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Atentado en Nueva York: condenaron al uzbeko a 10 cadenas perpetuas, 260 años de cárcel y una justificación del horror del terrorismo en la Corte

Terminó el juicio y el cierre incluyó la palabra de los protagonistas que le hablaron al terrorista uzbeko: "¿Qué puedo hacer para arreglarte?", "quizá tengamos paz, pero olvido jamás", "Sos un cobarde, por qué no te mataste cuando los mataste". Saipov dijo que "cuando mataban un infiel hablaban por meses y cuando le pasaba a un musulmán nadie decía nada".

La justicia norteamericana finalmente condenó a diez cadenas perpetuas y más de 260 años de cárcel efectiva a Seyfullo Saipov, el terrorista uzbeko detenido tras asesinar a 8 personas que se encontraban en la ciclovía de West Side en la costa del río Hudson, en el sur de Manhattan, el 31 de octubre de 2017. Del total de víctimas, cinco eran santafesinos oriundos de la ciudad de Rosario que viajaron para festejar 30 años de egresados del Instituto Politécnico, una de las instituciones educativas más tradicionales del sur santafesino.

La condena leída en la tarde del miércoles por el juez Vernon Broderik, establece una sentencia de perpetuidad por cada víctima mortal, más dos suplementarias, dando forma así a lo decidido en marzo pasado por el jurado, que en voto dividido descartó la condena a muerte.

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En el atentado murieron ocho personas entre ellas a los cinco amigos rosarinos. y una turista belga, mientras que otras 12 resultaron heridas.

En el atentado murieron ocho personas entre ellas a los cinco amigos rosarinos. y una turista belga, mientras que otras 12 resultaron heridas.

De los fallecidos, seis eran turistas. Ann-Laure Decadt, una mujer belga de 31 años, madre de un niño recién nacido junto a los cinco rosarinos: Hernán Mendoza, Diego Angelini, Alejandro Pagnucco, Ariel Erlij y Hernán Ferruchi. Las otras víctimas eran dos jóvenes estadounidenses: Darren Drake, de 32 años, de New Milford, Nueva Jersey, y Nicholas Cleves, de 23, de Nueva York. Además de ellos, dieciocho personas resultaron heridas y con lesiones gravísimas.

A la hora de leer la condena, el juez Broderick dijo que, por la falta de arrepentimiento, la conducta del acusado “fue uno de los peores, sino la peor que había visto” en su vida. “A usted no le importa su dolor y sufrimiento", le dijo el magistrado luego que Saipov hiciera uso de la palabra, en 50 minutos de fundamentalismo islámico explicito que le permitió llenar de propaganda religiosa el recinto de la Corte. “Las ocho personas que usted asesinó a sangre fría estaban viviendo el mejor momento de sus vidas, no importó el dolor de los familiares y su sufrimiento, que es el resultado directo de sus acciones insensibles y cobardes”.

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Saipov utilizó un camión de alquiler de Home Depot para atropellar a la gente en un vía junto al río Hudson, en el lado oeste de Manhattan, con la esperanza de que el ataque le ayudaría a ganar la membresía en el Estado Islámico.

Saipov utilizó un camión de alquiler de Home Depot para atropellar a la gente en un vía junto al río Hudson, en el lado oeste de Manhattan, con la esperanza de que el ataque le ayudaría a ganar la membresía en el Estado Islámico.

El juez siguió la recomendación de la fiscalía, imponiendo ocho cadenas perpetuas consecutivas por cada una de las víctimas fatales y dos al mismo tiempo, 260 años de cárcel más el pago de 28 mil dólares: pena simbólica si se tiene en cuenta que no existe la posibilidad de la libertad condicional.

Fundamentalismo explícito en la corte de Nueva York

Sayfullo Saipov decidió en los últimos minutos del juicio hacer uso de la palabra. Así rompió el silencio que decidió mantener en los más de tres meses que duraron las audiencias en la Corte Federal de los Estados Unidos como “soldado del Califato”. Nunca mostró arrepentimiento, ni empatía, ni ningún tipo de reacción humana ante todo el dolor que escuchó y vio día tras día en las audiencias del juicio que llevó adelante el gobierno de los Estados Unidos contra el fanático de ISIS.

La justicia contempla la posibilidad que el acusado diga unas últimas palabras tras escuchar las declaraciones lapidarias de los familiares y sobrevivientes, que viajaron otra vez desde Argentina y Bélgica junto a los norteamericanos que viven allí.

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Entre las víctimas se encontraban los rosarinos Hernán Mendoza, Diego Angelini, Alejandro Pagnucco, Ariel Erlij y Hernán Ferruchi quienes habían viajado a Nueva York juntos para celebrar los 30 años de egresados del Instituto Politécnico Superior General San Martín.

Entre las víctimas se encontraban los rosarinos Hernán Mendoza, Diego Angelini, Alejandro Pagnucco, Ariel Erlij y Hernán Ferruchi quienes habían viajado a Nueva York juntos para celebrar los 30 años de egresados del Instituto Politécnico Superior General San Martín.

Cuando se le permitió hablar, Saipov habló sobre religión durante casi una hora, levantando efusivamente la mano y el dedo. “Estuve aquí en la Corte durante el juicio de tres meses, vi y escuché a las familias y amigos de las víctimas”, dijo Saipov en uzbeko. "Las lágrimas de las familias de las víctimas, tal vez un pañuelo las contenga. Pero las lágrimas y la sangre de la población islámica cubrirían mucho más lugar... la sala del tribunal se llenaría de lágrimas y sangre de la población musulmana".

“Es muy sorprendente que si un muyahidín (los que luchan la llamada guerra santa) mata a un no creyente en cualquier lugar, y se habla de ese crimen durante meses y meses, pero al mismo tiempo no dicen nada de ninguno de esos musulmanes inocentes muriendo en diferentes lugares por miles”.

Algunos se levantaron y se fueron. Otros aguantaron con el estómago revuelto siguieron allí recordando el largo camino que recorrieron durante estos casi seis años buscando justicia e n los Estados Unidos. Después de todo, esto cierra un capítulo muy importante para los quedaron resistiendo e intentando aprender a transformar tanto dolor y muerte en algo con lo que se pueda seguir viviendo.

Sanar frente al asesino

Entre las cuestiones que hicieron la de hoy una jornada cargada de emotividad, fue la posibilidad que tuvieron los familiares de las víctimas de hablar en la Corte frente al terrorista y decirle unas últimas palabras sobre lo que sintieran necesidad de hablar.

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Muchos de los muertos y heridos en el atentado eran ciudadanos extranjeros que visitaban Nueva York, la ciudad más poblada de Estados Unidos. La mayoría de las personas que intervinieron en la audiencia viajaron desde Argentina y Bélgica.

Muchos de los muertos y heridos en el atentado eran ciudadanos extranjeros que visitaban Nueva York, la ciudad más poblada de Estados Unidos. La mayoría de las personas que intervinieron en la audiencia viajaron desde Argentina y Bélgica.

Quienes habían subido al estrado anteriormente, lo habían hecho con declaraciones minuciosamente preparadas con la fiscalía y el FBI para no cometer errores que terminen en nulidades que pudieran perjudicar el juicio. Pero ahora podían hablarle directamente al verdugo de sus hijos, maridos y padres sin rodeos, ni limitaciones, con el desafío de elegir las palabras que contengan más de cinco años de angustia por sanar. Algunos lo hicieron personalmente y otros por carta. Había que vencer al odio y enterrarlo ahí para comenzar una nueva etapa en la vida de cada uno de los protagonistas.

Pabla Pereyra, viuda de Ariel Erlij, subió al estrado y a través de un traductor le dijo al juez Broderick que “estaba avergonzada del sistema de justicia de los Estados Unidos”. Luego miró al terrorista al que le dijo: “Saipov, tu Dios piensa que eres un cobarde porque no te mataste cuando los mataste. Si querés que te acepte y te ame, andá a matarte".

Muchas de las víctimas hablaron sobre el tormento de preguntarse por qué Saipov llevó a cabo el ataque inspirado por ISIS ese día, matando a sus seres queridos o mutilándolos.

María Alejandra Sosa, viuda de Alejandro Pagnucco llamó “basura” a Saipov durante su emotivo discurso. “¡Miranos, Saipov”! lo desafió Sosa, mientras su cabeza permanecía agachada en la misma actitud que mantuvo durante todas las audiencias al escuchar los testimonios. “Ni siquiera podés levantar la cara y mirarme, mirarnos. ¿Estás orgulloso de lo hiciste?” “No vales nada, ni siquiera mereces un lugar en este mundo. No vales nada. Has humillado a tu familia… tu apellido da vergüenza”. Viviana Pagnuco, hermana de la víctima, en su turno le dijo: “desearía que no quisieras despertarte cada mañana y que te volvieras loco por la soledad, tal vez así podría dormir en paz”. Y Ornella Pagnucco, hija de Alejandro dijo: “Saipov, desearía que tuvieras el mismo destino que tuvieron estas personas en octubre”.

Vera Dargoltz, viuda de Hernán Ferruchi, hablando a través de un traductor llamó a Saipov “la forma de vida más baja” y lo comparó con una “cucaracha”. Dargoltz mostró una foto de su esposo asesinado mientras decía: "Era más que un simple nombre... Era el mejor ser humano que he conocido". "Él fue un buen hombre; era un gran trabajador; un hombre pacífico: nos has quitado, me has quitado a mí, a la persona que más amaba”.

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En esta zona de ciclovías de Nueva York se produjo el atentado en el que murieron cinco amigos rosarinos.

En esta zona de ciclovías de Nueva York se produjo el atentado en el que murieron cinco amigos rosarinos.

Ana Evans, esposa de Hernán Mendoza decidió no viajar y enviar una carta que fue leída por el fiscal, para dar el lugar a su hijo Martín de 17 años, y que pueda decirle al asesino de su padre lo que sentía. El recordó que venía feliz de un viaje de la escuela cuando su mamá le contó lo que había pasado “cambiando su vida para siempre” y sumiéndolo en un silencio de muerte durante un año. “Que el amor venza al odio” insistió Martín, a pesar de no entender “la crueldad que mueve a los terroristas”.

Ana, por su parte, recordó que “durante el juicio escuchó barbaridades, en un proceso donde se expuso a las víctimas a más dolor, más temor” y dijo “fue paradójico ver como se intentaba salvar la vida del terrorista cuando el mató, arrancándole a los demás el derecho a vivir”. Para ella, “quizá hoy haya paz, pero olvido jamás”.

Antes de que el juez dictara la sentencia, la fiscal Amanda Houle mostró al tribunal una foto de las víctimas sobrevivientes y sus familiares tomadas en la ciclovía donde resultaron heridos y donde sus seres queridos fueron asesinados. “Están demostrando que son más fuertes juntos”, dijo la abogada, con una sala del tribunal donde los miembros de la familia y algunas víctimas del ataque se sentaron vistiendo las camisetas que unían los lemas de argentinos, belgas y norteamericanos en esta lucha diciendo “juntos somos más fuertes" para “Que el amor venza al odio".

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