Ocho años del quíntuple femicidio en el barrio Santa Lucía de Santa Fe: la crónica sangrienta que escribió el penitenciario Facundo Solís
Pasaron ocho años del quíntuple femicidio cometido por el agente penitenciario Facundo Solís, un hecho que destrozó a varias familias y puso en evidencia una historia previa de violencia sistemática.
Ocho años de la masacre que conmocionó a Santa Fe. Facundo Solís, el femicida.
El barrio Santa Lucía, en la ciudad de Santa Fe todavía arrastra la marca imborrable de una de las tragedias más estremecedoras de su historia. Pasaron ocho años del quíntuple femicidio cometido por el agente penitenciario Facundo Javier Solís, un hecho que destrozó a varias familias y puso en evidencia una historia previa de violencia sistemática que todos conocían y nadie pudo frenar.
Condenado a prisión perpetua por cinco asesinatos planificados y ejecutados en pocos minutos
A sus 33 años, Solís llevaba 12 años en el Servicio Penitenciario. Tenía una carrera sin grandes sobresaltos, apenas dos sanciones menores y ningún antecedente penal. Sin embargo, puertas adentro de su vida privada se repetía un mismo patrón: control, hostigamiento y agresiones hacia su ex pareja, Mariela Noguera, madre de sus dos hijos.
Ella lo había denunciado por violencia de género un año antes del crimen y volvió a hacerlo 10 días antes de la masacre. Incluso, existía una orden de restricción. Los vecinos lo sabían: la intimidaba, la amenazaba y la perseguía. Nadie imaginó que ese comportamiento iba a culminar en una matanza.
Facundo Solís
La escena del crimen, aquel 29 de diciembre del 2017.
El plan: buscó a sus hijos, los dejó a salvo y volvió para matar
Los investigadores siempre sostuvieron una misma hipótesis: el quíntuple crimen fue planificado.
El 29 de diciembre de 2017, horas antes de los asesinatos, Solís pasó por la casa de Mariela para retirar a sus hijos. Los dejó en la vivienda de sus padres y regresó solo. Ese dato resultó clave para reconstruir su accionar: se había asegurado de que los niños no estuvieran presentes.
Pasadas las 14.30, llegó armado a la casa de su ex pareja, ubicada en Monseñor Zaspe al 4100, y tras una discusión disparó contra Mariela Noguera. Ella intentó huir hacia la vereda, pero Solís volvió a tirar. Murió afuera de su casa.
“La mató como a un perro”, dijo ese día Alberto, hermano de la víctima.
El ataque recién comenzaba.
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Familiares sostienen las fotos de “Cuqui” Loseco, mamá de Mariela; Aylén, hija de Mariela; Joel, novio de Aylén; Sonia Noguera y Mariela Noguera, las cinco víctimas de Facundo Solís.
Después del primer crimen, el penitenciario caminó hacia una vivienda lindera. Allí asesinó a su ex cuñada, Sonia Noguera, y a Aylén Tamara Soto, la hija de Mariela de 19 años.
El novio de la joven, Yoel Airaldi, intentó escapar. Llegó hasta la calle, pero Solís lo alcanzó y lo ejecutó de un disparo en la cabeza. Murió en la vereda.
El recorrido sangriento terminó en una tercera vivienda de la misma manzana: el turno fue para su ex suegra, Carmen Loseco, quien también fue asesinada.
En el lugar, antes de entregarse, Solís disparó contra un menor de 17 años, que resultó herido en un brazo y terminó internado en el Hospital Cullen. Fueel único sobreviviente directo del ataque armado.
Cuando llegaron los primeros patrulleros, alertados por vecinos que escucharon las detonaciones, el atacante se atrincheró en la casa de Mariela. Tras una tensa negociación con efectivos de Orden Público, Agrupación Cuerpos e Investigaciones, terminó entregándose.
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Facundo Solís firmó un acuerdo de procedimiento abreviado que estableció su condena a prisión perpetua. Gentileza José Almeida/AIRE Digital
El juicio abreviado y la prisión perpetua
El femicida, que prestaba servicio en la Unidad de Traslados Judiciales y además era boxeador, fue imputado el 31 de diciembre del 2017 por "homicidio calificado por el empleo de arma de fuego, por el vínculo y por ser perpetrado por un hombre en contra de una mujer mediando violencia de género" así como por cuatro "femicidios vinculados".
El Tribunal pluripersonal integrado por los jueces Rodolfo Mingarini (presidente), José García Troiano y Nicolás Falkenberg presidió el 24 de mayo del 2019 la audiencia de juicio abreviado en la queFacundo Solís firmó su condena a prisión perpetua por el quíntuple femicidio ocurrido en Santa Lucía.
La audiencia comenzó a las 10 de la mañana, comenzó media hora más tarde luego de que el tribunal resolviera —con disidencia del juez Falkenberg— prohibir la toma de imágenes del imputado en la sala, a pedido de su defensor oficial, Mario Guedes.
Ante la presencia de 11 familiares de las víctimas, entre ellos Franco, hijo de Mariela y sobreviviente del ataque, el fiscal de la Unidad de Homicidios Gonzalo Iglesias, junto a su par Cristina Ferraro, detalló el acuerdo alcanzado y enumeró cada homicidio, solicitando formalmente que se homologue la pena máxima: prisión perpetua.
También avalaron el procedimiento las querellas representadas por las abogadas del Centro de Asistencia Judicial, Laura Gerard y Vivian Galeano, junto a la abogada particular Hilda América Knaeblein.
Tras la audiencia, la fiscal Cristina Ferraro fue contundente: Solís estaba en plenas facultades mentales, comprendía cada uno de sus actos y actuó con “frialdad y planificación” al momento de cometer la masacre.
Ocho años después: una herida abierta en Santa Fe
El quíntuple femicidio del barrio Santa Lucía sigue siendo una herida abierta para la ciudad. No solo por la brutalidad de los crímenes, sino por la historia previa que los rodeó: denuncias, amenazas, violencia conocida por vecinos y una orden de restricción que no alcanzó para prevenir la tragedia.
Facundo Solís, penitenciario de carrera “limpia” puertas afuera y violento dentro de su hogar, escribió una de las páginas más oscuras de la crónica roja santafesina. Hoy cumple prisión perpetua, mientras las familias de Mariela Noguera, Sonia Noguera, Carmen Loseco, Aylén Tamara Soto y Yoel Airaldi buscan justicia en la memoria: que el paso del tiempo no borre sus nombres ni el reclamo permanente de Nunca Más violencia femicida.
