Entre mayo y junio pasado, el gobierno santafesino logró tomar posesión de los bienes decomisados a las dos bandas más pesadas de Rosario, una liderada por Esteban Alvarado y la otra por Ariel “Guille” Cantero.
Al completar ese trámite, demorado desde hace años, ocurrieron algunas cosas extrañas. Todo se hizo con extremo bajo perfil para no despertar problemas mayores.
Una sala de tortura en la mansión de Alvarado
Los agentes de la Policía de Investigaciones (PDI) se sorprendieron cuando en una pequeña casa auxiliar al casco de la estancia Los Muchachos hallaron una sala de torturas. En una habitación encontraron una cama de metal y cables que salían de una conexión eléctrica.
En ese campo, ubicado cerca de la localidad de Piñero, a unos 25 kilómetros de Rosario, fue donde Esteban Alvarado mató y torturó con su gente al prestamista Lucio Maldonado en noviembre de 2018. No es el único rastro que queda en esa casa. También los policías hallaron caballos de carrera y media docena de perros raza pitbull.
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El jefe narco Esteban Alvarado está preso en el penal federal de Ezeiza.
Fue parte de una tarea que se hizo con bajo perfil entre mayo y junio pasado, cuando el gobierno de Santa Fe, a través de la Agencia Provincial de Registro, Administración y Destino de Bienes y Derechos Patrimoniales (APRAD), tomó posesión de los bienes decomisados a los dos principales grupos narco de Rosario: el que lidera Alvarado y Los Monos.
Las maniobras se llevaron adelante con la PDI y grupos tácticos, porque temían que podía haber lugares ocupados y, sobre todo, resistencia. En la mayoría de los inmuebles había gente viviendo, como ocurrió en una casa en Granadero Baigorria propiedad de Ariel “Guille” Cantero, líder de Los Monos, que estaba ocupada por un cuñado. El hombre tenía varias armas: quedó detenido.
En total se desalojaron nueve propiedades, que ahora están en posesión del gobierno santafesino. Los inmuebles, valuados entre 3 y 4 millones de dólares, están ubicados en Rosario y en localidades vecinas, como Pérez, Funes, Piñero y Granadero Baigorria.
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Tras tomar el control de esos bienes, que fueron decomisados en las causas judiciales, como el juicio que llevaron adelante los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery que terminó con la condena a perpetua de Alvarado, en la gestión de Maximiliano Pullaro tienen previsto llevar a remate algunas, como una casa construida en tres lotes en el country Puerto Roldán, donde actualmente vivía una abogada penalista, que fue desalojada y que, incluso, recurrió a la Justicia a través de otro letrado.
Galgos de carrera en la mansión de Los Monos
En Pérez, los agentes de la PDI, con apoyo de fuerzas tácticas, entraron por primera vez en la mansión de Los Monos, que muchos recuerdan por algunas extravagancias de ese ambiente criminal, como una pileta con la forma de Micky Mouse.
Ese predio, que está apartado de las zonas urbanas, tiene una superficie de tres hectáreas. En teoría, Los Monos tenían previsto que ese lugar fuera un haras para la cría de caballos. Luego de revisar las distintas dependencias, que estaban en pésimo estado, tras quedar abandonado por casi una década, secuestraron 13.000 dólares que estaban escondidos.
El lugar estaba habitado por gente que supuestamente pertenece a la organización, pero como la propiedad estaba a medio terminar, cuando los líderes del grupo narco fueron detenidos, nunca se logró inaugurar y la construcción quedó a medio camino.
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En la estancia Los Muchachos, el jefe narco Alvarado tenía instalada una sala de torturas.
El paso del tiempo y la falta de mantenimiento provocó que el lugar quedara prácticamente en ruinas. Sin embargo, como ocurrió en la estancia de Alvarado, en ese predio también había perros. En este caso, se pusieron a resguardo con agentes de la Brigada de Rescate Animal 13 galgos, que se sospecha que se usaban para carreras ilegales.
Es algo típico de este grupo criminal. En 2022, cuando se realizó el allanamiento de la casa de Máximo Cantero, el fundador de la banda, también se secuestraron galgos y otros animales, como gallos de riña.
Esteban Alvarado y el precio de la protección policial
En mayo pasado se terminó de tomar posesión de seis propiedades de Esteban Alvarado. El ícono de bienes que estaban a cargo de este jefe narco es la estancia Los Muchachos. La caída de este criminal se produjo a partir de que en un allanamiento que se hizo en ese campo, en 2019, donde se encontró documentación relevante que indicaba que varios jefes policiales vivían en inmuebles del narco más importante de Rosario.
En un departamento de lujo en Condominios del Alto, muy cerca de la ribera del Paraná, vivía el jefe de Inteligencia de la Policía de Investigaciones Javier Makhat. Los fiscales Schiappa Pietra y Edery ordenaron allanar ese piso exclusivo y se encontraron, cuando los policías golpearon la puerta, con que allí vivía su jefe.
La investigación contra Alvarado desnudó la intensa corrupción y connivencia policial, que daba protección a este narcotraficante, que acumuló una fortuna con el narcotráfico. Ese juicio también dejó al descubierto las sospechas de que en la Justicia federal se había omitido investigar a Alvarado durante años, como ocurrió con el caso del juez Marcelo Bailaque, que actualmente está siendo sometido a una investigación en el Consejo de la Magistratura de la Nación.
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A Alvarado se lo condenó primero por un homicidio en el fuero provincial, donde los fiscales profundizaron una investigación más allá de ese episodio, que logró revelar las relaciones y protecciones del Estado que explicaban su crecimiento económico. Demorar una investigación, como ocurrió en el juzgado de Bailaque, significó no sólo impunidad, sino dinero y muertes.
En la investigación de Schiappa Pietra y Edery se logró dimensionar esa fortuna: 38 inmuebles, 165 vehículos de todo tipo (camiones, camionetas, autos, semirremolques), depósitos de dinero en 20 cuentas inmovilizadas por orden del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y una madeja de propiedades en manos de testaferros. Una parte –18 propiedades– ya fueron subastadas en 2022 y queda otra parte, que recién ahora el Estado tomó posesión.
En esa tanda había una casa en calle Bolivia 1833, en el barrio Belgrano, que perteneció a otro jefe policial, el ex titular de Inteligencia de Drogas Peligrosas, Gustavo Spoleti, quien terminó su carrera como titular de la Plana Mayor de la Jefatura de San Lorenzo.
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Ariel "Guille" Cantero, líder de Los Monos, está preso en el Complejo Penitenciario de Marcos Paz.
En el inicio de la causa penal, Spoleti fue citado como imputado en la misma audiencia que Alvarado. Fue el 22 de noviembre de 2019. Los fiscales Edery y Schiappa Pietra indicaron que el ex comisario realizó una maniobra junto con Jorge Benegas, uno de los encargados comerciales de Alvarado, con la venta y escrituración de esa casa lo que le permitió justificar los montos que le demandaron construir al jefe policial su vivienda en Fisherton.
La defensa de Spoleti se mostró sorprendida ya que, dijeron entonces, esa propiedad fue investigada en una causa de supuesto enriquecimiento ilícito de 2014 que ya había archivado la entonces jueza de Instrucción Alejandra Rodenas, exvicegobernadora, que fue mencionada por el propio Alvarado en un audio cuando fue detenido en Río Tercero, Córdoba.
El decomiso de bienes de Los Monos
En el caso de Los Monos, la toma de control por parte de la APRAD fue el 24 de junio pasado. Todo se hizo bajo un extremo bajo perfil, para evitar que –si la información se filtraba– hubiera represalias y enfrentamientos con los integrantes de este grupo criminal, cuyo jefe, Guille Cantero, está preso en el penal federal de Marcos Paz bajo estrictas medidas de seguridad.
Las autoridades tomaron posesión de cinco inmuebles, entre ellos, la mansión abandonada de Pérez, que fue decomisada en 2018, pero recién ahora se logró tomar el control de esa propiedad.
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Además, se desalojaron dos casas en Granadero Baigorria, otra en Rosario y una casa en Funes, que está construida sobre dos lotes. Esta última era alquilada de forma temporaria por la aplicación Airbnb.
Al ingresar, detectaron que esa residencia estaba vacía, pero habían dejado instructivos para quienes la alquilaban, como las claves de wifi. En de las casas allanadas en Granadero Baigorria se secuestraron armas. Allí estaba viviendo actualmente un cuñado de Guille Cantero, que quedó detenido.