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Policiales Gálvez | violencia de género | femicidio

El agresor de Gálvez ya había sido condenado por delitos de violencia de género contra la misma mujer

El dato fue revelado en una audiencia en Tribunales donde fue imputado por intento de femicidio y se impuso la prisión preventiva al hombre detenido en Gálvez

El hombre detenido por el intento de femicidio de su expareja en Gálvez ya había sido condenado por la Justicia santafesina por delitos vinculados a la violencia de género, y contra la misma mujer.

El antecedente fue dado a conocer por el fiscal de San Jerónimo, Julio Lema, en una audiencia realizada este viernes en Tribunales ante el juez Sebastián Szeifert.

El agresor, identificado como Diego David “Gallito” Lopez, fue asistido por el defensor público Javier Casco, quien reclamó medidas alternativas a la prisión; sin embargo, el magistrado avaló el pedido del fiscal y dictó la prisión preventiva de López.

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El juez Sebastián Szeifert presidió la audiencia y dictó la prisión preventiva del imputado

El juez Sebastián Szeifert presidió la audiencia y dictó la prisión preventiva del imputado

Intento de femicidio

López fue imputado como autor del intento de femicidio de su expareja, agravado por el vínculo y por el contexto de violencia de género. El ataque fue perpetrado la noche del jueves 27 de noviembre, en la puerta de la vivienda donde la mujer había ido a buscar refugio tras separarse de López días atrás.

El fiscal relató en la audiencia que el hombre fue a buscar a la mujer a ese lugar para retomar el vínculo, y estuvieron hablando en la vereda. Ante la negativa de la mujer, López comenzó a ponerse violento; la mujer intentó alejarse, momento en el que el hombre la tomó del cabello, la arrojó al piso y la golpeó a patadas.

La víctima logró correr hasta una vivienda cercana donde una mujer tomaba mates en el garaje y le reclamó que llamara a la policía; entonces, Lopez sacó un elemento cortopunzante de un bolsillo, le propinó tres puntazos y se retiró del lugar.

La mujer fue trasladada primero al Samco local y luego al hospital Cullen, debido a la gravedad de las lesiones. Allí estuvo algunos días internada en terapia intensiva y luego fue derivada a una sala de internación general.

López fue detenido a la mañana siguiente en la casa de un familiar, quien llamó a la policía tras la manifestación del agresor de querer entregarse por el ataque a su expareja.

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Violencia de género

Para justificar el contexto de violencia de género en el que fue cometido el ataque, el fiscal repasó varias declaraciones, entre ellas, de la propia víctima y de sus hijas.

La relación había comenzado cuatro años atrás, y desde el inicio estuvo signada por la violencia física de López. Sin embargo, era tal el dominio y el temor que infundía en la mujer, que ésta lo cubría y alegaba que las lesiones habían sido autoinflingidas.

A modo de ejemplo, el fiscal recordó una oportunidad en la que Lopez le había hecho perder varias piezas dentarias de un golpe, y la víctima había alegado que se las había hecho sacar para ponerse dientes nuevos.

Ante la insistencia de sus hijas, la mujer denunció a López en febrero de 2024; el hombre fue detenido y quedó en prisión preventiva hasta que en octubre de ese año se celebró una audiencia de juicio abreviado en el que fue condenado a tres años de prisión de cumplimiento efectivo por varios delitos vinculados a la violencia de género: amenazas, lesiones leves, violación de domicilio, privación ilegítima de la libertad e incumplimiento a un mandato judicial.

Debido al tiempo que llevaba en prisión preventiva se dispuso el cese de prisión, por lo que López debía cumplir el resto de la condena en libertad. Además de la condena, se le impusieron varias restricciones, entre ellas, la prohibición de acercarse y/o contactarse con la víctima y los lugares donde habitualmente se encuentra.

“¿Qué hizo López ese mismo día cuando salió de la cárcel?”, preguntó retóricamente el fiscal en la audiencia, y agregó: “Fue hasta la casa de la víctima, ingresó al domicilio y una vez más le prometió que iba a cambiar".

La mujer, por piedad, temor, o por el mismo círculo de violencia en el que se encontraba subsumida, retomó el vínculo con el agresor. Por supuesto nada cambió: “Pasé tres años que fueron un calvario, estoy con miedo, pasé un infierno, golpes, humillaciones… quiero que pague por lo que me hizo, si queda libre estoy muerta, me dijo que me iba a matar”, dijo la mujer antes del inicio de la audiencia por teléfono desde el hospital, donde continúa recuperándose del ataque.

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Prisión preventiva

A su turno, el defensor reclamó medidas alternativas a la prisión preventiva y propuso que López fije domicilio en Rosario mientras continúa el proceso judicial en su contra. El hombre no declaró en relación a los hechos, pero le dijo al juez: "Si usted me lo permite me voy a Rosario a empezar una nueva vida".

El juez Szeifert rechazó el pedido del defensor; el magistrado valoró la gravedad del ataque, y particularmente que López ya había sido condenado y se le había impuesto una prohibición de contacto que no cumplió.

El magistrado entendió además que la "nueva oportunidad" que le había dado la víctima es muestra del círculo de violencia en el que está inmersa la mujer, una mujer que logró finalmente salir de la relación, que buscó refugio en la casa de una amiga, y que ante la negativa de retomar el vínculo "el imputado reaccionó de esta manera".

El juez remarcó la existencia del riesgo de fuga y del entorpecimiento probatorio y dictó la prisión preventiva de López.