Droga en la Ruta Nacional 34: el mismo corredor, a la misma altura, con apenas tres días de diferencia
Dos operativos sobre la ruta nacional 34, en Ceres, revelaron un patrón sostenido de narcotráfico: un cargamento oculto en un baúl y dos “mulas” con cápsulas.
Drogas en la ruta nacional 34: en el primer procedimiento realizado en Ceres hallaron 100 panes de clorhidrato de cocaína por un total de 106 kilos.
La Ruta Nacional 34 volvió a quedar bajo la lupa de la Justicia Federal tras dos importantes secuestros de drogas que, a pesar de sus diferencias, revelan un patrón común: los procedimientos fueron en el mismo corredor, a la misma altura, con apenas tres días de diferencia y métodos de transporte diametralmente opuestos.
En diálogo con el programa Creo, que se emite cada mañana por AIRE, el auxiliar fiscal en Ministerio Público Fiscal de la Nación, Pablo Micheletti, confirmó que los operativos en Ceresno deben leerse como hechos aislados, sino como parte de una dinámica de tráfico sostenida sobre la traza norte-sur que conecta el límite con Bolivia con el cordón Rosario–Buenos Aires.
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Un baúl "trabajado" y los nervios que delataron el cargamento de drogas
El primer caso se produjo el domingo. En un control rutinario, personal de la Sección Seguridad Vial Ceres advirtió un ruido extraño en la Jeep Grand Cherokee conducida por un joven de 28 años, oriundo de Córdoba, que venía desde Jujuy. El detalle técnico derivó en preguntas inconsistentes, nerviosismo evidente y la intervención de la perra detectora Sasha.
El marcaje positivo llevó a una requisa completa, con orden judicial, que permitió hallar 100 panes de clorhidrato de cocaína por un total de 105 kilos 911 gramos. La droga estaba oculta en una estructura trabajada en el sector del baúl: no un fondo falso clásico, pero sí una chapa adulterada y reensamblada.
“Es uno de los secuestros más relevantes de la jurisdicción”, señaló Micheletti. En la audiencia de formalización se dispuso prisión preventiva por 120 días y se investiga el destino del cargamento, que habría sido el sur de Santa Fe o el norte bonaerense. Los panes presentaban el sello del delfín, una marca históricamente asociada a organizaciones del norte del país, aunque el fiscal aclaró que no se descartan maniobras de desvío de identificación.
De las estructuras ocultas a las cápsulas ingeridas
El método —mulas con ingesta de envoltorios— implicó un operativo médico de riesgo, atento a la posibilidad de ruptura interna. Tras la evacuación bajo control clínico, se constató que ambos trasladaban más de un kilo de cocaína cada uno. Uno de ellos, además, presenta antecedentes de condena en Brasil por una causa similar.
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En la radiografía se pueden observar las cápsulas que transportaba una de las "mulas" detenidas en Ceres.
El fiscal Micheletti evitó profundizar sobre la estructura detrás de este segundo traslado: “Serán llevados a audiencia de formalización y hasta tanto preservamos la información”. La investigación avanza también sobre los puntos de destino.
Un corredor bajo vigilancia
Aunque los procedimientos difieren en técnica —camioneta con estructura adulterada y cápsulas ingeridas detectadas en pasajeros de larga distancia—, la coincidencia temporal y geográfica plantea un escenario de inteligencia criminal más amplio. Un mismo tramo de la 34, un mismo punto de control y un mismo can detector, con capacidad para identificar modalidades distintas de ocultamiento.
Las diligencias siguen en curso: apertura de dispositivos electrónicos, trazabilidad de tránsito y análisis del sello delfín, que podría ser identificación real de organización o señuelo para desviar hipótesis.
Mientras tanto, el corredor norte-sur vuelve a figurar en el mapa del narcotráfico regional, con dos cargas distintas que cayeron en el mismo kilómetro y en la misma semana, bajo el mismo olfato: Saya.