Se acercan las fiestas de fin de año y con ellas, las celebraciones ruidosas a las que estamos acostumbrados. Pero, ¿pensamos en los que nos rodean? Para saber un poco más, la psicopedagoga Mónica Aquino, nos detalla información.
En su día a día, Mónica trabaja con niños y adultos con condición del espectro autista, a la vez que acompaña a sus familias. Además, es docente en la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF) e investiga la inclusión de personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Primero que nada, es importante aclarar que no es lo mismo decir “autista” que “persona con condición de autista”, ya que con el primer término se circunscribe toda la identidad de una persona a su TEA. En realidad, la identidad de un individuo va más allá de una condición.
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Cómo son las fiestas de fin de año para las personas con TEA
Cada persona con TEA es distinta a otra, cada una tiene sus particularidades. Por eso, también son diversas las celebraciones de las personas con esta condición. Sin embargo, los desafíos están presentes en cada familia.
Generalmente, las personas con autismo tienen desafíos sensoriales, ciertas dificultades en integrar la información que se obtiene a través de los sentidos. Para ellos, hasta una tormenta, un trueno o una moto puede ser una catástrofe angustiante.
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En este sentido, Mónica cuenta la anécdota navideña de una familia con un integrante que padece TEA. “Se subieron al auto, fueron a la ruta y pararon en un lugar en el que no se escucharan los fuegos artificiales”, detalló la psicopedagoga.
Cómo se puede ayudar a las personas con TEA
Para que todos podamos celebrar y disfrutar de las fiestas, es necesario pensar en el otro, en el que tengo al lado. Por eso, es fundamental cuidar los espacios comunes de convivencia en una ciudad, por ejemplo, evitando la música a niveles muy altos.
Por otra parte, se deben evitar los fuegos artificiales, pero también las bocinas de los autos. Aunque estemos entusiasmados por los festejos, un vecino puede estar atravesando un mal momento junto a su familia.
Sin embargo, es necesario tomar precauciones durante todo el año y no solo en Navidad y Año Nuevo. Las personas que tienen TEA son muchas y nos podemos encontrar con ellas en un almacén, un colectivo o los pasillos de una institución.