El blanqueo, el más generoso que se recuerde, permitió un ingreso de dólares billete por US$18.000 millones. La recaudación tributaria cerró más arriba de lo esperado. La actividad, aún rezagada, comenzó a exhibir signos tibios de recuperación.
El Gobierno vive su momento de euforia. Con las variables económicas que acompañan, la apuesta de la Casa Rosada es consolidar su proyecto político de cara a las elecciones de 2025.
LEER MÁS ► "Veranito financiero" para Milei que polariza con Cristina en la previa de las elecciomes
Después de una caída pronunciada en los últimos cinco meses, la imagen positiva del presidente Javier Milei recuperó terreno, coinciden la mayoría de las encuestas. De todas maneras, si bien sigue siendo el dirigente mejor ponderado en el país, su gestión –por contraste– mantiene altos niveles de desaprobación.
Frente al desafío electoral del año próximo, el oficialismo exuda confianza, aunque todavía no aparece clara su estrategia. El principal interrogante es si finalmente aceptará a Mauricio Macri y a su tropa del PRO como socios en la confección de las listas en los dos principales distritos del país, la provincia de Buenos Aires y la Capital Federal.
Las señales son, por ahora, difusas. En el macrismo admiten que el sello del PRO cayó estrepitosamente en intención de voto, pero advierten que, si Milei avanza hacia un divorcio, la reacción de los mercados será negativa: si el gobierno libertario se mantiene en pie es porque el PRO garantiza gobernabilidad, sobre todo en el Congreso, sostienen.
Karina Milei y Santiago Caputo.jpg
Karina Milei y Santiago Caputo conforman, junto al presidente, el "triángulo de hierro" del gobierno nacional.
Todavía falta un largo trecho para tomar esas decisiones. Mientras tanto, el Gobierno da señales de endogamia explícita, con una concentración de poder creciente en el triángulo de hierro que conforman el propio Milei, su hermana Karina y Santiago Caputo, su asesor de mayor confianza. Diana Mondino, expulsada de la Cancillería tras la postura que la Argentina tomó en contra del embargo a Cuba, en la última asamblea de la ONU, puede dar fe de ello.
Las versiones sobre su salida son encontradas: en el entorno del presidente deslizan que Mondino se dejó influir por un círculo de embajadores de carrera que “no entienden” que la política exterior la fija el presidente y, por lo tanto, jamás se podría haber votado a favor de Cuba y en contra del embargo a la isla por parte de los Estados Unidos.
LEER MÁS ► Diana Mondino aseguró que hizo "todo lo posible" para cumplir con el mandato de Milei
Los voceros de la ex canciller, en cambio, sostienen que la Argentina no hizo otra cosa que respetar la postura histórica que el país ha tenido sobre este tema y que en la Casa Rosada estaban al tanto de cuál sería el voto en la ONU. En definitiva, alegan que a Mondino “le tendieron una trampa”, instigada por Karina Milei y Santiago Caputo, para forzar su salida.
Más allá de las versiones, el mensaje que el “triángulo de hierro” impartió con este episodio es que no se tolerarán indisciplinas internas. Ese es el impacto hacia adentro del gabinete que ha tenido este nuevo recambio en el equipo de gobierno.
Con la salida de Diana Mondino, suman al menos 51 los funcionarios de primera línea que renunciaron o fueron despedidos en los diez meses que lleva el gobierno de La Libertad Avanza.
LEER MÁS ► Macri se reunió con los diputados del PRO y confesó que busca una alianza electoral con Milei
En tiempos de purgas y disciplinamiento, el despido de Mondino es mirado con preocupación en aquellas áreas de la administración que aún quedan sin ser colonizadas por el dúo Karina-Caputo. Una de ellas es el Ministerio de Capital Humano que encabeza Sandra Pettovello; si bien goza del favor presidencial, su relación con los otros dos vértices del triángulo de hierro dista de ser buena.
También está en la mira Florencia Mizrahi, quien fue designada al frente del nuevo organismo recaudador, la ARCA: la funcionaria se opuso a la designación de los cuestionados Andrés Vázquez y José Velis en la DGI y la Aduana e intentó renunciar. Su permanencia en el cargo pende de un hilo. Es la hora del dogmatismo y el disciplinamiento, claves en la batalla cultural que los libertarios se empecinan en llevar adelante.