Ganadería: tendencias productivas y factores que marcan el ritmo de la faena
En tanto, en los primeros cinco meses del año la faena acumulada es de 5,5 millones de vacunos, el mismo volumen que el año pasado. Muchos analistas vaticinaron para este año una reducción de la oferta ganadera de 10%, pero eso aún no se está dando.
La participación de las hembras es de 47%, por debajo de los picos de 49%. Eso se explica por la fuerte caída en la oferta de vacas, que fue de 20% en los primeros cinco meses del año. Esto es consecuencia del beneficio de las lluvias sobre la producción de pasturas que mejoró el nivel de preñez de los rodeos de cría y que le permite a los ganaderos dejar en los campos las que quedaron vacías y darle otra oportunidad el año que viene.
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Esa caída en la oferta de vacas está afectando la actividad de las plantas exportadoras. Desde el Consorcio de Exportadores ABC indican que las empresas asociadas tuvieron una reducción en su operatoria de 10% y que no pueden aprovechar el buen escenario de precios internacionales debido a la falta de competitividad cambiaria, la vigencia de impuestos como los derechos de exportación a la carne de novillos de 6,75% que se prorratea por toda la faena y genera un impacto de 3% en el total.
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Las plantas exportadoras tuvieron una reducción en su operatoria de 10% y que no pueden aprovechar el buen escenario de precios internacionales
El otro factor que los complica es la poca oferta de vacas y de novillos que encarece el valor del ganado y por eso las ventas de carne vacuna al extranjero cayeron 25%, misma reducción que sufrió la faena con ese destino.
Pero por otra parte crece la faena de vaquillonas. El mes pasado los envíos a frigorífico sumaron 275.000 animales, 3% más que en el mismo mes del año pasado.
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Se espera que en los próximos meses crezca la disponibilidad de esta categoría y la de novillitos y novillos livianos por la aparición en el mercado de lo que se encerró desde el inicio de la zafra.
Si bien muchos ganaderos optaron por las recrías que alargarán los procesos productivos, muchos prefirieron la venta a feedlots para el engorde corto de 3 o 4 meses y así sacar una animal liviano y obtener una rápida rotación del capital.
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La fuerte caída en la oferta de vacas, que fue de 20% en los primeros cinco meses del año, es consecuencia del beneficio de las lluvias
Carne vacuna: qué está pasando con los precios del ternero y su efecto en la cadena
Los buenos precios que este año se están obteniendo por los terneros y terneras favorecen la comercialización de parte de los criadores. Los machos livianos en la región central del país se colocan con promedios de hasta 4.000 pesos, los de 180 a 200 kilos entre 3.600 y 3.800 pesos y las terneras en 3.300 a 3.500 pesos. En dólares son precios ni siquiera soñados alguna vez.
Eso favorece el desprendimiento de vaquillonas de parte de los criadores que, como dijimos antes, habrían logrados buenos niveles de preñez en los vientres ya probados y por lo tanto la retención no se está dando.
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Dos factores más limitan la retención. Por un lado hay algunas necesidades financieras: al quedar restringido el crédito todo se paga con la propia producción, con ingresos genuinos. Por otra parte, juega el factor incertidumbre, característico ya de la economía argentina, y eso frena inversiones. En tanto se afiance el modelo y persista la renta ganadera, se podrá pensar en incrementar el rodeo, sino seguiremos como hasta ahora.
Algunos analistas esperan que la faena vacuna caiga en la segunda parte del año. Es muy probable que eso se evidencie en la de vacas, que ya se achicó y que una vez superado el descarte del otoño será todavía más baja.
Feedlots en expansión: el peso del engorde a corral en la oferta de carne del segundo semestre
Pero en compensación va a aparecer la oferta de los engordes a corral que tienen encerradas ya más de 2 millones de cabezas y que siguen recibiendo hacienda. Esa cantidad empata el máximo alcanzado el año pasado y esa hacienda estará en el mercado desparramada en la segunda parte del año y además se espera que sea más pesada de lo habitual, lo que significa más carne para la demanda interna.
El mercado doméstico está muy bien abastecido. Las políticas del gobierno favorecen la ingesta de carne y custodian la mesa de los argentinos.
Carnes y lácteos explican el 75% de la inflación en alimentos de abril.
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Debido a la situación cambiaria y fiscal de las exportaciones argentinas, las de carne vacuna cayeron 25% pero además hay una tendencia creciente a la importación. Según datos del Indec en estos últimos meses entraron 1.500 toneladas promedio. Es un volumen mínimo, sólo un signo de los tiempos. Por la baja de las exportaciones el consumo de carne vacuna ronda los 50 kilos por habitante al año.
Por otra parte, a las avícolas también se les complica la venta en algunos mercados como los de Medio Oriente y también sufrían -hasta la aparición de la influenza aviar en Brasil- el ingreso de carne que equivalía al 10% de las pechugas aquí producidas. El consumo de carne de pollo es de 46 kilos por habitante al año.
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En tanto, el sector porcino no coloca carne en los mercados mundiales pero es el que más sufre el ingreso de productos desde Brasil. Cada mes entran 4.500/5.000 toneladas, se trata de 350% más que el año pasado. Eso afecta la colocación de los cortes más demandados como bondiolas, pechitos o matambres. Esa carne entra con el subsidio cambiario y llega desde Brasil donde se produce con promotores de crecimiento que mejoran la conversión del alimento en carne 5%.
En esta especie el consumo oficial es de 16 kilos, pero algunos creen que llega a 20 kilos si se computa la venta informal. Y a eso hay que agregar algo más por importaciones.
Si se suman la oferta de las tres carnes el total asciende a 115 kilos, un volumen alto en términos históricos y mundiales por lo que la importación no sólo no es necesaria, tampoco conveniente para el funcionamiento de la cadena y solo un negocio para unos pocos que la aprovechan para pisar el precio de compra al productor y no bajárselo al consumidor.