El número promedio de integrantes de las familias más pobres es inferior a cuatro. Ni siquiera alcanzan a completar lo que se conocía en el pasado como "familia tipo".
El mito de "los pobres tienen familias numerosas" se derrumba: según datos oficiales del Indec, el promedio de integrantes de cada familia pobre o indigente de los 31 conglomerados más importantes de la Argentina, ni siquiera alcanza a las cuatro personas. Y en la ciudad de Santa Fe, estos números se replican.
Durante el primer semestre de 2025, cada hogar pobre del país contaba con un promedio de 3,85 personas; mientras que cada familia indigente se integraba, en promedio, por 3,63 personas.
Es decir que, en ninguno de los dos casos, llegan a conformar lo que hasta hace algunos años se consideraba "familia tipo", integrada por cuatro miembros.
Dentro de un contexto global de caída de la natalidad, existe un dato revelador: los mayores descensos en los números de natalidad se reflejan en adolescentes y en las mujeres de menor nivel educativo (en general, las más pobres).
Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, en 2023 la tasa de nacimientos por cada 1.000 mujeres de entre 10 y 19 años en la Argentina fue 11,5. Es decir, 64% más baja que la registrada durante 2005.
Un reciente informe, publicado por la Red Federal de Periodismo e Innovación (alianza impulsada por Chequeado y de la que AIRE forma parte) revela que la mayor reducción en el número de nacimientos se da entre las madres de menor nivel educativo (hasta primaria completa), con un descenso del 77% desde 2005.
La baja general de la natalidad se observa también en la ciudad de Santa Fe. Según el informe Cómo Vamos de 2024, en 2021 se registraron 10,4 nacimientos cada 1.000 habitantes de la capital, mientras que el año pasado la tasa fue de 8,9 nacimientos.
¿Por qué se redujo la cantidad de nacimientos en familias pobres e indigentes?, ¿son cuestiones culturales?, ¿existen mejores accesos a nuevos métodos anticonceptivos?, ¿la explicación es económica?, ¿incide la aprobación de la ley que habilita la interrupción del embarazo?
El Dr. Francisco Sánchez Guerra dirige el Hospital Iturraspe de Santa Fe y trabaja desde hace 35 años en la salud pública. Desde el lugar que ocupa, consideró clave el impacto de los nuevos métodos anticonceptivos.
"En el pasado se buscaba el uso del preservativo. Luego, de las pastillas anticonceptivas que las mujeres deben tomar todos los días. Después llegaron las inyecciones con un mes de efecto y, ahora, mantienen el efecto durante tres meses", explicó.
Sin embargo, para Sánchez Guerra gran parte de los cambios se explican "a partir de la llegada de anticonceptivos subcutáneos, que sostienen su efecto hasta por un año".
"En estos momentos, el 90% de las mujeres que llegan al hospital y al resto del sistema público de salud de Santa Fe, salen con un dispositivo subcutáneo anticonceptivo implantado, si lo desean. Este fue el gran cambio que puede explicar la reducción de los embarazos en los sectores más pobres de la población", remarcó.
El número de partos y cesáreas que se realizan en el Hospital Iturraspe -la principal Maternidad de alta complejidad de todo el centro y norte de la provincia de Santa Fe-, bajó un 25% entre 2024 y 2025. El año pasado hubo 2.148 intervenciones en el hospital, mientras que hasta el 19 de diciembre de 2025, se redujeron a 1.612.
José Luis Ambrosino, referente del Movimiento Los Sin Techo, quien desde hace décadas acompaña a las familias más pobres de la ciudad de Santa Fe, sostuvo que "en los casos de los pobres e indigentes no hablaría de cambios culturales, ni de modificaciones en la forma de planificar a las familias. Simplemente, porque en estos sectores la planificación familiar nunca existió".
Según datos del Indec, en la ciudad existen alrededor de 7.000 familias que viven en un contexto de pobreza extrema.
"Según nuestra experiencia y el contacto diario que tenemos con la pobreza, la baja de la natalidad tiene razones económicas, debido a que cada hijo incrementa los gastos familiares. En general creció la informalidad laboral y el problema de la vivienda. Todo esto, acompañado de mayores accesos a métodos anticonceptivos", resaltó Ambrosino.
Y añadió: "Las conductas sexuales no variaron. Sin embargo, ahora las mujeres tienen a su alcance la posibilidad de no quedar embarazadas, gracias a los anticonceptivos que se entregan de manera gratuita y que antes no estaban a mano".
El referente de los Sin Techo aseguró que "hace 8 o 10 años, el tema del aborto estaba más presente, porque no había posibilidades claras de control de la natalidad. Pero ahora, prácticamente no se habla de ese tema".
"De todos modos —resaltó Ambrosino—, debo rescatar que no cambió el sentimiento de las mujeres cuando saben que están embarazadas. El valor humano de la maternidad, en la pobreza, sigue estando presente. Ese respeto por el hijo que viene permanece, la lealtad por lo que llevan en la panza no decayó nunca, aunque saben que más hijos, representan mayores problemas económicos".
El investigador principal del CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento), Rafael Rofman, advirtió que dejó de haber diferencias importantes entre la cantidad promedio de integrantes de familias pobres y familias de otros sectores sociales: "Las diferencias se redujeron en los últimos años".
"En 2014 hubo un brusco cambio, cuando la fecundidad comenzó a bajar rápidamente. Todo indica que se debió a cambios culturales, con una generación de mujeres jóvenes más independientes, con proyectos de estudio y laborales, reivindicando sus derechos", agregó.
En este sentido, hizo hincapié en "la disponibilidad de nuevos dispositivos anticonceptivos de larga duración, como los implantes subdermales, de alta efectividad".
Para Rofman, "la situación económica no parece ser muy relevante en la disminución de la natalidad, ya que no hay correlación entre ciclos económicos y fecundidad".
"La legalización del aborto, menos aún, porque se sancionó a fines de 2020, con impacto pleno en 2022, y la disminución fuerte de la fecundidad fue previa a esas fechas", agregó.
Para el investigador del CIPPEC, "la reducción en la cantidad de hijos y de integrantes de las familias muestra pocas diferencias entre provincias y municipios", por lo que se trata de un fenómeno transversal a nivel nacional".
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