Desde Estocolmo, Duré dialogó con Aire de Santa Fe sobre el "método sueco" para frenar la pandemia de coronavirus, basada en la inmunidad de rebaño: se basa en que las personas que puedan estar afuera y no corran un riesgo de mortalidad elevado puedan desarrollar sus propios anticuerpos exponiéndose al virus, dejando el aislamiento para las personas mayores o quienes padecen enfermedades de base.
"Es una política que evidentemente funcionó porque Suecia hoy en día tuvo solo un muerto. Si lo comparamos con lo que hace Argentina, que teniendo a la gente encerrada la mortalidad aumenta en vez de descender, es evidente que no se está practicando el manejo basado en evidencia científica", indicó el especialista p.
Y continuó explicando que en Suecia las escuelas primarias nunca cerraron, y sólo se motivó a que los estudiantes secundarios tengan clases virtuales, cuestión que hoy en día quedó en el pasado ya que todos volvieron a las clases presenciales: desde los más chicos hasta los universitarios.
También se aplicaron ayudas económicas para los sectores más afectados por la pandemia, pero de una forma distinta a la argentina: "A los productores que corrían riesgo de perder sus empresas no se les daban préstamos, sino el dinero, sin la necesidad de devolverlo", contó, y reflexionó que "teniendo en cuenta que no se dejó de trabajar y no se cerró el país, el impacto en el PBI fue muchísimo más liviano".
Sobre el sistema de salud, señaló que allí es público y gratuito para los ciudadanos, y tiene los mejores niveles de atención en sus hospitales. Al personal de salud se lo "motivó" económicamente, ofreciéndoles hasta cuatro veces más de lo que ganan actualmente para prestar servicios en los nosocomios dedicados a la atención del covid.
"Acá nunca estuvo al borde del colapso el sistema de salud. Algunos hospitales tuvieron su servicio de terapia intensiva saturados, pero no estuvieron colpsados. Eso, Suecia lo hizo en base a proyecciones", narra Duré sobre la situación sanitaria y detalla que actualmente son 26 los casos que requieren de internación, cuatro en terapia intensiva, mientras son 2.000 las camas críticas disponibles en el país.
"Es conocido que el sistema de salud (argentino) está colapsado desde antes del covid. Entonces, trabajar de la forma en que se trabaja en salud en Argentina es como volar un avión con un desperfecto. Si el avión sufre una tormenta, se cae porque fue volando con desperfecto mucho tiempo", sostiene el médico.
Desde su realidad en el país escandinavo, critica el manejo de la crisis argentina y lanza una última frase contundente: "Es evidente que mantener a la gente encerrada en sus casas genera más muertes que liberarla. Las políticas que se están tomando en Argentina hoy en día van a generar más muerte a futuro".
Temas