Buena para la digestión y el tránsito intestinal
Una de las principales virtudes de la pera es su alto contenido de fibra. Consumirla con cáscara ayuda a regular el tránsito intestinal, prevenir el estreñimiento y mejorar la digestión en general. Además, es una fruta de fácil digestión, ideal para personas con estómagos sensibles o cuadros gástricos leves.
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Propiedades antiinflamatorias y antioxidantes
La pera contiene compuestos vegetales como los flavonoides, que tienen efectos antiinflamatorios naturales. Estos antioxidantes ayudan a reducir el estrés oxidativo y pueden colaborar en la prevención de enfermedades crónicas como la hipertensión o ciertos tipos de cáncer. También favorecen la salud de la piel y el sistema inmunológico.
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La pera es muy saludable.
Apta para personas con diabetes y presión alta
Gracias a su bajo índice glucémico, la pera es una fruta recomendada para personas con diabetes tipo 2. Aporta energía sin provocar picos bruscos de azúcar en sangre. Además, su aporte de potasio colabora en el control de la presión arterial, lo que la convierte en una opción ideal para quienes buscan cuidar el corazón sin dejar de disfrutar.
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Hidratante y depurativa
La pera está compuesta en un 84% por agua, lo que la vuelve una fruta súper hidratante y diurética. Favorece la eliminación de toxinas y la limpieza de los riñones, por lo que suele recomendarse en dietas depurativas o para personas con retención de líquidos. Es perfecta para los meses de calor, pero también para mantener el cuerpo equilibrado todo el año.