“Es necesario que la perspectiva de género esté incluida en la nueva redacción, porque ha aportado a una ampliación de derechos de toda la población, no solamente de las mujeres o de la disidencia sexual”, dijo Mariángeles Camusso, secretaria de Géneros y Sexualidades de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la UNR.
El dossier que surgió de esa jornada —de la que participaron ocho convencionales, tres del bloque mayoritario Unidos para Cambiar Santa Fe, cuatro de Más para Santa Fe y una de Activemos Santa Fe— es un insumo para el debate, una invitación a discutir con argumentos y sin perder de vista que no se trata solo de artículos o reformas técnicas: lo que está en juego es la vida concreta de las personas.
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“Hoy es central pensar en lo que la provincia ya exhibe en algunas políticas, cuando habla de la sociedad de los cuidados”, plantea Camusso. Y ahí se detiene: “¿Cómo hacemos para cuidar? ¿Para cuidarnos? ¿Para cuidar el ambiente? ¿Cómo se construye una sociedad que pueda ser próspera, que dé lugar a que cada persona desarrolle su proyecto de vida?”.
Todas las personas necesitan cuidados. En algún momento de la vida, en muchos momentos. No se puede trabajar ni invertir en la Bolsa sin haber comido, por ejemplo. “El cuidado es esencial, es la base. Sin cuidados garantizados, no hay producción, ni desarrollo económico, ni nada de lo que hoy parece tan central”, sigue la académica.
Llevar la discusión sobre el cuidado a la Constituyente es también una forma de poner el tema en el centro. “La población está envejeciendo y tenemos que pensar cómo vamos a hacer para sostener la vida en esta provincia con una población que cada vez envejece más y que, además, se resiste a reproducirse”, apunta Camusso.
Por eso el documento propone algunos ejes transversales. Uno de ellos es la política pública de cuidados como pilar de una democracia sustantiva. Es decir, no solo formal.
“Traemos discusiones que los feminismos venimos dándonos hace tiempo”, explica Camusso. Y recuerda: “El trabajo de cuidado es la base para producir valor. Le hemos dado valor al cuidado, y a veces lo resumimos con esa frase tan querida para los feminismos: eso que llaman amor, es trabajo no pago”. El cuidado no solo produce valor económico. También produce vínculos, comunidad, una forma de sostener lo que no se puede medir con plata.
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Es, en definitiva, lo que —en un mundo en riesgo en varios planos— hace posible la supervivencia social, comunitaria, la posibilidad de una vida que no se mida solo en términos de productividad.
Pensar en una sociedad del cuidado es pensar en el cuidado colectivo en todas las etapas de la vida.
Esa idea estuvo presente en todas las propuestas surgidas en la jornada de trabajo, organizada en cuatro ejes: Derecho a la Salud; Derecho a la Educación; Trabajo decente, jubilaciones y pensiones; y Representación y medidas de acción positiva. En cada eje se formularon propuestas, condensadas en un dossier de 18 páginas.
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Florencia Rovetto, del Área de Géneros y Sexualidades de la UNR; Mariángeles Camusso, de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacioles, Cintia Pinillos, decana de la Facultad y el director de la carrera de Ciencias Políticas, Esteban Iglesias.
La amplia participación confirmó que había una necesidad. “Todas las personas y entidades que convocamos participaron”, contó Camusso. Hubo gremios, trabajadoras de la ESI en distintos niveles del Estado y fuera de él, militantes feministas, colectivos de la diversidad, agrupaciones políticas universitarias. Un tejido que, si bien no está en el organigrama del poder, sostiene muchas de las políticas públicas que se pretenden ampliar o preservar.
La discusión social sobre la Constitución, entonces, sigue latiendo. El documento es un aporte, pero también una forma de entrar en conversación. “Desde el trabajo universitario y desde los feminismos hemos producido materia crítica, reflexiones, conocimiento. Eso puede ser un insumo para las y los constituyentes. Porque puede haber personas que llegan al debate sin argumentos sólidos, y lo que queremos es constituirnos como una fuente de consulta”, dijo.
Entre las propuestas en Educación, se destacan:
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Que el Estado garantice Educación Sexual Integral en todos los niveles educativos, incluyendo el superior, y formación continua para docentes en ESI, género y derechos humanos.
La creación de jardines maternales públicos, estatales y gratuitos en todo el territorio santafesino.
Obligatoriedad escolar desde la sala de 4 años hasta finalizar la secundaria.
Garantizar el derecho a la educación de personas con discapacidad, con un sistema público que no imponga barreras.
Adherir a la Convención de Belém do Pará.
En Salud, se propuso modificar el artículo 19 para que el Estado se comprometa a garantizar “el derecho a la salud integral como derecho humano fundamental de todas las personas que habiten y/o transiten el territorio de la provincia”.
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Sobre Seguridad Social, se plantea una nueva redacción del artículo 21: el Estado debe instituir un sistema con carácter integral e irrenunciable, que incluya seguro obligatorio, jubilaciones y pensiones móviles, defensa del bien de familia y compensaciones económicas.
La comisión sobre Representación y Acción Positiva fue clara: “La paridad es un umbral innegociable para garantizar el estatuto de ciudadanía de las mujeres santafesinas”. Es un piso, no un techo. También proponen modificar el artículo 2 para incorporar instrumentos internacionales con jerarquía constitucional que no están mencionados, como la Convención de Belém do Pará.
Quienes convocaron la jornada no son ingenuas. Saben que, por la composición de la Convención y el clima político actual, no va a ser fácil avanzar en una reforma progresista. Señalan que parte de la clase política está más interesada en discutir la reelección o en polarizar con discursos simplistas y retardatarios que en incorporar derechos colectivos urgentes.
Y a eso se suma otro obstáculo: la Convención funcionará desde el 14 de julio sin espacios concretos para la participación ciudadana. Aun así, desde la UNR apuestan a ser una fuente de consulta, un lugar desde donde acercar argumentos y materiales para aportar al debate.
Lo hacen con una convicción simple y fuerte: que la Constitución también se escribe con los cuidados.