Se dice que enero pasa muy lento y que febrero culmina en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, este año al segundo mes del calendario hay que agregarle un día más: el 29 de febrero, hoy.
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Cada cuatro años, si febrero no tiene 28 días tiene 29, pero nadie habla de un posible 30 de febrero. La fecha no existe en la actualidad. ¿Alguna vez alguien nació el 30 de febrero? Puede que sí, en Suecia, en 1712. Fue la única vez en la historia que hubo un 30 de febrero, en un año que fue doble bisiesto.
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Para entender por qué tiene que haber años bisiestos, es necesario conocer un poco de astronomía básica: el tiempo que tarda la Tierra en darle una vuelta al Sol no es exactamente de 365 días, sino un poquito más.
El responsable del observatorio astronómico Mirador del Cielo (Villa de Merlo, San Luis), Conrado Kurtz, le explicó a AIRE las razones por las que se impuso el año bisiesto en el calendario actual y qué pasó un 30 de febrero.
"El 2024 es un año bisiesto, por lo que tiene 366 días. Esto se debe a que el tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta alrededor del Sol es de 365 días, 5 horas y 48 minutos, casi un cuarto de día, por lo que después de cuatro vueltas alrededor del Sol se juntan 24 horas y, para evitar el desfasaje con las estaciones, con los ciclos naturales, se agrega un día más para mantener más o menos la marcha", dijo el astrónomo aficionado.
¿Por qué se le llama bisiesto?
Kurtz explicó que el nombre bisiesto tiene que ver con el origen del calendario Juliano.
"Al calendario Juliano lo impuso Julio César después de visitar a Cleopatra en Egipto. Por supuesto, se puso en contacto con los sabios egipcios que ellos ya usaban el calendario solar. Y en este caso, el astrónomo Sosígenes (de Alejandría) fue el que diseñó este nuevo calendario porque el calendario romano era un desastre. Agregaban meses cuando querían para poder compensar las diferencias. Y a veces, como le pasó a Julio César, ocupado con sus guerras, se olvidó de hacer estas compensaciones. Y ahí es cuando decide reformular el calendario", contó Kurtz.
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Fue entonces Sosígenes quien diseñó el calendario de 365 días en el que estableció que, cada cuatro años, se agregue un día al año.
A este año en el que se agrega un día se le llama bisiesto porque antes del comienzo de marzo, se agregaba el sexto día, un día llamado sexto bis (bis sexto), que era el 23 de febrero.
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"Se agregaba un día más a una semana de febrero no en marzo porque marzo era un mes importante. De hecho, marzo debe su nombre al dios Marta, al dios de la guerra, porque en el hemisferio norte comienza la primavera y las campañas militares comenzaban a partir de ese momento. ¿Por qué? Porque en invierno, con un metro de nieve, era bastante difícil poder hacer campañas, batallas. Marzo era el mes que comenzaba la actividad también económica, la actividad en el campo. Era un mes muy importante. Y febrero era como si fuera nuestro diciembre actual, cuando terminaba el año, entonces ahí se hacía este pequeño cambio, que no era agregar un día más, sino que era repetir el sexto día antes de ese primero de marzo", explicó el entrevistado.
Pero no todo estaba resuelto...
Un problema que se presentaba a esta corrección del calendario era que el año, con más precisión, no dura 365 días y 6 horas, sino que dura 365 días, 5 horas y 48 minutos. Esos casi 12 minutos de diferencia generan un gran revuelo.
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"Los casi 12 minutos se fueron acumulando y eso fue haciendo que las fechas se fueran adelantando y podía llegar a ocurrir que, si no se hacía la corrección, la Pascua (muerte y resurrección de Jesús) iba a coincidir con la Navidad (nacimiento de Jesús). Por este motivo, en 1580 el Papa Gregorio encargó la corrección de este calendario, que es el calendario gregoriano que se usa hasta hoy y que introdujo una pequeña modificación. En 1582, para corregir el desfasaje, se quitaron 11 días al calendario de octubre y se pasó del 4 al 15 de octubre. Ese año duró un poco menos que los demás", dijo Kurtz.
En la actualidad, la mayor parte del mundo adoptó este calendario gregoriano que hoy calcula los años bisiestos de la siguiente manera: para que sean bisiestos, los años que terminan en doble cero deben ser divisibles x 4 y 400.
Por ejemplo, el 1700 y 1800 fueron bisiestos, pero el año 1900 no.
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Este 2024 es año bisiesto. El anterior fue el 2020 y el próximo será el 2028.
¿Y cuándo fue 30 de febrero?
La historia de esta extraña fecha es la siguiente.
Suecia había decidido adoptar el calendario gregoriano para 1700 y, para compensar la diferencia de días, iba a ir suprimiendo los años bisiestos. No iba a quitar 11 días directos como ocurrió con el calendario gregoriano, sino que, en vez de sacar 11 días corridos, anulaban los bisiestos hasta compensar la diferencia.
"Pero luego vino justamente la guerra con Rusia y dieron marcha atrás con la reforma. Querían volver al calendario Juliano, pero ya le habían quitado un día y no se había hecho nada. Entonces, para volver a estar al día ese 1712, que ya era bisiesto, le agregaron un día más al que ya había, es decir, hubo un doble año bisiesto y existió un 30 de febrero en Suecia", le contó Kurtz a AIRE.
"Es el único país del mundo donde, al menos en los tiempos modernos, hubo un día 30 de febrero", cerró.
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