Muga había vuelto a funciones plenas a mediados de 2023, tras estar una década en disponibilidad por una causa judicial no violenta. Sin embargo, el reciente hecho de violencia doméstica volvió a poner bajo la lupa los criterios de reincorporación y los controles psicofísicos dentro de la Policía de Santa Fe.
“La reintegración no siguió los protocolos con el nivel de rigurosidad que debiera. Se hizo una junta médica de rutina, pero no se indagó a fondo si después de 10 años la persona estaba en condiciones físicas, psíquicas y operativas para volver al servicio”, admitió Cococcioni este lunes en el programa Ahora Vengo, conducido por Luis Mino.
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Revisión sin profundidad, el análisis de Pablo Cococcioni
El caso de Muga no es aislado. Según explicó el ministro, desde la llegada de la actual gestión se revisaron numerosas situaciones de personal inactivo por carpetas médicas o causas judiciales.
La urgencia por poner efectivos en la calle —ante una policía que, en palabras del propio funcionario, estaba “prácticamente partida a la mitad”— llevó a reincorporar agentes con procesos abiertos o con largos períodos fuera del servicio operativo.
“Media fuerza estaba con tareas administrativas o licencias sin revisión real. Había muchas situaciones que irritaban al policía que sí salía a patrullar y se exponía a diario. No se trata de justificar haber metido a cualquiera, pero la revisión debía hacerse”, explicó Cococcioni.
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“No se ha obrado correctamente”, afirmó el ministro de Justicia y Seguridad de Santa Fe, Pablo Cococcioni, en relación con el caso del policía César Muga.
Maiquel Torcatt / Aire Digital
Fallas estructurales en el control de salud mental de la Policía
Uno de los puntos más críticos que dejó expuesto el caso Muga es la fragilidad del sistema de salud mental en las fuerzas. Actualmente, hay entre 50 y 52 psicólogos para atender a una fuerza de aproximadamente 30.000 efectivos, entre la policía y el servicio penitenciario. Una proporción que resulta a todas luces insuficiente.
“Es un número chico, claro. Por eso estamos trabajando en convenios con universidades, colegios de profesionales y otras áreas del Estado para reforzar el sistema”, aseguró Cococcioni.
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Desde la cartera de seguridad se impulsa un nuevo programa integral de salud mental que incluirá exámenes psicológicos al ingreso, al egreso, al momento de confirmar el cargo y antes de cada ascenso jerárquico. También se implementarán protocolos ante intentos de suicidio, consumo problemático o hechos de violencia.
“Una cosa es tener el certificado de un psicólogo particular y otra muy distinta es que el Estado pueda confirmar esa situación con sus propios mecanismos. No podemos seguir basando la aptitud de un agente solo en un papel”, sostuvo el ministro.
¿Estaba en condiciones de portar un arma?
Consultado directamente sobre si Muga debió haber estado armado, Cococcioni respondió con cautela: “Con el hecho consumado, uno desearía que no. Pero en ese momento, con la información que había, nadie puede afirmar categóricamente que no estaba en condiciones. El error fue no haber hecho una evaluación más profunda”.
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Policía Atrincherado Barrio Nueva Esperanza 8
Muga se atrincheró en su vivienda de calle Europa al 8700, cuando disparó en múltiples ocasiones contra su pareja, provocándole cuatro heridas de bala.
El hecho de que Muga estuviera de turno horas antes del ataque, y que haya vuelto a la comisaría visiblemente alterado antes de terminar su servicio, refuerza las dudas sobre los mecanismos de detección de crisis internas. “Nos queda mucho por hacer”, admitió el ministro.
El trasfondo: una fuerza tensionada y mal evaluada
El testimonio de oyentes y policías retirados durante el programa expuso una verdad incómoda: los agentes que padecen situaciones traumáticas en servicio muchas veces no reciben contención profesional, y quienes buscan ayuda temen ser estigmatizados o perjudicados en sus carreras.
“La salud mental no puede ser un tabú en las fuerzas. El Estado tiene que estar para acompañar y no para castigar a quien pide ayuda”, sentenció Cococcioni, dejando abierta la puerta a una reforma profunda en el vínculo entre la estructura policial y la salud emocional de sus integrantes.
Mientras tanto, la investigación judicial y administrativa sobre Muga sigue en curso. El ministro reconoció que no puede confirmar detalles del expediente, pero dejó en claro que el caso marca un antes y un después.