El asesinato de un valioso caballo pura sangre por su cuidador
Festín Texano, un caballo ganador que se había consagrado en una competencia en Palermo en diciembre pasado, fue hallado muerto el 5 de mayo en el stud donde residía. Inicialmente, Soares de Oliveira, quien también era jockey, aseguró que el caballo había sufrido un infarto. Sin embargo, la revisión de las cámaras de seguridad instaladas en el lugar reveló una verdad mucho más oscura.
Las imágenes muestran Soares de Oliveira, el cuidador, inyectando una sustancia en el cuello del caballo entre las 17:37 y las 17:47 de ese día, lo que llevó a la muerte del animal. La familia Iriarte quedó consternada al descubrir la verdad a través de estas grabaciones.
Los testimonios de la familia Iriarte
Miguel Iriarte, el propietario del caballo, explicó en una entrevista con El Diario de La Pampa: "Festín texano es un caballo ganador de Palermo. Nos dijo (Ari Soares de Oliveira, que también es jockey) que había muerto por un infarto. Confiamos en que había sido así, aunque el caballo estaba bien, sano. Y unos días después empezamos a ver las imágenes del stud, llegamos al minuto donde había muerto".
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La hija de Iriarte también expresó su indignación en redes sociales, denunciando la inacción de las autoridades: “El video muestra cómo él termina con la vida del pobre animal. ¡La justicia no está haciendo nada!”.
Las imágenes de seguridad no solo captan el momento en que Soares de Oliveira inyecta la sustancia, sino también cómo el cuidador toma fotos del caballo moribundo y posteriormente lo toca en varias ocasiones para verificar su muerte. Luego, se le ve barriendo el lugar con una escoba.
Denuncia y las acciones sospechosas del cuidador
El abogado de la familia, Nicolás Casagrande, presentó la denuncia formal el 13 de mayo y criticó la falta de preservación de muestras de sangre y fluidos del caballo durante la autopsia, lo cual es crucial para identificar la sustancia inyectada.
Según El Diario de La Pampa, se sospecha que la sustancia utilizada podría ser magnesio endovenoso, empleado comúnmente en eutanasias equinas debido a su rápido efecto letal.
Casagrande también señaló la conducta sospechosa de Soares de Oliveira, quien hizo llamadas telefónicas y tomó fotos y videos del proceso de muerte del caballo. “Estaba con el celular esperando el desenlace. Hay un primer contacto que no es con los dueños. Inicialmente, no los contacta a ellos. No sabemos esa manipulación del teléfono con quién lo hace, pero no es con los Iriarte”, aseguró.
Actualmente, la causa está caratulada como maltrato animal, y la familia Iriarte exige justicia por la pérdida de su valioso caballo Festín Texano.
