La salsa de ajo tiene tantas versiones como cocinas. Se la conoce como alioli, aunque la mayoría prepara una variante distinta: una lactonesa de ajo más suave, estable y fácil de emulsionar. El secreto está en el orden, la temperatura y la paciencia para lograr una crema homogénea con sabor intenso pero equilibrado.
El error más común al preparar la salsa de ajo cremosa
El fallo habitual aparece al sumar demasiado ajo o mezclar el aceite sin control. Ese exceso vuelve la salsa agresiva, domina el sabor y arruina la emulsión. Cuando el aceite entra de golpe, no se integra y la mezcla se corta.
La clave está en lograr que el aceite se disperse en la leche de forma progresiva para generar una textura firme, cremosa y estable.
La versión más servida en bares no es un alioli tradicional, sino una lactonesa de ajo elaborada con leche y aceite. Al no llevar huevo, resulta más estable y segura.
Para lograr una emulsión perfecta conviene usar todos los ingredientes a temperatura ambiente y sumar el aceite en hilo fino mientras se bate. Esa continuidad permite que la mezcla espese sin separarse y forme una crema suave.
Crema ajo
La salsa de ajo tiene diversas versiones.
Ingredientes para preparar crema de ajo
½ vaso de leche entera.
2 dientes de ajo (sin germen para suavizar el sabor).