Antes de presentar formalmente el mensaje de Navidad 2025, la Iglesia santafesina puso el foco en la realidad social que atraviesa la arquidiócesis. Fue durante un encuentro con periodistas realizado el viernes 19 de diciembre en el Multiespacio UCSF, donde el arzobispo, Sergio Fenoy y el obispo auxiliar, Matías Vecino, describieron un escenario marcado por el hambre, la exclusión y el deterioro de los vínculos sociales.
La situación social en la arquidiócesis: hambre, indigencia y adicciones
Consultados sobre cómo cierra el año la arquidiócesis en materia social, los obispos coincidieron en un diagnóstico preocupante. “Evidentemente hay mucha gente sufriendo”, afirmó Vecino, el obispo auxiliar, al describir lo que observa cotidianamente en los barrios.
Arqui (2)
“A mí me impacta un montón la cantidad de gente comiendo de la basura. Volviendo a la basura. Creo que es la imagen más dolorosa que nosotros tenemos”, sostuvo Vecino. Según explicó, esa postal convive con un entramado social cada vez más frágil, atravesado por la pobreza y el consumo problemático de drogas.
Barrios vulnerables y una crisis que se profundiza
En tanto, Fenoy relató su reciente visita pastoral al barrio Santa Rosa de Lima, un sector tradicional de la ciudad pero duramente castigado por la pobreza. “Uno no sabe qué es primero ahí, qué es causa y qué es efecto”, señaló.
En ese contexto, destacó el esfuerzo de quienes trabajan con recursos mínimos frente al avance de las adicciones. “Ver el esfuerzo de aquellos que con muy poco quieren hacer frente a este gigante terrible destructor que es la droga, que ocupa todo y destruye todo lo que encuentra, es muy duro”, expresó.
También mencionó los testimonios de adolescentes y familias atravesadas por esa realidad y la dificultad cotidiana para acompañar procesos de recuperación.
Comedores, escuelas y señales claras de más necesidad
La crisis social también se refleja en las instituciones educativas y comunitarias. Sergio Alfredo Fenoy explicó que las parroquias y escuelas funcionan como un termómetro de la situación.
“Antes no se quedaban todos los chicos a comer en la escuela primaria y ahora se quedan todos, y a veces piden otra ración más”, relató. Para el arzobispo, ese dato confirma que el hambre se volvió una realidad cotidiana para muchas familias.
Fenoy agregó que basta recorrer el centro de la ciudad para advertir el crecimiento de personas que buscan comida en la basura, una escena que ya no resulta excepcional.
El deterioro del vínculo social y la falta de diálogo
Más allá de la urgencia material, los obispos advirtieron sobre una crisis en la forma de relacionarse. “La forma de tratarnos entre nosotros, la falta de cariño y de empatía, aun cuando el otro no comparta tus ideas, es algo que preocupa”, señaló Vecino.
Mensaje de Navidad 2025
Según plantearon, la ausencia de diálogo y el aumento de la violencia verbal y simbólica profundizan la fragmentación social y dificultan cualquier salida colectiva a la crisis.
El mensaje de Navidad, en segundo plano, como clave de lectura
En ese marco social, la Iglesia presentó luego su mensaje de Navidad 2025, firmado por primera vez de manera conjunta por Fenoy y Vecino. El texto propone una lectura contracultural del nacimiento de Jesús, centrada en la fragilidad del pesebre frente a las lógicas de poder y enfrentamiento.
“Dios nos responde con la paradoja de un niño, inerme e impotente, pero lleno de amor y necesitado de amor”, explicaron, al señalar que esa imagen interpela directamente a la sociedad actual.
Una Navidad que interpela la realidad concreta
El mensaje navideño no se presenta como una reflexión abstracta, sino como una invitación a revisar estilos de vida y vínculos sociales. Frente a una realidad atravesada por el hambre, la exclusión y la violencia, la Iglesia propone recuperar la ternura, la empatía y el compromiso cotidiano.
En la previa de la Navidad, el planteo de los obispos fue claro: sin justicia social, sin diálogo y sin cuidado de los más frágiles, no hay celebración posible.