Ambas posturas se mantienen casi desde el inicio de la investigación: el informe preliminar de autopsia realizada por el entonces jefe del cuerpo médico forense de Tribunales, Pascual Pimpinela, así como las declaraciones públicas brindadas por el galeno, plantaron la idea de que el niño había sido brutalmente asesinado. La madre del menor, María del Luján Cardozo, constituida como querellante en la causa con representación del abogado Dionisio Ayala, apuntó contra el papá del niño y en especial, la pareja de éste.
En tanto la Fiscalía, por las características del hecho y por la necesidad de profundizar en la descripción de las lesiones que presentaba el cuerpo de Diego, solicitó una nueva autopsia, esta vez con intervención del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y de la Gendarmería Nacional como veedor por la Fiscalía; en aquel entonces se le dio intervención a Ayala, al papá del niño y a la defensa de Iván Reyes, el responsable de unos 10 canes y dueño del predio donde se encontró el cuerpo de Diego.
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La acusación por la muerte del niño Diego Román lleva la firma de los fiscales de homicidios Andrés Marchi y Ana Laura Gioria
Maiquel Torcatt/Aire Digital
El inicio del caso
La denuncia de la desaparición de Diego Román fue radicada el 3 de julio de 2019 en la Comisaría 16 por parte del papá del pequeño. El denunciante precisó que la última vez que alguien vio a Diego fue alrededor de las 17, cuando su pareja y su hijo más chico lo vieron en zona del Barrio Comunal 3 de Recreo.
Algunas declaraciones permitieron determinar que Diego había estado jugando a la pelota con unos niños en una canchita de fútbol y que, cuando vio que su madrastra iba a buscarlo, se fue corriendo para una zona de pastizales.
El cuerpo sin vida de Diego fue encontrado por el vicepresidente de club donde jugaba al fútbol Diego, el 4 de julio cerca de las 22, en inmediaciones del límite entre los predios de la familia Reyes y de los vecinos: presentaba numerosas lesiones, se encontraba desnudo y con sus zapatillas colocadas.
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Diego Román tenía 12 años y murió en la madrugada del 4 de julio de 2019
Dos autopsias
En marco de la investigación se realizaron dos autopsias al cuerpo del niño: la primera, a cargo del médico forense Pascual Pimpinela, quien, en un primer informe de carácter preliminar, señaló la presencia de múltiples lesiones y sugirió que podían haber sido producidas por armas blancas y por la depredación de animales, y remarcó la necesidad de realizar estudios complementarios para mayores precisiones.
La segunda autopsia fue realizada por el cuerpo médico forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y la intervención de Gendarmería Nacional como veedor de la Fiscalía; en la acusación presentada por los fiscales Andrés Marchi y Ana Laura Gioria, sostienen que se dio intervención al ya por entonces querellante Dionisio Ayala, al papá del niño y a la defensa de Reyes.
El informe preliminar del Cuerpo Médico Forense de la C.S.J.N. señaló que el cuerpo de Diego presentaba numerosas lesiones contusas, punzantes, escoriativas y desgarradas. Asimismo, con precisión se indicó que no se constataron lesiones penetrantes a nivel de la cavidad craneana, torácica, abdominal y pelviana, ni signos de hemorragias a nivel de la cavidad torácica, abdominal y pelviana. Este mismo informe sostuvo que “no se constataron lesiones producto de violencia de índole manual y/o instrumental”, y que “las lesiones no presentaban características o cumplen los requisitos para ser producto de arma blanca (bordes netos, coletas de salida, etc…)”.
En cuanto a la causal de muerte, se consignó que las heridas que presentaba el cuerpo “poseen idoneidad para causar la muerte por hemorragia externa, configurando una muerte violenta”, y que “la muerte sobreviene en un corto lapso a posterior de haber sufrido las mencionadas lesiones”.
Por su parte, al momento de elaborar su informe final, el doctor Pimpinela sostuvo que los estudios complementarios realizados permitieron determinar que las lesiones descriptas en su informe preliminar fueron ocasionadas por la acción de animales.
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Pascual Pimpinela, el médico forense que realizó la primera autopsia del cuerpo de Diego Román
Atacado por una jauría de perros
La acusación presentada por la Fiscalía, a la que adhirieron las abogadas querellantes del Centro de Asistencia Judicial a la Víctima que representan al papá del niño, Julio César Román, repasó la evidencia por la que sostienen que el niño fue atacado por una jauría de perros, que estaban a cargo del matrimonio Reyes - Vega.
“Numerosas declaraciones daban cuenta de la existencia de perros peligrosos en inmediaciones del lugar donde fue hallado el cadáver del niño, incluso, con ataques a seres humanos”, sostiene la acusación.
Tras el hallazgo del cuerpo del pequeño, vecinos de la zona aludían que se sabía que había antecedentes de ataque de perros, y refirieron un par de ataques puntuales, en abril y mayo de ese mismo año. Una de las testigos afirmó que se decía que los perros de Reyes eran agresivos, y otro testigo refirió saber que a un muchacho una noche, lo habían mordido perros que salían de la casa de los Reyes y que lo habían tenido que atender médicamente porque había padecido lesiones graves.
En cuanto a la persona que encontró el cuerpo del niño, sostuvo que, cuando ingresaron al predio de los Reyes, mientras realizaban la búsqueda, el cuidador del campo les advirtió sobre los perros de Reyes. Esto fue referido por otras personas que colaboraban en la búsqueda: les dijeron que tengan cuidado con los perros de Reyes ya que eran "malísimos".
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El lugar donde hallaron a Diego Román.
El predio de Reyes fue registrado el 31 de julio de 2019, se procedió al secuestro de los 10 perros que estaban en el lugar (un rottweiler, tres boxer, un cruza pastor, un cocker y cuatro mestizos) y se les tomó muestras para eventuales cotejos de ADN. En esta medida intervinieron personal del Grupo técnico y se convocó a un reconocido entrenador de canes; también se procedió al registro del predio contiguo, donde también había animales, pero de pequeño tamaño sin capacidad de generar las lesiones que presentaba el cuerpo del niño.
Por otra parte, se pudo verificar que antes y después de la muerte de Diego, ocurrieron ataques de perros en la zona, y que los mismos se vinculaban a canes que habitaban en el predio de la familia Reyes. El 29 de abril de 2019 G.O. fue atacado por una jauría de perros en inmediaciones de la vivienda de Reyes. La víctima se despertó al día siguiente en el hospital Cullen.
El 10 de mayo de 2019 cerca de las 3 de la mañana el propio Reyes se presentó en la comisaría para advertir que había trasladado a A.O. porque la había encontrado tirada en una zanja cerca de su casa, mordida por un can. Que, según su informe del libro de Guardia del Hospital Protomédico, A.O. es traída en ambulancia de la ciudad de Recreo por ser atacada por canes los cuales producen múltiples escoriaciones y también en zona del hueso y tobillo, herida desgarrante.
Después de la muerte de Román hubo un tercer ataque a F.E.A., el 30 de noviembre de 2019; refirió que vio salir los perros de adentro de la casa de la familia Reyes y que los portones de la finca se encontraban abiertos.
Por los casos de mayo y noviembre se inició una investigación penal que quedó a cargo de la fiscal Gabriela Arri, y que acusa el matrimonio Reyes - Vega como responsables de las lesiones padecidas por estas personas.
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Algunos de los perros que fueron secuestrados del predio del matrimonio Reyes - Vega
Parte de la evidencia de la Fiscalía y una de las querellas se encuentra un informe de un médico veterinario especialista, que explica cómo son los ataques en jauría: se caracteriza por el estímulo inicial que provoca el inicio del ataque, al percibir mediante alguno de los sentidos un cambio en su territorio; la jauría entonces se dirige al encuentro de la posible presa o amenaza, guiados por el alfa que generalmente es el más fuerte, seguido por los demás. Cuando el grupo visualiza a la presa, es asediada, perseguida y detenida, a través de ladridos, embestidas, para derribar su objetivo, por lo que se valen de garras y mordidas.
El tipo de lesiones que los animales le ocasionan a la víctima es muy variada (escoriaciones, equimosis, hematomas, heridas abiertas y contusas, desgarro de piel y músculos); desgarro de prendas, producidas por la acción punzo cortantes y tracción que provoca la mordida y garras en su ataque. El informe del especialista advierte también que la fuerza de la mordida o la profundidad y gravedad de la lesión se corresponde al tamaño de la mandíbula y al peso del animal; remarca que sin una orden para el cese de la agresión, los animales continúan con el ataque hasta que la víctima queda totalmente inmóvil.
Este informe menciona como indicios de un ataque de una jauría en espacios abiertos y/o con profusa vegetación, huellas de los canes y de la víctima, vegetación pisoteada alrededor de la víctima, marcas de arrastres o revuelcos, caminos o senderos dejados por los canes en progresión del ataque, restos de tejido, sangre, prendas o partes esparcidas, heridas, marcas de rasguños dejadas en el cuerpo de la víctima; en relación al caso por la muerte de Diego, el especialista señaló que la escena es compatible con un ataque por animales.
Por último, el médico veterinario estimó que ocho de los animales que tenía Reyes en el predio tenían características para encuadrar en posibles agresores; precisó que el perro doméstico en jauría manifiesta ciertas costumbres de sus antecesores en su evolución, el instinto predatorio es uno de ellos, aunque no tiene la necesidad de cazar para alimentarse ya que la alimentación se la provee el hombre, como así también si el ataque hacia personas no es corregido en tiempo y forma (período de sociabilización del perro) se torna un hábito para responder con agresión.
Por último, la acusación precisa que se efectuaron numerosos cotejos de ADN, de los que resultó la inexistencia de indicio alguno de intervención de un tercero en el desenlace fatal de Diego.
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Néstor Pereyra es el abogado defensor del matrimonio imputado por el homicidio de Diego Román
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Asesinado brutalmente
El abogado querellante Dionisio Ayala se opuso a la hipótesis fiscal desde el inicio de la causa, y en la audiencia preliminar solicitó que la oposición sea analizada en el contexto del debate oral y público.
Para el letrado, “es poco creíble” la hipótesis de que Diego fue atacado por una jauría de perros, “tomando en consideración el sentido común de las cosas”, entendió el querellante: “Ni el pantalón de fútbol; ni el bóxer: ni la remera que fueron encontrados en el lugar fueron destrozados en sus elásticos o cuellos de las prendas secuestradas en el lugar. Dichas prendas fueron sacado por arriba de la cabeza de la víctima (en el caso de la remera) y por debajo de las piernas, (el short y el bóxer), sin romper la parte del cuello y mangas de la remera y la parte de la cintura elástica del short”.
En cuanto al dictamen del Cuerpo Médico de la C.S.J.N., Ayala destacó los puntos 13 y 14: “Las lesiones detalladas en estas consideraciones que afectan vasos arteriales troncales de los miembros y en las que se destacan signos de vitalidad, aisladamente o en su conjunto, poseen idoneidad para causar la muerte por hemorragia externa” (p.13); y a continuación se agrega: “..de la visualización de lesiones descriptas se estima que el menor tuvo un lapso de vida no mayor a los 10 minutos, a posterior de haberlas padecido, configurando una muerte violenta” (p.14).
“Esta parte querellante ha plasmado en numerosos escrito en el marco del legajo fiscal acerca de la falta de seriedad en la investigación penal sobre la muerte violenta de Diego por acción directa de humano y no por vía de la acción de los animales, sin que haya sido valorado la realización de actos irreproducibles e irrepetibles en procuración de las pruebas necesarias para culminar con el pedido de apertura de juicio por los delitos que se están incriminado a la familia Reyes, habiéndosele requerido en reiterados escritos la recusación de los Fiscales a cargo de la investigación de la muerte de Diego”, sostuvo Ayala.
Lo mejor 2019 Caso Diego Roman
Vecinos de Recreo cortan la ruta nacional 11 para pedir justicia por la muerte de Diego Román.
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Ayala cuestionó que la Fiscalía haya presentado la acusación alternativa de homicidio culposo, además del dolo eventual: “Esa dualidad que efectúa la Fiscalía, obedece pura y exclusivamente, a la desavenencia que su propia investigación genera”.
El abogado querellante criticó la investigación de la Fiscalía y sostuvo que hubo un “abandono malicioso de la persecución penal”, al no recabar informes y pruebas de carácter irreproducibles e irrepetibles en relación a la muerte del menor, respecto de sus familiares, relaciones, amistades, y círculo de relaciones en que se manejaban el papá del pequeño y su pareja.
Ayala cuestiona que el MPA nunca solicitó un amplio informe psicológico y psiquiátrico al papá y a la madrastra del niño, “quienes han sido denunciados por las violencias físicas y psicológicas sometidas a la menor denunciante y a sus hermanitos de sangre en una familia ensamblada”, sostiene el querellante.
En esta línea, agregó que “no se tomó en cuenta la denuncia de la menor J.R. en Cámara Gessel de sus denuncias en tres oportunidades ante organismo municipal donde pone en conocimiento que un mes antes del asesinato a su hermano Diego, había denunciado en tres oportunidades, ante una Asistente Social de la Municipalidad de Recreo la situación de violencia intra familiar protagonizada por su padre y su madrastra.
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El abogado querellante Dionisio Ayala que representa a la mamá del niño sostiene que Diego fue brutalmente asesinado
En este sentido, Ayala sostuvo que “nunca se resolvió la solicitud la reiteración de pedido de citación de la ex funcionaria de la Municipalidad de Recreo, mencionada por la menor en Cámara Gesell como la persona que tuvo conocimiento de las tres denuncias efectuadas un mes antes de la muerte de Diego”.
El querellante que representa a la mamá del niño, cuestionó que cuando se entrevistó a la esposa y a las hijas de Reyes no fueron interrogada sobre la presencia de jauría de perros en el barrio, o si escucharon ruidos, gritos, pedidos de auxilios o ladrillos de perros en manada en el periodo de tiempo en que estuvo desaparecido Diego.
“Nunca se dio intervención en las pericias a profesionales veterinarios asignados por la querella”, sostuvo Ayala, y cuestionó también la intervención del especialista adiestrador canino porque “no acredita su condición ni título de perito”.
En especial, la querella representada por Dionisio Ayala criticó que no se investigaron los problemas intrafamiliares referidos por las hermanas de Diego, y que incluso una de estas niñas los denunció como responsable de la muerte de Diego.
Finalmente, Ayala sostuvo que Diego Román fue violentamente asesinado por con alevosías y premeditación, “con acción de personas que en su momento fueron identificados pero no investigados por la Fiscalía”, y que se tengan en cuenta los escritos de recusación de los fiscales a cargo de la investigación y la denuncia radicada por Cardozo ante el MPA contra funcionarios judiciales y provinciales.