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Judiciales Diego Luciani | Horacio Rosatti | Corte Suprema de Justicia

El fiscal Diego Luciani pidió cinco años de prisión para el acusado de querer robar la camioneta Horacio Rosatti

El fiscal Diego Luciani aseguró en su alegato que el intento de robo no fue un hecho aislado, “El objetivo era Rosatti”, advirtió y pidió condenar a cinco años de prisión a Damián Berruet.

El fiscal federal Diego Luciani pidió este viernes condenar a cinco años de prisión a Damián Berruet, el acusado de haber intentado robar la camioneta del presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Horacio Rosatti, en el estacionamiento del Palacio de Tribunales.

En su alegato, el fiscal aseguró que el episodio no fue un hecho aislado, sino que debía ser leído en un contexto de “hostigamiento y asedio” que el juez viene sufriendo desde 2019.

Tras apuntar al “poder político del gobierno anterior”, Luciani mencionó como ejemplosel intento de hackeo al celular del ministro de la Corte y de otros magistrados, el juicio político que impulsó el kirchnerismo en 2023 contra los cuatro integrantes del máximo tribunal y hasta las pintadas que aparecieron tras el fallo que condenó a la expresidenta Cristina Kirchner. “El objetivo era Rosatti, advirtió.

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Según reseñó el fiscal, “desde 2019” Rosatti ha sido “víctima de un hostigamiento persistente y sistemático”. Habló del intento de robo del inmueble en Santa Fe en noviembre de 2023, “las pintadas y pasacalles intimidades”, la aparición de “artefactos sospechosos que debieron ser detonados”, el robo de las declaraciones juradas en el Consejo de la Magistratura de la Nación cuando Rosatti se convirtió en presidente del cuerpo, “sucesivos intentos de hackeos”, la creación de cinco líneas telefónicas a su nombre, “el robo de una mochila en un auto idéntico a este juico que ocurrió tiempo antes también asignada a doctor Rosatti”. También incluyó en esa lista la aparición de mensajes intimidatorios tras la condena que derivó en la detención de Cristina Kirchner.

Detrás de este hecho hay un trasfondo oscuro y sombrío que Damián Berruet oculta”, afirmó el fiscal. “Está claro que no era un improvisado y que la investigación en instrucción, llamativamente no avanzó sobre quién o quiénes están detrás de la motivación. Había un objetivo claro: el presidente de la Corte Suprema de la Justicia. La gravedad de lo expuesto debe ser contextualizado con otros hechos de los que resultó víctima el doctor Rosatti”.

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“El objetivo era Rosatti”, advirtió el fiscal Diego Luciani.

“El objetivo era Rosatti”, advirtió el fiscal Diego Luciani.

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El Tribunal Oral Federal 2, encabezado por el juez Néstor Costabel, juzga a Damián Berruet por lo sucedido el 30 de mayo de 2024 en las afueras del Palacio de Tribunales, mientras adentro se celebraba una audiencia pública con la presencia de Horacio Rosatti, jueces federales y representantes del Consejo de la Magistratura.

Berruet fue sorprendido forzando la cerradura de una Toyota SW4 oficial, asignada al presidente de la Corte Suprema, dentro del estacionamiento reservado al máximo tribunal. Armado con un objeto punzante, amenazó al custodio que lo descubrió y huyó a pie por la calle Uruguay. La secuencia quedó registrada en las cámaras de seguridad y terminó dos cuadras después, cuando fue detenido en la esquina de Lavalle y Paraná por agentes de la Policía de la Ciudad.

El juicio comenzó el mes pasado. Junto a la auxiliar fiscal María Mercedes Galli, Luciani hizo una descripción de las pruebas y los hechos recolectados en la causa. Las imágenes de las cámaras de seguridad del Palacio de Justicia mostraron al acusado al lado del automóvil. También cuando el policía intentó detenerlo y el ladrón se zafó y escapó.

Pero la fiscalía también exhibió en el juicio las imágenes desde que Berruet salió desde el hotel en donde se alojaba, en la calle Bartolomé Mitre y Riobamba, caminó por la primera arteria hacia avenida Callao, dobló en Uruguay y llegó hasta el Palacio. “Siempre con la mano en su bolsillo derecho”, dijo, donde llevaba un destornillador de 30 centímetros.

En ese hotel, subrayó, paraba junto a un grupo de ocho personas oriunda de Córdoba, que viajaba periódicamente supuestamente para comprar ropa en Buenos Aires y venderla en su provincia. Al allanar el hotel a las dos semanas, no se encontró ninguna mercancía para la venta. Solo teléfonos y tarjetas.

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“Todos, llamativamente todos, como un libreto, decían que venían a Buenos Aires para comprar ropa que luego vendían en Córdoba. Pero esa afirmación queda en duda. En el acta se dejó constancia que tenían teléfonos celulares, que no se peritaron en la instrucción, a pesar a la pertinencia de peritar esos teléfonos. Y digo que podrían haber tenido información relevante de este hecho porque eran ocho personas que viajaban juntos. En su declaración tampoco ninguna pudo detallar de dónde compraban la ropa, donde la vendían, por qué hacían tantos viajes... Inverosímil: uno afirmó que se financió un viaje Córdoba-Bs. As. para comprar una maquinita para cortar el pelo. Es absolutamente inverosímil”, resaltó.

Y añadió: “lo que se desprende de manera incontrastable es que la mayoría de los integrantes de este grupo cuenta con antecedentes penales por delitos contra la propiedad cometidos en CABA. Era un grupo que se dedicaba a robar profesionalmente y Berruet era parte de este grupo. No es un dato menor. Nos encontramos frente a una banda. Solo ante la insistencia de la fiscalía, poniéndolo entre la espada y la pared, Berruet admitió que conocía a algunos de ellos”.

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Horacio Rosatti, presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Horacio Rosatti, presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

“No eran improvisados-, Eran profesionales”, dijo. Y en ese sentido, el fiscal subrayó que el acusado no llevaba en su poder ni documentación ni teléfono celular y cuando se lo trató de identificar dio el nombre de una persona que vive en Córdoba, cuyo negocio está al lado del domicilio de la madre de Berruet y que poco tiempo antes había perdido sus documentos. Cuando con las huellas digitales se pudo establecer de quién se trataba el sospechoso, se comprobó que tenía antecedentes y condenas previas.

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Según describió la fiscalía de acuerdo a las cámaras de seguridad, el día del hecho, el ladrón caminó durante casi un kilómetro y medio, donde pasó por lo menos medio de centenar de autos, antes de llegar al estacionamiento apartado del Palacio de Tribunales. Las imágenes lo mostraron caminando por Uruguay, cruzando sobre Lavalle hacia Tucumán, cruzar a mitad de cuadra hacia el vehículo de Rosatti. Había otras camionetas similares, pero se detuvo en la blanca. Chequeó la patente, dijo Luciani, y ahí volvió sobre sus pasos para abrirla. El fiscal subrayó en su indagatoria que, tal vez en un acto fallido, el acusado confesó que buscaba un celular.

En ese sentido, el fiscal señaló que interrogado por el Ministerio Público el acusado confesó el intento de robo. “Confesó lo que vimos en la cámara: lo que surge de los videos. El intento de robo asignada al doctor Rosatti, pero nos intentó hacer creer que el desconocía que era la que pertenecía a Rosatti”.

Señor juez, esto es una mentira. Ya vamos a ver cómo nos mintió en la cara a todos. A este Ministerio Público no le queda ninguna duda que es uno más de los actos hostigamientos que tuvo que tolerar el presidente de la Corte Suprema de la Nación. Así de serio es este hecho. Por eso no podemos minimizarlo”.

Luciani afirmó que “no puede pasarse de vista que todos estos hechos tuvieron lugar en momentos en que el poder político del gobierno anterior hostigaba a jueces honestos e íntegros que llevaban adelante investigaciones de corrupción. Todo esto no es ajeno. En un escenario político convulsionado marcado por un proceso bochornoso de juicio político contra los cuatro integrantes de la Corte. Por eso el hecho de Berruet no puede ser examinado con un hecho circunstancial”.

Según Luciani, “Berruet nos vino a contar lo innegable. Lo que todos vimos en el video, pero no pudo dar una explicación coherente. Se limitó a informar que estaba bajo efectos de estupefacientes y no fue consciente de su actuar. Reconoció que tenía un destornillador en la mano y que en ningún momento lo utilizó en la cerradura. Es bastante contradictorio”.

“Señor juez: el objetivo era el doctor Rosatti. Tan profesional y tan prevenido estaba que no tenía documentación ni celular encima –afirmó-. El objetivo es elocuente, las imágenes muestran que el destino era la camioneta del doctor Rosatti y esto quedó muy claro”. Y añadió: ¿realmente podía desconocer que ahí estaban estacionados autos de los ministros? Fíjense como va directo a ese lugar. Las imágenes son elocuentes. Va, mira la patente y ahí se lanza sobre el auto del doctor Rosatti”.

En ese contexto, la fiscalía advirtió: “valoradas las pruebas y el contexto la pena debe reflejar un claro mensaje a la sociedad de hechos de esta naturaleza. La justicia debe ser implacable para disuadir a quienes orquestan estos ataques. Esta fiscalía va a pedir que se lo conde a cinco años de prisión por ser tentativa de robo doblemente agravado. Y se lo declare reincidente”. Tenía otras cinco condenas en su contra, la mayoría por robos, y varios procesos pendientes.