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Policiales Homicidio | Crimen | robo

A un año del homicidio de Maxi Olmos sus agresores siguen detenidos y la moto, desaparecida

A Maxi Olmos lo mataron para robarle su moto hace un año. "Pastelito" y el "Gringo" fueron detenidos en noviembre y desde entonces están en prisión preventiva. La moto nunca fue encontrada.

Maxi Olmos tenía 25 años y se había comprado la moto de sus sueños, una Honda Tornado negra, con apliques en color naranja que las distinguía del resto. En la primera semana casi ni la sacó del garage de su casa. Pero la noche del jueves 19 de septiembre de 2019 quiso ir a buscar a su novia al trabajo y se subió a la moto por segunda vez.

Cuando iba por Avenida Facundo Zuviría advirtió que lo seguían dos personas en otra moto. Dobló por Domingo Silva, intentó perderlos, hasta que en calle Pasteur y Larramendi debió frenar para evitar chocar con un auto y sus perseguidores le dieron alcance.

Le pegaron dos balazos, con uno se cayó de la moto. Con el otro, ya en el piso, perdió la vida.

Los agresores huyeron en sendas motocicletas y nada se supo de ellos hasta algunos meses después como resultado de una intrincada investigación llevada adelante por la fiscal Rosana Marcolín.

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La fiscal Marcolín junto a Azucena, la mamá de Maxi, y los abogados querellantes Risso Patrón y Walker Torres

La fiscal Marcolín junto a Azucena, la mamá de Maxi, y los abogados querellantes Risso Patrón y Walker Torres

Una banda dedicada al robo de motos

Al momento del homicidio de Maxi, Marcolín se encontraba investigando las causas por robos de moto en la ciudad de Santa Fe. Días previos al crimen del joven habían ocurrido hechos similares y con un denominador común: el objetivo eran conductores en motos de alta cilindrada que eran perseguidos y baleados a fin de hacerlos perder el control de la motocicleta.

Diez días después del ataque a Olmos, la Fiscalía solicitó una serie de allanamientos que permitió la detención de varias personas involucradas con estos hechos, y si bien se sospechaba que podían haber sido quienes habían asesinado a Maxi, faltaban los elementos que los vinculen directamente.

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Esto ocurrió algunos meses después, a fines de noviembre. Con los sospechosos en prisión preventiva, la fiscal pudo atar los cabos sueltos y sostener sin dudas que dos de los cinco detenidos tiempo antes habían sido los homicidas de Olmos.

Abundante evidencia

Estos elementos fueron adelantados en la audiencia de ampliación de imputación ante el juez Nicolás Falkenberg, el 19 de noviembre, a dos meses del crimen: chats eliminados en Whatsapp, una heladera con una foto de Harry Potter, la moto del “Gringo” y la declaración de otros dos coimputados fueron claves para vincular a “Pastelito” Martínez y el “Gringo” Noriega no sólo con el crimen de Maxi sino también con el robo al peluquero Horacio Leguizamón, que debió ser hospitalizado por el disparo recibido.

En ese momento la fiscal enumeró como evidencia: las pericias a los teléfonos celulares secuestrados en los allanamientos, donde se detectaron conversaciones de whatsapp borradas referidas a los hechos, del mismo modo el impacto del celular del Gringo en la zona del crimen de Olmos. Además los registros de las cámaras del 911 y de comercios particulares que permitieron reconstruir la trayectoria de Maxi y cómo era seguido por dos hombres en moto.

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Los allanamientos realizados permitieron desarticular una banda que cometía violentos robos de motos

Los allanamientos realizados permitieron desarticular una banda que cometía violentos robos de motos

También se logró realizar un reconocimiento positivo de la motocicleta utilizada por los imputados, además del secuestro de la heladera y la moto ya referidas. Por último, la declaración de los dos coimputados en la primera causa, por asociación ilícita, según la cual Pastelito y el Gringo les habrían relatado cómo fueron los ataques a Olmos y Leguizamón. Los datos brindados por los dos coimputados fueron luego corroborados con el avance de la investigación.

“Un brindis por el finado”

Todo este cúmulo de evidencia en contra de Pastelito y el Gringo fueron ampliados en detalle en la audiencia del 6 de diciembre de 2019 ante el mismo magistrado, quien dio por acreditada la participación de ambos en el ataque a Maxi y el robo a Leguizamón.

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Durante la audiencia, Marcolín, junto con los abogados querellantes Martín Risso Patrón, Matías Pautasso y Carolina Walker, repasó lo aportado a la causa en especial por cuatro testigos: dos vecinos que presenciaron el ataque a Olmos, y dos coimputados junto a "Pastelito" y el "Gringo" como integrantes de la misma asociación ilícita. Uno de los testigos del hecho relató cómo el joven Olmos era perseguido por otras dos personas en moto, cómo le efectuaron un disparo que lo hizo caer de la motocicleta y cómo, una vez que se hicieron de su rodado, le volvieron a disparar y se dieron a la fuga. Los coimputados, Brian y Alberto M. aportaron conversaciones mantenidas con "Pastelito" y el "Gringo" en las que se jactaban que nunca podrían involucrarlos con el crimen ya que a la motocicleta no la iban a encontrar.

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La moto que le robaron a Maxi aún no pudo ser encontrada

La moto que le robaron a Maxi aún no pudo ser encontrada

El robo de la motocicleta de Leguizamon ocurrió una semana antes del ataque a Olmos y fue igual: Leguizamón recibió un disparo en la pierna para que abandone su motocicleta, y otro disparo dirigido a su cabeza cuando los ladrones se retiraban con el vehículo.

El hijo de la víctima aportó a la fiscalía la captura de pantalla de un grupo de whatsapp, “El chakito ATR”, conformado por personas que comparten su interés por las motocicletas. Allí remarcaba la fotografía de una motocicleta que sería la utilizada para el robo del rodado de su padre. En el mismo sentido aportó dos fotos de la moto de su padre que estaba siendo viralizada por redes sociales para la venta. De estas fotos se destacan dos cosas: la patente y la puerta de una heladera con una calcomanía muy particular.

Martínez fue detenido en la casa de su pareja, donde se secuestraron siete motocicletas, entre ellas la utilizada en los robos de Leguizamón y Olmos. Los testigos presenciales del ataque a Olmos y el propio Leguizamón reconocieron esa motocicleta en una rueda realizada en la puerta de la PDI, exhibida junto a otras motos similares. En tanto Noriega fue detenido un par de días después en Villa Dora, y al requisarse su vivienda se secuestró la heladera con la calcomanía particular que era vista en las fotos viralizadas de la moto robada a Leguizamón.

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Las pericias practicadas a los teléfonos celulares secuestrados, especialmente al de "Pastelito" Martínez, fueron reveladores para entender la mecánica de los robos de motos y la vinculación de los dos implicados con los hechos investigados de Olmos y Leguizamón.

En una conversación de whatsapp mantenida el día 11 de septiembre, previo al robo a Leguizamón, se destaca cómo estaban buscando motos Tornado, porque las tenían encargadas. En tanto, el día del crimen de Olmos se dio una conversación de whatsapp entre Noriega y Martínez en la que coordinaban “salir esa noche” y Noriega le insistía que le lleve un casco.

Marcha inseguridad septiembre
Manifestación masiva en Santa Fe para pedir seguridad en septiembre de 2019, luego de los asesinatos de Julio Cabal y Maxi Olmos.

Manifestación masiva en Santa Fe para pedir seguridad en septiembre de 2019, luego de los asesinatos de Julio Cabal y Maxi Olmos.

Minutos después de las 21, posterior al crimen de Maxi, vuelven a comunicarse y se refieren a lo ocurrido: “ni cabida a nadie, antes de vender la moto sacale la batería”, “borrá todo”, “¿ya la tenés vendida?” y por último un mensaje de marcado desprecio a la vida: “vamos a tomar algo por el finado”.

Por último, también en el teléfono de Martínez se lograron recuperar diferentes fotografías que los incriminan: una tomada a la moto de Maxi, posterior al robo ya que se percibe que tenía la palanca del embrague partida. El fragmento fue secuestrado como evidencia en el lugar del hecho. Además, capturas de pantalla de la noticia publicada por Aire Digital a los pocos minutos del hecho.

A un año del crimen de Maxi, y a poco menos de haberse identificado a sus autores, ninguno de los elementos de cargo pudieron ser revertidos en la causa y los sospechosos se encaminan a una posible pena de prisión perpetua por la autoría de los delitos homicidio doblemente calificado por alevosía y criminis causae -es decir, para lograr su impunidad- y homicidio calificado criminis causae en grado de tentativa, en perjuicio de Olmos y Leguizamón respectivamente.

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