, si bien lleva un equipo consigo, si llega a tener algún problema en cualquier lugar del país, va a haber un servicio público de salud, va a haber fuerzas de seguridad, va a haber paramédicos, rescatistas, ingenieros, que han sido formados en la universidad pública y que le van a salvar la vida".

Para él, la masiva respuesta social en las marchas universitarias reflejó esa percepción: gente que nunca asistió a la universidad, pero que la reconoce en cada medicamento, cada alimento y cada servicio esencial. “Ese es el valor más importante”, destacó.

Financiamiento universitario: entre la insistencia, la escasez y la ley que no se ejecuta

La insistencia del sistema universitario logró, de manera fragmentada, niveles mínimos de funcionamiento. “A cuenta gota nos han dado lo necesario para llevar adelante la función de educar”, señaló. La investigación y la extensión —ejes distintivos de la vida universitaria— quedaron supeditadas a alianzas, fondos externos y cooperación internacional.

En un escenario de dos años sin ley de presupuesto, la administración requirió priorizar y resignar. La UNL dejó de mantener unos diez alquileres, redujo insumos y demoró algunas reparaciones científicas. Recién ahora vuelve a destinar partidas específicas para equipamiento. "Es como se hace en casa. Muchas veces por lo urgente se deja de lado lo importante", lamentó el rector.

LEER MÁS ► Marcha federal universitaria: un grito en Santa Fe para que los senadores frenen el veto de Javier Milei

ruidazo universidad de derecho educacion publica veto a la ley de financiamiento (6).JPG
Primera Marcha Federal Universitaria, en la ciudad de Santa Fe.

Primera Marcha Federal Universitaria, en la ciudad de Santa Fe.

Sobre la ley aprobada por el Congreso que amplía el financiamiento universitario, Mammarella fue enfático: el Ejecutivo debe cumplirla. “El Legislativo legisla, el Ejecutivo ejecuta. Aquí el Ejecutivo se arroga una función legislativa. A nosotros nos corresponde hacer valer los derechos”.

Lo pendiente y lo que viene

Al cerrar su balance, Mammarella reconoció que quedan transformaciones por hacer. La principal, sostuvo, es flexibilizar las trayectorias académicas y recuperar un vínculo más fluido con quienes ya egresaron. “Nos falta trabajar mucho para conseguir que alguien que ya salió de la universidad entienda que la universidad tiene mucho para seguir dándole”, consignó.

LEER MÁS ► La UNL renueva las autoridades de sus 10 facultades en la previa de la elección del nuevo rector

El futuro inmediato —esa nueva forma de incertidumbre— aparece todavía como un territorio abierto. En el escenario aparece una probable vuelta a la docencia y a la investigación, y ya lo convocaron para nuevos proyectos. "Necesito tomarme unos días en enero y ver entre todas las posibilidades cuál me da más gusto y donde creo que mi aporte será más valioso", confesó al respecto en torno al día después de conducir una de las universidades más relevantes del país y del continente.

Enrique Mamarella UNL_DSC06754_MTH_1200

"Estoy muy agradecido a la universidad, que me dio mucho", dijo Mammarella, tras casi ocho años de gestión como rector.

Lo que sí tiene claro es el lugar que la UNL ocupa en su propia identidad. “Uno no tiene idea de lo que representa el lugar que ocupa hasta que sale. Para nosotros es un orgullo ser parte de esta comunidad”. Y aunque la universidad esté décima en tamaño o presupuesto, destaca: "en muchas funciones está entre las cuatro o cinco más importantes del país".

Un cierre personal para una gestión marcada por desafíos inéditos, cambios abruptos y aprendizajes que nadie anticipó, con una convicción que permaneció intacta: incluso en los momentos más inciertos, la universidad pública es el territorio donde se imagina el futuro. “Estoy muy agradecido a la universidad y a la gente. A veces uno no dimensiona el lugar que ocupa, pero cuando sale de acá entiende lo que significa, y eso da orgullo”, resumió Mammarella a días de la elección que, por primera vez, llevará a mujeres a conducir la UNL.