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Internacionales León XIV | Papa Francisco |

Un analista asegura que Leon XIV es la reelección de Francisco

Para el analista internacional Luis Rosales, la elección de León XIV representa la reelección de Francisco y la continuidad de su legado.

Francisco, el primer Papa americano, dejó una marca profunda en la Iglesia Católica, especialmente en temas de justicia social y geopolítica, adoptando una postura activa frente a cuestiones complejas como la relación con China, donde abrió un camino histórico para la Iglesia Católica. La firma de un concordato con el gobierno comunista chino fue tomado como un gesto audaz, dada la importancia estratégica de ese país y su mercado "virgen" de religiones monoteístas.

Este vínculo con la geopolítica y su enfoque hacia los más necesitados han sido características destacadas del pontificado de Francisco. Según Rosales, su tarea inconclusa ha sido la evangelización de regiones como China, un objetivo que nunca se completó con los jesuitas del siglo XVI, pero que Francisco alcanzó. Con la elección de León XIV, la misión parece continuar en la misma dirección.

León XIV: un Papa de continuidad

El nuevo Papa, identificado como León XIV, representa la "reelección de Francisco", sostuvo Rosales. Con su origen en los agustinos, una orden religiosa que comparte muchas similitudes con los jesuitas en su vinculación con los pobres, León XIV parece destinado a continuar el trabajo iniciado por Francisco. Para muchos, su elección marca un retorno al modelo de trabajo que Francisco había delineado, tanto en lo espiritual como en lo geopolítico.

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El nuevo Papa, identificado como León XIV, representa la reelección de Francisco.

El nuevo Papa, identificado como León XIV, representa la reelección de Francisco.

El nuevo Papa, identificado como León XIV, representa la "reelección de Francisco", sostuvo Rosales. Con su origen en los agustinos, una orden religiosa que comparte muchas similitudes con los jesuitas en su vinculación con los pobres, León XIV parece destinado a continuar el trabajo iniciado por Francisco. Para muchos, su elección marca un retorno al modelo de trabajo que Francisco había delineado, tanto en lo espiritual como en lo geopolítico.

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Su vida en Perú y su cercanía con las comunidades marginadas son reflejo de esa continuidad con la misión de Francisco de llevar el mensaje de la Iglesia a los sectores más necesitados. Esta elección no solo se siente cercana a América Latina, sino también a los Estados Unidos, donde se reconoce al nuevo Papa como una figura "americana".

La Iglesia Católica, con sus más de 2.000 años de historia, enfrenta un desafío constante: encontrar el equilibrio entre los sectores conservadores y los progresistas. Según Rosales, Francisco logró navegar entre estos dos polos de manera hábil, a través de gestos como la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, para representar a ambas corrientes. Esta estrategia de "calentar" a ambos lados, como si se tratara de una frazada corta, ha sido una de las claves del éxito de Francisco.

El legado de Francisco también se ha medido en términos de justicia social. Su postura fue clara en cuanto a la defensa de los más vulnerables, un tema que resuena en toda América Latina y más allá. En este contexto, la figura de León XIV se presenta como un continuador de esa labor, con la misma dedicación por los pobres y la justicia social.

Robert Prevost, León XIV.
Para Rosales la figura de este nuevo Papa se perfila como la reelección espiritual del legado de Francisco.

Para Rosales la figura de este nuevo Papa se perfila como la reelección espiritual del legado de Francisco.

Uno de los temas que sigue siendo un interrogante es por qué el Papa Francisco no visitó su país natal, Argentina. Aunque Rosales subraya que esta decisión no quedó clara, sin embargo, como señala el biógrafo, "no soy quién para juzgar las decisiones de un Papa".

León XIV no es solo un sucesor más en la historia de los Papas, sino un reflejo de la continuidad del pontificado de Francisco. Con un enfoque en la justicia social y la geopolítica, la figura de este nuevo Papa se perfila como la reelección espiritual del legado de Francisco.