En el escrito, Bailaque solicita que, "por su digno intermedio", se eleve su renuncia al presidente de la Nación, Javier Milei, para que sea aceptada y se haga efectiva a partir del 1° de julio de este año.
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El juez Marcelo Bailaque presentó su renuncia al cargo en Rosario, pero su salida aún depende de la aceptación del presidente Javier Milei.
La presentación de la renuncia ocurre mientras el Consejo de la Magistratura evaluaba su desempeño, tras las denuncias y el avance de un expediente disciplinario que lo tenía bajo la lupa. En ese marco, Bailaque decidió anticiparse a una eventual destitución y optó por presentar su dimisión.
El trámite administrativo ahora queda en manos del Poder Ejecutivo, que deberá aceptar formalmente la renuncia, siguiendo el procedimiento habitual para los magistrados federales.
La situación de Bailaque es crítica: enfrenta tres causas penales en su contra, con imputaciones gravísimas y pedidos de prisión preventiva. Si el Poder Ejecutivo acepta su renuncia, el juez perdería sus fueros y debería cumplir prisión domiciliaria, tal como dispuso la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario.
Según explicó el periodista Germán de los Santos en AIRE, la renuncia fue presentada justo antes de que el próximo 17 de junio tuviera lugar su última instancia de defensa en el Consejo de la Magistratura. Tras esa audiencia, el organismo tenía previsto conformar el Tribunal de Enjuiciamiento que avanzaría hacia su destitución definitiva.
“Decidió anticiparse al jury de enjuiciamiento y buscar la vía de la renuncia, que además le permitiría conservar el beneficio de la jubilación como magistrado, en torno a los 14 o 15 millones de pesos”, explicó el periodista.
La causa de Bailaque escaló a niveles de gravedad inusitados, al punto que el propio De los Santos la calificó como “un caso de corrupción en la escala más alta del Poder Judicial, donde un juez federal ejercía su función mientras tramaba delitos”. La investigación sobre Bailaque se intensificó luego de que se conociera que su contador personal era el mismo que llevaba las cuentas del narco rosarino Esteban Alvarado, uno de los líderes criminales más peligrosos de la región.
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El Consejo de la Magistratura ya tenía avanzado el expediente para su destitución, mucho más firme incluso que en el caso anterior de Reinaldo Rodríguez, el juez federal N° 2 de Santa Fe, quien también presentó su renuncia meses atrás. En apenas siete meses, son ya dos los jueces federales santafesinos que dejaron sus cargos bajo sospechas graves de corrupción.
Ahora la definición queda en manos de la Casa Rosada. Mientras no se acepte formalmente la renuncia. La decisión que adopte Milei no sólo determinará el futuro personal de Bailaque, sino que también definirá si el proceso de jury queda archivado o avanza hacia la destitución institucional.