El público acompañó el Matsuri 2025 pese al mal clima.
El Santa Fe Matsuri regresó a la ciudad con una edición que combinó arte, tradición y una presencia masiva del público. A pesar de la lluvia y de un corte de energía que afectó parte de la jornada, los asistentes colmaron el patio de la Asociación Japonesa de Santa Fe (AJSF) para disfrutar de tambores, artes marciales, danzas y espacios culturales que muestran la riqueza de la colectividad.
El presidente de la Asociación Japonesa, Carlos Hiroshi, explicó que el inicio tuvo complicaciones técnicas por un fusible que saltó en la calle. “Estamos esperando a que venga la cuadrilla, pero mientras tanto estamos en el patio tratando de que la gente disfrute. Ya pasó la demostración de Kendo y ahora viene la de karate y próximamente los espectáculos de tambores, danzas y demás”, contó mientras supervisaba la programación.
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Aun con el mal tiempo, la convocatoria se mantuvo firme. “La gente vino porque ya había una veta de entradas programadas y así todo también ha concurrido gente nueva”, señaló Hiroshi. El evento contó con dos funciones —una por la tarde y otra por la noche— con el objetivo de superar las 550 personas de la edición anterior.
El Matsuri reunió a 30 voluntarios locales, entre miembros de la AJSF y estudiantes de la escuela de idiomas Santa Fe Nihongo Gakko. A ese equipo se sumaron 30 artistas de Buenos Aires, convocados a través de un programa de cooperación cultural del gobierno japonés vinculado a la protección ambiental.
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La delegación incluyó al grupo Ryukyukoku Matsuridaiko, referente en danzas Eisa; Mukaito Taiko en tambores japoneses; exponentes de Nihon Buyo, ceremonia del té, ikebana y canto anime; además de escuelas de Kendo, Aikido y Karate Do. También participaron talleres de Sumi-E y exposiciones de bonsái.
Entre las exhibiciones más convocantes de la tarde estuvo la demostración de Karate de la escuela Miyasato, encabezada por Juan José Gómez Barroso, docente universitario e instructor en la Asociación Japonesa.
Gómez Barroso explicó que la escuela practica karate tradicional de Okinawa y trabaja con grupos de niños, adolescentes y adultos. “La forma de dar clase es muy diferente con niños que con adultos. Hoy mostramos una parte del karate, pero en la clase lo complementamos con juegos cooperativos. No es karate deportivo, es otra disciplina”, señaló.
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El instructor también destacó la dimensión filosófica de la práctica: “El objetivo principal de la escuela es formar ciudadanos que sean útiles a la sociedad. Para eso combinamos cuerpo, mente y espíritu”. La exhibición cerró con rotura de maderas, un momento que emocionó a las familias. “Los chicos nunca habían roto maderas y hoy hicieron su primer intento exitosamente. Se van felices y ahora buscan la madera para llevarla de recuerdo”, contó.
El festival fue declarado de interés cultural por el Concejo Municipal, un gesto que la Asociación valora profundamente. Además, Hiroshi adelantó que en 2025 la colectividad japonesa celebrará los 140 años de la inmigración japonesa en Argentina, con actividades en todo el país.
A lo largo del día, el público recorrió stands gastronómicos, artesanías, talleres culturales y exhibiciones artísticas que formaron parte de la experiencia. A pesar del clima inestable, la comunidad respondió con entusiasmo y acompañó una propuesta que ya se instaló como un clásico en la agenda santafesina.
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