menu
search
Deportes Aeropuerto | Escocia |

El único aeropuerto del mundo donde los aviones despegan y aterrizan sobre una playa

Es el de Barra, ubicado en las islas Hébridas Exteriores, al norte de Escocia. Solo se puede operar en el mismo cuando la marea está baja y, las tres “pistas”, no cuentan con las señalizaciones, luces u otras ayudas habituales para los pilotos, comunes en cualquier aeródromo comercial, sino que unos postes de madera clavados en la arena –los que quedan sumergidos cuando suben las aguas del Atlántico Norte– marcan las cabeceras de las mismas.

En cualquier aeropuerto donde, independientemente de su tamaño y tráfico, operen aeronaves —sobre todo comerciales—, siempre vamos a encontrar una serie de ayudas para la navegación, destinadas a garantizar que los pilotos despeguen, o realicen las aproximaciones y aterrizajes, con total seguridad.

Amén de las instrumentales, como el VOR (un radiofaro omnidireccional que opera en frecuencias VHF), otras ayudas muy importantes son las visuales, tales como las marcas en la pista (por ejemplo, umbral, número de la misma, eje, zona de toque y límites), carteles (indicando el acceso o salida de una pista, y las calles de rodaje para hacerlo), y las luces (de aproximación, de la pista, calles de rodaje y en la plataforma).

Pero hay un aeropuerto —único en el mundo— donde los pilotos no encontrarán absolutamente nada de esto y, para despegar o aterrizar, se apoyarán en las instrucciones que recibirán por parte de la torre de control (tales como dirección e intensidad del viento, temperatura, presión atmosférica y visibilidad).

barra 1
En Barra, los pilotos dependerán de que las mareas les permitan arribar o partir del mismo ya que, en lugar de una pista delimitada y señalizada, despegarán y aterrizarán sobre la arena de una playa, muchas veces con la presencia de agua de mar en la misma.

En Barra, los pilotos dependerán de que las mareas les permitan arribar o partir del mismo ya que, en lugar de una pista delimitada y señalizada, despegarán y aterrizarán sobre la arena de una playa, muchas veces con la presencia de agua de mar en la misma.

En el mismo y, salvo muy raras excepciones, operarán solo con luz natural (en condiciones visuales es decir, siempre con referencias del terreno) y, además, dependerán de que las mareas les permitan arribar o partir del mismo ya que, en lugar de una pista delimitada y señalizada, despegarán y aterrizarán ¡sobre la arena de una playa!, muchas veces con la presencia de agua de mar en la misma.

Es el aeropuerto de Barra, situado en el norte de Escocia, donde los pasajeros que arriban y parten del mismo viven una experiencia que no encontrarán en ninguna otra aeroestación a lo largo del mundo entero.

Un aeropuerto muy singular

La isla de Eilean Bharraigh, también conocida como Barra, de 13 kilómetros de largo y 8 de ancho, es una de las más australes del archipiélago de las Hébridas Exteriores (Outer Hebrides), en la costa noroccidental de Escocia, Reino Unido.

barra 2
La empresa Highlands and Islands Airports Limited, que posee y opera la mayoría de los aeropuertos regionales de Escocia, administra el aeropuerto de Barra, habilitado para vuelos comerciales y de entrenamiento de pilotos privados.

La empresa Highlands and Islands Airports Limited, que posee y opera la mayoría de los aeropuertos regionales de Escocia, administra el aeropuerto de Barra, habilitado para vuelos comerciales y de entrenamiento de pilotos privados.

En el extremo norte de Barra, donde el pueblo de Ardmhor se extiende hasta el de Eoligarry, hay una extensa zona formada por arena dura compactada, llamada Traigh Mhor que, en gaélico –una lengua indoeuropea de la rama celta que aún se habla en esta región– significa Playa Grande.

A principios de la década de 1930, cuando se evaluó construir un aeropuerto en la isla de Barra, el jefe del correo local, John MacPherson, sugirió que la playa sería apta para ser utilizada como pista de aterrizaje.

Su inédita propuesta tuvo eco favorable y, a partir del 14 de junio de 1933, los aviones comenzaron a utilizar la misma. Pero no fue hasta el 7 de agosto de 1936 que este particular aeródromo –también conocido como Barra Eoligarry Airport– se inauguró oficialmente para la operación de servicios aéreos regulares.

barra 3
Según la carta aeronáutica respectiva, el aeropuerto de Barra cuanta con tres “pistas”, cuyas orientaciones son 07-25, 11-29 y 15-33. La más larga de todas es la 15-33, con una extensión de 846 metros por 46 de ancho; la sigue la 07-25, de 799 x 60 metros y, la más corta, es la 11-29, de 680 x 46 metros.

Según la carta aeronáutica respectiva, el aeropuerto de Barra cuanta con tres “pistas”, cuyas orientaciones son 07-25, 11-29 y 15-33. La más larga de todas es la 15-33, con una extensión de 846 metros por 46 de ancho; la sigue la 07-25, de 799 x 60 metros y, la más corta, es la 11-29, de 680 x 46 metros.

La empresa Highlands and Islands Airports Limited, que posee y opera la mayoría de los aeropuertos regionales de Escocia, administra el aeropuerto de Barra, habilitado para vuelos comerciales y de entrenamiento de pilotos privados.

El edificio de la terminal de Barra no es muy distinto de cualquier aeródromo pequeño o alejado de los grandes centros urbanos, ya que cuenta con una sala para embarques y arribos, un par de dependencias de servicio, una torre de control (con una luz estroboscópica en su extremo superior que, cuando se enciende, les indica a los pasajeros y al personal en tierra que se aproxima un avión), y un bar.

Además, hay una zona de carga, junto con el personal y los vehículos respectivos para esta actividad (incluida la de los equipajes), dos autobombas de los servicios de emergencias y una cisterna para reabastecer de combustible a los aviones.

barra 4
La primera vez que se utilizó la playa como pista de aterrizaje fue el 14 de junio de 1933 y, este particular aeródromo –también conocido como Barra Eoligarry Airport– se inauguró oficialmente para la operación de servicios aéreos regulares el 7 de agosto de 1936.

La primera vez que se utilizó la playa como pista de aterrizaje fue el 14 de junio de 1933 y, este particular aeródromo –también conocido como Barra Eoligarry Airport– se inauguró oficialmente para la operación de servicios aéreos regulares el 7 de agosto de 1936.

Y es desde este aeropuerto, en el que predominan los fuertes y cambiantes vientos del Atlántico Norte, donde la aerolínea regional escocesa Loganair opera dos servicios diarios que unen Barra con Glasgow, la mayor ciudad de Escocia, ubicada a 226 kilómetros al sureste y cuya duración, en promedio –dependiendo de las condiciones meteorológicas en la ruta–, es de una hora cada uno.

Cada año, unos 10.000 pasajeros –que embarcan y desembarcan sobre la playa, que hace las veces de “plataforma”– pasan por este singular aeropuerto, contabilizando unas 1400 operaciones aéreas, entre comerciales y privadas.

Todas son realizadas por un número cada vez mayor de turistas que desean vivir la curiosa experiencia de aterrizar o despegar desde la arena como, así también, los 1200 residentes en la isla, que ven en este puente aéreo la forma más segura y rápida de trasladarse a la parte continental de Escocia y, desde allí, al resto de Gran Bretaña.

barra 5
Vista de la “plataforma” (que es la playa misma) desde la torre de control. Barra está abierto de lunes a sábados de 10.30 a 15.30, lapso en el que Loganair opera sus dos vuelos a Glasgow y, los domingos, el horario de actividades se reduce: es de 11.30 a 12.45.

Vista de la “plataforma” (que es la playa misma) desde la torre de control. Barra está abierto de lunes a sábados de 10.30 a 15.30, lapso en el que Loganair opera sus dos vuelos a Glasgow y, los domingos, el horario de actividades se reduce: es de 11.30 a 12.45.

Las características de Barra

Según la carta aeronáutica respectiva, el aeropuerto de Barra cuanta con tres “pistas”, cuyas orientaciones son 07-25, 11-29 y 15-33 para asegurar de que todos los despegues y aterrizajes se puedan realizar con el viento en contra, que es la norma en toda actividad de vuelo.

En el primero de los casos, se aumenta el flujo de aire sobre las alas, se acorta la carrera de despegue y hace que el avión ascienda en un ángulo mayor, permitiéndole sortear cualquier obstáculo; por su parte, aterrizar contra el viento ayuda a reducir la velocidad de la aeronave y, también, la distancia necesaria para detenerla.

barra 6
La terminal de Barra no es muy distinta de cualquier aeródromo pequeño, ya que cuenta con una sala para arribos y embarques, un par de dependencias de servicio, una torre de control y un bar. También hay dos autobombas de los servicios de emergencias y una cisterna para reabastecer de combustible a los aviones.

La terminal de Barra no es muy distinta de cualquier aeródromo pequeño, ya que cuenta con una sala para arribos y embarques, un par de dependencias de servicio, una torre de control y un bar. También hay dos autobombas de los servicios de emergencias y una cisterna para reabastecer de combustible a los aviones.

En la actividad aeronáutica, el número de la pista coincide con el rumbo magnético del avión; por ejemplo, si se despega desde una cabecera 36, la aeronave lo haría en dirección hacia el norte, o los 360°.

Como Barra es una aeropuerto de características STOL (Short and Take Off and Landing, o Despegue y Aterrizaje cortos), ninguna de las “pistas” mide más de 850 metros. La más larga de todas es la 15-33, con una extensión de 846 metros por 46 de ancho; la sigue la 07-25, de 799 x 60 metros y, la más corta, es la 11-29, de 680 x 46 metros.

Valga reiterarlo: no hay luces, marca o señalización alguna y, para despegar o aterrizar, los pilotos solo ven una gran extensión de arena blanca y se guían por sus instrumentos siguiendo un rumbo general determinado, que coincide con el de la orientación de la “pista”.

barra 7
Vista de la playa de Barra (al fondo de la imagen) desde la cabina de un DHC-6 Twin Otter, poco antes de iniciar la aproximación final hacia la misma. En este caso, el avión aterrizará en la “pista” 07-25, una de las tres con las que cuenta este aeropuerto.

Vista de la playa de Barra (al fondo de la imagen) desde la cabina de un DHC-6 Twin Otter, poco antes de iniciar la aproximación final hacia la misma. En este caso, el avión aterrizará en la “pista” 07-25, una de las tres con las que cuenta este aeropuerto.

Es dable destacar que, como en Barra hay pocos vuelos al año –comparando a esta aeroestación con otras de mucha más actividad–, no es rentable realizar construcciones o ampliaciones mayores a las vigentes.

Además de dos mangas, que se utilizan para determinar la dirección e intensidad del viento, la única ayuda visual con la que cuentan los pilotos son postes de madera enterrados en las cabeceras de las “pistas” –a modo de indicadores del inicio y el final de cada una–, y son lo suficientemente fuertes como para soportar la fuerza de las mareas, que hacen subir el nivel de las aguas dos veces por día.

Obviamente, las “pistas” están operativas solo cuando bajan las mismas y, durante la marea alta, permanecen completamente sumergidas.

Barra no opera de noche pero, en un caso excepcional o de emergencia (una evacuación sanitaria, por ejemplo) y, al no contar con infraestructura de luces standard, se colocan tiras reflectantes y se apela a distintos vehículos para que sus faros sean los que les indiquen a los pilotos dónde deben aterrizar en la arena.

barra 8
Ante la ausencia de señalizaciones u otras ayudas para las operaciones aéreas, huelga decir que las tripulaciones que arriban o parten desde este aeropuerto deben ser muy calificadas para poder hacerlo sin poner en riesgo a los pasajeros y las aeronaves.

Ante la ausencia de señalizaciones u otras ayudas para las operaciones aéreas, huelga decir que las tripulaciones que arriban o parten desde este aeropuerto deben ser muy calificadas para poder hacerlo sin poner en riesgo a los pasajeros y las aeronaves.

Huelga decir que las tripulaciones que operan en este aeropuerto deben ser muy calificadas para poder hacerlo sin poner en riesgo a los pasajeros y las aeronaves.

Para los vuelos desde este aeropuerto tan especial, la compañía Loganair utiliza tres biturbohélices de Havilland Canada DHC-6 Twin Otter, con capacidad para 18 pasajeros.

De características STOL, este avión es muy utilizado en distintas aerolíneas regionales, evacuaciones médicas y, en muchas Fuerzas Armadas del mundo, para el lanzamiento de paracaidistas.

barra 9
Cada año, unos 10.000 pasajeros, muchos de ellos turistas –que embarcan y desembarcan sobre la playa, que hace las veces de “plataforma”–, pasan por este singular aeropuerto, contabilizando unas 1400 operaciones aéreas, entre comerciales y privadas.

Cada año, unos 10.000 pasajeros, muchos de ellos turistas–que embarcan y desembarcan sobre la playa, que hace las veces de “plataforma”–, pasan por este singular aeropuerto, contabilizando unas 1400 operaciones aéreas, entre comerciales y privadas.

El Twin Otter mide 15,77 metros de largo, su envergadura es de 19,80 metros y, su peso máximo de despegue, es de 12.500 libras (5670 kilos), lo que lo hace especialmente apto para operar en pistas poco preparadas o, como en el caso de Barra, de arena, que suele estar blanda y hasta con la presencia de agua de mar cuando baja la marea.

Esta aeronave es impulsada por dos turbohélices Pratt & Whitney PT6A-27, de 580 HP cada uno, que le permiten alcanzar una velocidad crucero de 144 nudos (266 km/h).

barra 10
Vista desde el cockpit de un de Havilland Canada DHC-6 Twin Otter en la aproximación final hacia la “pista 11” de Barra (la más corta de las tres), en dirección hacia el mar. Salvo muy raras excepciones, las operaciones se realizarán solo con luz natural (en condiciones visuales es decir, siempre con referencias del terreno).

Vista desde el cockpit de un de Havilland Canada DHC-6 Twin Otter en la aproximación final hacia la “pista 11” de Barra (la más corta de las tres), en dirección hacia el mar. Salvo muy raras excepciones, las operaciones se realizarán solo con luz natural (en condiciones visuales es decir, siempre con referencias del terreno).

—El aeropuerto de Barra está abierto de lunes a sábados de 10.30 a 15.30, lapso en el que Loganair opera sus dos vuelos a Glasgow y, los domingos, el horario de actividades se reduce: es de 11.30 a 12.45.