El Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo se celebra el 2 de abril. Esta fecha se realiza desde el año 2008, después de que la Asamblea General de las Naciones Unidas la estableciera el 18 de diciembre de 2007. El propósito de este día es mejorar el entendimiento y fomentar la aceptación de las personas con TEA.
En una entrevista exclusiva con AIRE, el doctor Francisco Astorino, especialista en neuropediatría, discutió sobre los trastornos del espectro autista, enfocándose en esta condición en niños y niñas, cubriendo el diagnóstico, los síntomas, y cómo se facilita el desarrollo y la inclusión de estas personas en diferentes esferas de la sociedad.
Las bases de los trastornos del espectro autista (TEA) en niños y niñas
El doctor Francisco Astorino señaló que el trastorno del espectro autista (TEA) puede describirse tanto como un trastorno como una condición. Independientemente de cómo se le defina, se distingue por dos rasgos principales: dificultades en la interacción y comunicación social, y patrones de comportamiento, intereses o actividades restringidos y repetitivos.
Aunque estas características pueden manifestarse debido a la estimulación que reciben o como un medio para reforzar la identidad del individuo con TEA, las causas específicas de estos comportamientos aún no se comprenden completamente.
El TEA no se limita únicamente al ámbito de la salud; impacta en la vida social, educativa, sanitaria y laboral de quienes lo viven. Por esta razón, el doctor Astorino enfatiza que el abordaje del TEA no debería recaer solo en los profesionales de la salud, sino que también debería incluir a educadores, trabajadores sociales y empresas que brindan oportunidades laborales a personas con este trastorno.
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“Esto no es una enfermedad. Esto no tiene cura como el concepto de las enfermedades, sino que tiene toda la vida y puede dar afectaciones que son desde las menos terribles a las más terribles y en ese caminito algunos papás se pierden”, explicó.
Asimismo, se identificó que los trastornos del espectro autista tienen una base genética, siendo más comunes en varones. Sin embargo, esto no excluye a las niñas, quienes también pueden ser diagnosticadas con autismo, aunque los criterios diagnósticos y las manifestaciones del trastorno pueden diferir de los observados en varones.
Astorino señaló que este hecho afecta el proceso diagnóstico en niñas, dado que la mayoría de los estudios y evaluaciones se han centrado en poblaciones masculinas. Esto puede resultar en que una niña no cumpla con los criterios de las pruebas diagnósticas establecidas, pero esto no significa que no pueda ser clínicamente diagnosticada con autismo.
El diagnosis y los síntomas del TEA
Existen diversas herramientas y métodos diagnósticos que facilitan la identificación de síntomas en niños y niñas que podrían sugerir la presencia de trastornos del espectro autista. Francisco Astorino hizo referencia al DSM-5, un manual de trastornos psiquiátricos que permite a los profesionales describir y clasificar las diversas condiciones psiquiátricas. En este manual, los criterios para diagnosticar los trastornos del espectro autista se basan en una lista de síntomas específicos.
"Se consulta el capítulo correspondiente al trastorno del espectro autista y se marcan las características presentes en el individuo que se mencionan en la lista", detalló Astorino.
Además, mencionó que el autismo se clasifica en tres niveles según el grado de ayuda requerida: necesita ayuda, necesita ayuda notable, y necesita mucha ayuda. Esta clasificación se debe a la gran diversidad dentro del espectro autista, donde algunas personas pueden vivir sin dificultades significativas, mientras que otras pueden necesitar asistencia constante para llevar una vida independiente.
Por lo tanto, hay niños y niñas con autismo que pueden no necesitar cuidados o apoyos especiales, mientras que otros sí los requieren. Un estudio de prevalencia realizado en Santa Fe en 2018 reveló que 1 de cada 128 niños está en el espectro autista.
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"En 2018, se identificó que 137 niños entre año y medio y tres años presentaban autismo", señaló el doctor Astorino. Además, destacó la preocupante demora en el diagnóstico. Desde el momento en que los padres comienzan a sospechar hasta que se confirma el diagnóstico, pueden transcurrir hasta cuatro años, lo cual representa una pérdida valiosa de tiempo.
Sin embargo, Astorino enfatizó que el objetivo no debería limitarse únicamente a determinar la presencia o ausencia de autismo, sino también a estar alertas ante cualquier anomalía en el desarrollo psicomotor de los niños y niñas, especialmente en áreas como la comunicación y el juego.
Por ello, es crucial prestar atención a las "banderas rojas", señales que pueden indicar la necesidad de una evaluación médica. Astorino subrayó la importancia de observar otros aspectos durante las consultas pediátricas, como si el niño se comunica y se mueve de manera acorde a su edad.
"Por ejemplo, la regresión es un signo de alerta. Esto ocurre cuando un niño pierde habilidades previamente adquiridas en el juego o en el habla, deteniendo su desarrollo. Esa es una bandera roja. Reconocerlas permite actuar rápidamente".
Además, mencionó que el autismo también puede identificarse mediante el uso de herramientas sencillas y económicas, como los cuestionarios de desarrollo infantil. "Con unas 10 preguntas, hay manuales que permiten evaluar la comunicación y socialización del niño. Los resultados podrían indicar la posibilidad de autismo".
Trastornos del espectro autista y las comorbilidades
Los trastornos del espectro autista (TEA) no se tratan con medicamentos específicos para el autismo, dado que no existen medicaciones diseñadas exclusivamente para ello. No obstante, sí es posible tratar las comorbilidades asociadas que pueden presentarse junto al TEA en niños y niñas.
Entre estas comorbilidades se encuentran el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), la depresión, la ansiedad, entre otras. Es importante atender y tratar estas condiciones en niños con TEA que encuentren su día a día afectado por estos trastornos complementarios.
La convivencia con trastornos del espectro autista (TEA) en niños y niñas
Según estudios, un significativo 35% de las personas con "alto rendimiento" dentro del espectro autista logran mantener una vida independiente. Este dato es especialmente relevante considerando que, tradicionalmente, el autismo es asociado con un 50% de incidencia de retraso mental, sugiriendo un compromiso cognitivo severo en la mitad de los casos.
El TEA engloba un rango amplio de condiciones y niveles de compromiso cognitivo, desmintiendo la idea de una única experiencia autista. Dentro de este espectro, algunas personas exhiben capacidades excepcionales en áreas específicas, mientras que otras enfrentan desafíos más significativos.
Entrevista exclusiva en AIRE
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