Una versión colorida, fresca y muy nutritiva del hummus tradicional, ideal para sumar más fibra y vegetales a la dieta diaria.
El hummus casero es más saludable que el comercial.
Esta receta de hummus combina la cremosidad clásica del garbanzo con la dulzura y frescura de la remolacha cocida. El resultado es una pasta suave, ligera y de un color vibrante que se convierte en la estrella de cualquier picada o comida rápida saludable.
Además de ser delicioso, aporta hierro, fibra, antioxidantes y proteínas vegetales de alta calidad. Se puede usar como aderezo, dip o acompañamiento, y se prepara en pocos minutos con ingredientes económicos y fáciles de conseguir.
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El hummus es una pasta cremosa elaborada principalmente a base de garbanzos cocidos, tahini (pasta de sésamo), limón, aceite de oliva y especias. Originario de Medio Oriente, se convirtió en una de las preparaciones más populares del mundo por su textura suave, su sabor versátil y su valor nutricional. Puede utilizarse como dip, como acompañamiento o como parte de un plato principal.
Además de ser fácil de preparar, el hummus se destaca por su aporte de proteínas vegetales, fibra, grasas saludables y minerales como hierro y magnesio. Esto lo convierte en una opción ideal para quienes buscan comer algo rico, saciante y nutritivo sin complicarse en la cocina. Con pequeñas variaciones —como sumar remolacha, zanahoria o palta— se pueden crear versiones completamente nuevas y llenas de color.
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Garbanzos cocidos, remolacha asada, aceite de oliva, tahini, jugo de limón, ajo y sal. Todo se procesa hasta lograr una textura sedosa.
Sirve como dip, untado en sandwiches, acompañamiento de ensaladas o como snack con bastones de vegetales.
