menu
search
Sociedad libertad | vejez |

La verdadera libertad empieza a los 50: la filosofía de Esther Díaz

"Una filosofía de la vejez" se llama el libro de Esther Díaz que propone una mirada feminista y rebelde sobre la etapa más larga —y con más libertad— de la vida.

“Vieja”, gritan sin amabilidad. “Abuela”, le dicen a cualquier adulta mayor, sin ninguna relación de parentesco. Expresiones cargadas de desprecio social hacia la etapa más larga de la vida. “Una edad culturalmente desvalorizada, invisibilizada y patologizada”, describe la filósofa Esther Díaz en "Una filosofía de la vejez. Sabiduría, humor y deseo sin importar la edad que tengas". Pero también puede ser la edad de la libertad.

“Nunca creí que un libro sobre la vejez podría llegar a tener la repercusión que está teniendo en este momento”, afirma Esther Díaz, conocida como “la filósofa punk”, título de su libro de memorias publicado en 2019.

Lo primero que aclara —y es pertinente hacerlo— es que "Una filosofía de la vejez", publicado por Sudamericana, “no es un libro de autoayuda”. La diferencia, explica, es que “autoayuda es dar recetas universales”.

LEER MÁS ► Lo que no se dice también pesa: el estrés silencioso en la vejez

En cambio, “la filosofía crea conceptos, recrea conceptos que ya se han dicho antes de nosotras y, en función de eso, intenta que las personas lo elaboren y lleguen a sus propias conclusiones, porque no existen las leyes universales. Existen los seres humanos, y cada ser humano es totalmente diferente a otro, a pesar de tener muchas cosas en común también”.

Esther se define como “una enamorada de la filosofía” y son míticas sus clases en la Universidad de Buenos Aires, donde desbordaba las aulas de personas interesadas en escucharla.

Esther Díaz 1
Esther Díaz, a los 85 años escribió

Esther Díaz, a los 85 años escribió "Una filosofía de la vejez". Imagen: Alejandra López.

Según la estimación del INDEC, en 2025 la esperanza de vida se ubica en 82 años para las mujeres y 75 para los varones. El censo de 2022 mostró que el 11,9% de la población del país tenía más de 65 años. Casi 2 de cada 10 mujeres (18,4%) tenía más de 60 años.

¿Para qué sirven todos estos números? Para dimensionar la magnitud de una población que es discriminada, e incluso insultada desde los gobiernos, cuando se habla de “jubilaciones sin aportes”.

Esto ocurre mientras las mujeres aportan más del doble de horas de tareas de cuidado que los varones al PBI (medido en 2020, esos trabajos eran el sector más importante de la economía) y tienen una mayor tasa de informalidad en sus empleos, especialmente a partir de la maternidad, cuando recortan horas de dedicación laboral y acceden a trabajos de menor calidad por la demanda de las tareas de cuidado.

Porque el libro de Esther Díaz está escrito desde la perspectiva de una mujer. Y así relee también a los clásicos. La filosofía tiene mucho para decir sobre la vejez, lo ha hecho desde Platón en La República. “No importa la edad que se tenga, importa cómo se vive; y si no se sufre extrema pobreza o enfermedades paralizantes, se dan las condiciones para considerar que la adultez mayor es la edad de la libertad”, escribe en la página 14 del libro.

David Sinclair, el científico de Harvard que afirma que "la vejez es una enfermedad"
Según la estimación del INDEC, en 2025 la esperanza de vida se ubica en 82 años para las mujeres y 75 para los varones.

Según la estimación del INDEC, en 2025 la esperanza de vida se ubica en 82 años para las mujeres y 75 para los varones.

Esther Díaz tiene 85 años. “Mi vida ha sido así demasiado larga, estoy tan feliz de haber abrazado esa disciplina, que me dio tantas satisfacciones y en momentos hasta me ha salvado la vida”. Ese amor nació cuando era pequeña. “Siempre me pregunté por los misterios de la vida desde muy chiquita”. Por las vicisitudes políticas de la Argentina y su biografía personal, no pudo doctorarse hasta los 50 años. En esa misma época vital empezó a disfrutar plenamente de la sexualidad.

“Si tenés las condiciones de una existencia mínimamente digna, es la edad de la libertad. Ya no tenés que dar explicaciones a nadie, ya no tenés que pedir permiso a nadie. Ya dependés de vos misma. Realmente, para mí fue tocar el cielo con las manos”, expresó.

LEER MÁS ► Jubilaciones y pensiones: la ANSES oficializó los nuevos montos para julio, cómo queda cada haber

Claro que con jubilaciones mínimas —el 70% del total— de 314 mil pesos, que se elevan a 384 mil con el bono, y con pensiones universales de 321 mil, esas condiciones de libertad son excepcionales, porque millones de adultos mayores en el país dependen económicamente de sus familias.

Un retroceso histórico para las mujeres, porque la dependencia económica fue siempre una forma de sujeción.

Hay pinceladas de la historia de Esther a lo largo del libro; son disparadores para enhebrar reflexiones que van desde Michel Foucault hasta Judith Butler, entre otros y otras pensadores. También hay un recorrido por la forma en que se representa la vejez en películas y literatura, siempre con una mirada crítica.

sexualidad adultos mayores vejez.jpg

“A los 50 años descubrí que era multiorgásmica. A los 50 años, cuando normalmente, en una sociedad patriarcal como la que vivimos, se considera que a esa edad ya sos una ‘vieja de mierda’, ya no servís para nada”, sorprende Esther Díaz, que además de libros escribe columnas quincenales en el diario Página/12.

“No solamente sigo trabajando ahora, sino que puedo también disfrutar de mi sexo. Porque, si bien es cierto que no tengo pareja, he aprendido a hacer un culto del autoerotismo. Me parece realmente una solución fantástica en un mundo tan defectivo con las mujeres, sobre todo con las mujeres viejas”, sigue su reflexión.

Lo cierto es que ser vieja —si se tiene suerte— será inevitable. “Hay algo del orden de la naturaleza, que a eso no le puedo echar la culpa a nadie, porque la naturaleza es que las mujeres vivimos mucho más que los hombres, eso pasa en cualquier parte del mundo”, dice Esther, y recuerda que el 80% de las personas viudas en el mundo son mujeres.

LEER MÁS ► El amor y la sexualidad no tienen edad ni fecha de vencimiento: la explicación de una médica tras los dichos de Soledad Silveyra

Esther Díaz desgrana una crítica a la identidad “abuela”, no como lazo de parentesco, sino como descripción de las mujeres de cierta edad. “Es la única edad en que la gente te falta el respeto a punto de hacerte perder la identidad. Ya no sos la señora, ni sos Esther, sos abuela”, afirma. Cuando alguien que no es su nieto le dice abuela, Esther responde con argumentos y vehemencia. “Hago campaña de eso”, asegura.

Su libro termina con un Manifiesto de varios puntos. Uno de ellos dice: “Basta de llamarnos ‘abuela’. Tenemos identidad y exigimos que se respete nuestra pertenencia al nombre propio, que no nos rebajen a ser un apéndice de la familia y nada más”.

Esther hizo de su vida una obra de arte, como puede verse en el documental La mujer nómade. Sufrió violencia, abusos y el dolor más grande: sus dos hijos murieron jóvenes.

Su actitud ante la vida es de agradecimiento, pero un agradecimiento punk, con rebeldía. “Gracias a la larga vida que me ha dado la vida, porque tampoco soy desesperada por vivir mucho, pero sí estoy muy contenta de que empecé a ser feliz —si tal cosa existe— después de los 50 años, justamente cuando la gente piensa que ya se terminó todo para uno”.

Temas