Sayfullo Seipov es el asesino en esta historia. Mató a 8 personas el día de Halloween de 2017, inspirado en ISIS, y en una jornada donde miles salen a la calle a festejar esta celebración tan norteamericana. Lo sabe porque desde 2010 vive en los Estados Unidos después de ganar una lotería de visas que le permitió ingresar legalmente y trabajar de camionero como lo hacÍa.
Tiene tres hijos que van a la escuela, y salen de ella como cientos de chicos lo estaban haciendo en la zona donde él decidió salir a matar. Vive una vida como cualquier vecino de ciudad, en una zona de New Jersey, con un lado oscuro que nos muestra, crece como su barba, alimentado a videos que acumula en su celular. Más de 90 videos sobre decapitaciones, instructivos para hacer ciertas cosas espantosas, como armar bombas, como matar, y 3800 imágenes de líderes de ISIS, imágenes violentas.
Hablaba con su padre largas horas mientras manejaba, y se comunicaba con su familia que está en Uzbequistán. Él puede entender porque también vino a Estados Unidos persiguiendo el sueño americano, y el dinero que logró trabajando, aquí le permitió tener todo lo que tiene en su país, al que volvió cuando cumplió su objetivo.
Pero la diferencia entre los Saipov de misma sangre es mucha: Sayfullo está orgulloso y no se arrepiente de haber matado a gente inocente utilizando como arma un vehículo, y Habibullah, avergonzado ante sus vecinos, amigos, conocidos, pidió perdón a las víctimas por lo que hizo su hijo.
Sayfullo alquiló dos veces un camión: una para probar cómo funcionaba y otra para utilizarlo como arma. Siete bicicletas destruidas y un camión destrozado por el fuerte impacto del vehículo es lo que dejó en su carrera de muerte. Planificó un año lo que iba a hacer mientras era adoctrinado por los videos que iba guardando en su celular sobre ISIS.
La familia del terrorista acusado por asesinar seis turistas (entre ellos, cinco rosarinos) y dos ciudadanos norteamericanos, fue traída de Uzbekistán para intentar convencer al jurado de que Saipov no merece la pena de muerte sino la condena perpetua. Hacía trece años que no veía a la mayoría y fue lo único que logró sacarlo de su eje de abstracción frente a todo lo que sucedió estos días en la Corte.
"Quiero pedir disculpas a todas las víctimas"
Habibulloh Saipov es el padre del terrorista condenado en Nueva York. Quiso tramitar varias veces la visa para ingresar a Estados Unidos, pero tras el ataque que realizó su hijo contra las personas que iban por la ciclovía en el sur de Manhattan, fue imposible. Recién ahora, gracias a los abogados defensores, toda la familia obtuvo un permiso para poder declarar en el juicio y pedir al jurado que no condenen a muerte a Sayfullo.
Fue el primero en declarar tras viajar desde Uzbekistán y responder las preguntas del defensor.
—"¿Sabe quién es Sayfullo Saipov?,” preguntó David Stern.
—“Es mi criatura, mi hijo”, respondió el padre del terrorista.
—“¿Sabe por qué está aquí usted?”
—“Por algo que hizo mi hijo. Él cometió una tragedia terrible, causó la muerte de ocho personas y heridas a muchas más. Arruinó sus vidas”, respondió entre sollozos Habibullah.
Habló sobre sus creencias y dijo que era musulmán, pero que no había nada en su religión que pueda justificar lo que hizo Saipov. “Me siento mal y me gustaría pedir perdón a las víctimas, mi alma quedó destruida”, afirmó rompiendo en llanto.
Saipov es el único hijo varón de la familia, que se completa con tres hijas.
Todos lo describen como un niño alegre y bondadoso al que le gustaba bromear, que le caía bien a todo el mundo. Al intentar explicar la cuestión de fe, Habibullah contó que no se le permitía practicar la religión en Uzbekistán, ya que durante la URSS no tenían libertad para orar. “Hoy tenemos mezquitas, se puede estudiar libremente, se nos permite llevar barba y a las mujeres taparse la cabeza", explicó.
Saipov, en ese momento, se saca los auriculares para escuchar lo que decía su padre sin la interferencia del traductor.
—¿Cómo se enteró de lo que hizo Sayfullo?- preguntó Stern.
—“Para nosotros era la mañana del 1 de noviembre ya, recibí el llamado de mi hermano me mostró la noticia de lo que había hecho Sayfullo. Yo estaba detrás de mi esposa. Ella vio la foto y gritó '¡Seyfullo!', luego se desmayó”, explicó, y agregó que “hubo que llevarla al hospital por el impacto de la noticia".
—“¿Cuando habló con Sayfullo le dijo que tenía un hijo héroe?”.
—“Sí”.
—“¿Usted siente eso? ¿Que tiene suerte?”
—“No, para nada”
—¿Pero le habló de la buena vida en la prisión?”
—“Sí”.
Al ser consultado por la defensa, sobre cómo le afectó todo lo ocurrido con su hijo, dijo que "todo tuvo un enorme impacto en ellos, en toda la casa. Frente a sus amigos, vecinos, frente a todos. Bajábamos todo el tiempo la cabeza porque sentíamos mucha vergüenza".
Fue ahí que la defensa preguntó si esperaba volver a verlo otra vez, a lo que el padre de Sayfullo declaró que “creía que después de esto no lo voy a volver a ver más”, tras lo cual empezó a llorar desconsoladamente.
- “¿Lo ama todavía?”
- “Con todo mi corazón”, y agregó que “en la cárcel va a tener suficiente tiempo para darse cuenta lo que ha hecho”, aunque cinco años después, siga sin manifestar ningún tipo de arrepentimiento sobre lo que hizo.
A Sobit Saipov, todos lo describieron como el jefe de la familia, quien ocupa el lugar de consejero, el patriarca. Es una familia muy cercana entre sí, según cuentan. Sayfullo es el primer nieto varón, por eso eran muy cercanos además de vivir juntos.
“Es una tragedia que golpeó a todos y no puedo más que pedir disculpas por eso. Fue un gran crimen”, se escuchó decir también con dolor y vergüenza. El segundo familiar que pide las disculpas que de parte del terrorista, no se escucharon.
La barba de Sayfullo
La defensa preguntó a los familiares del terrorista que declararon, si nada les había llamado la atención, algún cambio que los alertara. Tanto su padre, como su tío y abuelo dijeron lo mismo: el aspecto de su cara con la barba larga.
Su tío, que vivió más de cuatro años con el padre de Sayfullo en Estados Unidos, dijo que los amigos que tenían en Norteamérica venían advirtiendo que no lo veían bien. “Yo le pregunté por qué se estaba dejando la barba más larga que la de su abuelo y me respondió para que la gente lo tome más en serio”.
Para sus familiares, el hecho de que se dejara la barba "implicaba que fue cautivado, influenciado por gente mala. Incluso le dijimos que volviera, pero mató gente inocente y le partió el corazón a todos", dijo el hermano de su padre que sí pudo sentarse a responder las preguntas de los defensores, porque el segundo, terminó con la entrada prohibida en la Corte por el escándalo del día anterior.
“Espero que vuelva a ser el mismo, ahora no es Sayfullo”, sentenció.
Su abuelo, Sobit, también se mostró preocupado por el crecimiento de su barba. “Fue sospechoso y le pregunté: 'Mi niño, ¿cuál es la razón por la que te dejaste crecer esa barba?“. A lo que me respondió: “Para parecer más grande”.
“Quién puede imaginar una cosa así? La persona que fue criado por mí podría hacer alguna cosa así, lo hizo solo, pero influenciado por una ideología desde afuera”, expresó el abuelo. “Es mi niño, mi sangre circula por su cuerpo y lo quiero a pesar de todo”.
Su hermana, Umida Xaitshayxova, también identificó como “un crimen horroroso que le daño la vida a mucha gente” lo que hizo Sayfullo y agregó “es increíble que alguien que vivió con nosotros cometa un crimen así “. “Veo muy deprimidos a mis padres con lo que pasó, si le pasara algo a alguna de sus tres hijas estarían muy enojados, pero al único hijo varón, estarían devastados”, indicó dejando en claro diferencias culturales en tal sentido.
Todos pasaron para intentar salvar la vida de Sayfullo, por el recuerdo de que fue uzbeko, pero muy dolidos con la situación al punto de convertir la sala de la Corte en un sitio de lamentos en voz alta y llantos sin control.
Así de rápido como llegaron, volvieron a su país esperando que algún día Sayfullo vuelva a ser la persona que ellos conocieron y hoy juzga la justicia americana por asesinato y terrorismo.
Temas