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Sociedad

El asesino en serie Robledo Puch hoy cumple 67 años

Carlos Eduardo Robledo Puch uno de los asesinos en serie más importantes de la historia argentina cumple hoy 67 años.

El último cumpleaños que pasó en libertad fue el 19 de enero de 1972, dos semanas antes de caer por once asesinatos. Por entonces, el llamado “Ángel Negro” vivía en un país que estaba bajo la dictadura de Alejandro Agustín Lanusse.

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Robledo cumplirá el 2 de febrero 47 años en prisión. El causal de su pérdida de libertad es haber matado por la espalda o mientras dormían a nueve hombres y dos mujeres.

“En la actualidad pasa sus días leyendo o escribiendo cartas. Insiste en pedir su libertad y quiere que su caso sea considerado una injusticia porque, según asegura, no mató a nadie”, según un informe publicado por Infobae.

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Carlos Eduardo Robledo Puch es el mayor asesino seria de la historia argentina. Nacido el 19 de enero de 1952, a Robledo Puch se lo ha condenado por diez homicidios calificados, un homicidio simple, una tentativa de homicidio, diecisiete robos, cómplice de una violación, y de una tentativa de violación, un abuso deshonesto, dos raptos y dos hurtos. El denominqeo “Ángel de la muerte” es la persona con más delitos graves imputados en Argentina.

Robledo Puch entró a prisión con apenas 20 años y lleva recluido en el penal de Sierra Chica 44 años. Ahora será trasladado a San Isidro donde le realizarán una serie de estudios médicos debido a su desmejorada salud.

La historia delictiva de Robledo Puch comenzó junto a Jorge Ibáñez, en 1970, con el asalto a la joyería de Rachmil Israel Isaac Klinger, en el barrio de Olivos. De allí se habrían llevado unos 100.000 pesos. Además se los acusó de robar en un taller de caños de escape, a pocas cuadras de la joyería.

El primer homicidio que se les adjudica a estos dos jóvenes ocurrió en 1971. Las víctimas fueron Manuel Godoy, sereno de una boite de Olivos, y el encargado, Pedro Mastronardi, sorprendidos mientras dormían.

Así se inició un raid de crímenes que incluyó el asesinato del sereno de una casa de repuestos, de un empleado de un supermercado y la violación y muerte de dos mujeres.

La complicidad entre Puch e Ibáñez concluyó abruptamente en agosto de ese año, cuando chocaron en la avenida Cabildo. Ibáñez falleció instantáneamente. Hay quienes dudan de que la muerte de su primer socio haya sido accidental.

Poco después del deceso de Ibáñez, Robledo Puch consiguió un nuevo cómplice. Se trató de Héctor Somoza, junto a quien habría asesinado a un hombre en una concesionaria y a otro sereno en una agencia de automóviles.

Este nuevo socio le duró poco tiempo. En 1972 ambos dieron muerte a un hombre en una ferretería, tras lo cual Robledo Puch habría matado de un balazo a Somoza, además de prenderle fuego la cara y las manos para evitar que lo reconozcan, según se sostuvo en la investigación. Un error en este suceso fue lo que llevó a que el “Ángel de la muerte” fuera detenido: olvidó su cédula de identidad en el bolsillo de Somoza.

Robledo Puch niega cada uno de los asesinatos por los cuales fue condenado, aunque reconoce haber sido partícipe de varios robos.

Robledo Puch fue detenido con tan sólo 20 años de edad, el 3 de febrero de 1972. En 1980 fue condenado a prisión perpetua por diez homicidios agravados, un homicidio simple, 17 robos y dos casos de abuso deshonestos.

El fallo de la Sala 1 de la Cámara de Apelaciones de San Isidro lo consideró “un psicópata con plena capacidad para comprender la criminalidad de sus actos”, pese a que las pericias resaltaban que Puch procedía de un “hogar legítimo y completo, ausente de circunstancias higiénicas y morales desfavorables”. Po ello, el móvil de los crímenes nunca estuvo del todo claro. Según se dijo, las últimas palabras que dedicó al tribunal que lo condenó fueron: “Esto fue un circo romano. Algún día voy a salir y los voy a matar a todos”. Hasta el día de hoy, Robledo Puch niega haber realizado esa declaración.

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