Un joven comerciante de Santa Fe, Julio Cabal de 29 años, falleció de un disparo en el pecho el 17 de septiembre de 2019, minutos antes del mediodía. La sección Homicidios de la entonces PDI y la fiscal de la unidad de Homicidios, Ana Laura Gioria, rearmaron un rompecabezas para determinar lo ocurrido: Cabal fue asesinado en un intento de robo.
Una semana después se detuvo a un joven de 24 años, identificado como Juan Cruz Gambini, sospechado de ser el autor del crimen. La imputación fiscal se sostuvo sobre algunos elementos claves: una boina, un pantalón y un testigo reservado. El resultado del estudio realizado sobre uno de estos elementos refuerza la hipótesis de la Fiscalía, quien evalúa dar por concluida la investigación y llevar a juicio a Gambini por el homicidio de Julio Cabal.
Perfil genético
El personal policial que peritó el almacén ubicado en calle Urquiza al 2200 detectó una boina cuadriculada blanca y negra sobre un paquete de galletitas. Se presume que el sospechoso llevaba puesta esa boina y se le cayó en el forcejeo con Julio Cabal. Tras el disparo, apurado en la huida, el objeto quedó olvidado en el lugar.
La única testigo del hecho es una empleada del local, quien quedó shockeada al presenciar el crimen, y no pudo describir al atacante. Sin embargo, aportó que el hombre llevaba la boina colocada cuando ingresó al comercio. Esa boina fue sometida a un examen de ADN, que fue realizado por el Servicio de Genética Forense del Laboratorio Forense del Organismo de Investigaciones, y la fiscal Gioria recibió los resultados que le permitirán sostener la imputación sobre Gambini.
Si bien el resultado descarta que un cabello detectado en la boina sea del acusado, fuentes judiciales confirmaron a Aire Digital que el material genético hallado en la gorra corresponde al linaje paterno del imputado. Esto no desvincula a Juan Cruz Gambini de la causa, sino que incluso refuerza su participación; la acusación, tanto la Fiscalía como la querella a cargo de la abogada del Centro de Asistencia Judicial a la Víctima, Vivian Galeano, llevarán a juicio al imputado.
A juicio
Fuentes del Centro de Asistencia Judicial a la Víctima confirmaron que aún aguardan la recepción de algunos resultados de pericias, pero que se avanza firmemente a presentar la acusación. Desde la Fiscalía también se evalúa dar por terminada la investigación y presentar la acusación contra Juan Cruz Gambini por el homicidio del joven almacenero.
Gambini fue llevado por primera vez a tribunales para ser imputado por el hecho el 22 de septiembre de 2019. En la audiencia, la fiscal Gioria, reveló cómo fue la mecánica del crimen de Julio Cabal, ocurrido el martes 17 de septiembre en horas del mediodía en la fiambrería “Almacén del Norte” de Urquiza al 2200, casi Salta. El asalto ocurrió cerca de las 13.15 cuando un delincuente llegó a la puerta del local a bordo de una motocicleta tipo 110. Allí, entró, sacó un arma -tipo revolver- y exigió a la empleada que le entregue la recaudación de la caja; ante la negativa de Cabal, forcejeó con él y efectuó una serie de disparos. Uno de los balazos impactó en la cara anterior del tórax de Cabal por lo que debió ser trasladado al hospital José María Cullen de urgencia por su padre, lugar en donde dos horas después se constató su deceso.
La fiscal le atribuyó al acusado el delito de “homicidio doblemente calificado por el uso de arma de fuego y criminis causae” y “tentativa de robo calificado con arma de fuego”. “Lo mató porque no pudo cometer el robo”, aseguró Gioria a los medios presentes en tribunales luego de la audiencia.
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Dos días después, la fiscal expuso la evidencia que vinculaba a Gambini con el crimen: testimonios, imágenes de cámaras de vigilancia y elementos secuestrados. Dos testimonios permitieron establecer la fisonomía del autor del crimen de Cabal; uno fue el de la empleada de la fiambrería, la cual sostuvo que la persona que ingresó al local, cerca de las 13.30, fue un hombre “robusto” pero que no logró identificarlo. Mientras que el otro relato, quizás el de mayor aporte informativo para la pesquisa, fue el de un testigo de identidad reservada -menor de edad- que declaró en sede fiscal un día después del suceso.
Este último fue quien aportó que del comercio vio escapar a un muchacho –que vestía un pantalón azul, un buzo tipo canguro, de rulos y con “pocitos” en el rostro– el cual subió a una motocicleta 110 color plateada y a toda velocidad huyó por calle Salta en dirección al oeste. Ese testimonio, fue la llave para que los investigadores puedan establecer cómo fue la secuencia de la huida.
El otro dato que permitió a los investigadores poder reconstruir su hipótesis fue el hallazgo de una boina color blanco y negro -cuadriculada- que estaba arriba de un paquete de galletitas del almacén. Esta es la boina que fue comparada con la muestra de sangre extraída a Gambini, y aportó el resultado que permite a la acusación llevar a juicio al imputado. Con ese hallazgo y además con el relato del testigo de identidad reservada, la pesquisa se centró en determinar cuál fue el motociclista que circuló con tales características de manera previa y con posterioridad al fatal episodio.
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