El colectivo de personas con discapacidad avanzó un escalón más en la conquista de derechos, el último jueves, cuando el Senado de la Nación modificó la Ley N° 26.130 que establece que toda persona mayor de edad puede acceder a cirugías anticonceptivas en los servicios del sistema de salud. Con la aprobación de esta reforma, por unanimidad, ya no podrán realizarse vasectomías o ligaduras de trompas a personas con discapacidad sin su pleno consentimiento, algo que constituía un avasallamiento sobre sus cuerpos.
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La iniciativa busca poner la legislación a tono con lo dispuesto sobre capacidad de las personas en el Código Civil y Comercial vigente, que adopta una nueva concepción sobre la capacidad y establece que "no es un atributo que se le otorga o se le quita a una persona sino un derecho humano y en consecuencia la incapacidad se prevé como excepción debiendo mediar sentencia judicial".
Gabriela Bruno, subdirectora de Accesibilidad y Derechos de las Personas con Discapacidad de la Municipalidad de Santa Fe, celebró la modificación de la Ley de Anticoncepción Quirúrgica y explicó a AIRE que la iniciativa apunta a todo tipo de discapacidad y principalmente a la intelectual: "Donde más se daba es en las instituciones de salud mental. Estaba normalizado por el sistema médico, judicial e inclusive las familias. Hay muchos casos, sobre todo en niñas más grandes. Cuando hablás con mamás, papás o tutores lo ligan a evitar el abuso, pero esto lo que hace es taparlo", señaló.
A través de la nueva norma, se obliga a la autoridad de aplicación "a dar información accesible a las personas con discapacidad según sus necesidades, de manera que comprendan acabadamente en qué consiste la intervención y cuáles son las consecuencias de realizarla".
También, se prevé como obligación la de brindar los apoyos y salvaguardas, para que las personas con discapacidad atraviesen la intervención, en caso de que decidan someterse al procedimiento, siendo informadas a lo largo de todo el proceso y asistidas para que no se encuentren indefensas o se sientan aisladas de la toma de decisiones paso a paso, respetándose su dignidad y su autonomía.
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"Cuando una mujer sin discapacidad va a hacerse una ligadura de trompas al hospital, se repara en cuestiones como si fue madre o no, si tiene menos o más de 30 años, si la pareja está de acuerdo, todo eso que se tiene en cuenta en una mujer sin discapacidad es completamente al revés en una mujer con discapacidad", reflexionó Bruno, y remarcó que la modificación de la ley es un hecho clave para "visibilizar la sexualidad de las personas con discapacidad, que va de la mano de poder ejercer la maternidad, un proyecto de vida, algo que les ha sido históricamente vedado".
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