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Sus pétalos combinan tonos rojos, naranjas y amarillos que recuerdan una pequeña fogata. Gracias a su colorido intenso, atrae mariposas y abejas, lo que ayuda a mantener el equilibrio natural del jardín.
Cómo cuidar la Gaillardia
Esta planta necesita pocas atenciones para crecer fuerte y sana.
- Luz: debe estar en un lugar con sol directo la mayor parte del día.
- Riego: moderado; alcanza con mojar la tierra una o dos veces por semana, evitando el exceso de agua.
- Suelo: prefiere sustratos livianos y bien drenados. En suelos pesados o encharcados puede detener su floración.
- Fertilización: con un abono orgánico al inicio de la primavera es suficiente para mantener la floración constante.
- Poda: conviene retirar las flores secas para estimular nuevos brotes y mantener la planta compacta.
Gaillardia (1)
La Gaillardia destaca por sus tonos cálidos y su capacidad de florecer incluso con poca agua.
Además, soporta el viento, la sequía y las altas temperaturas, por lo que resulta perfecta para balcones o jardines con mucho sol.
Una flor para todo el año
La Gaillardia combina belleza y resistencia en una sola planta. No necesita cuidados intensivos, florece durante meses y aporta color a cualquier espacio.
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En climas como el de Santa Fe, puede mantenerse activa casi todo el año, convirtiéndose en una alternativa práctica y duradera frente a especies más delicadas como las petunias o las violetas.