El 28 de abril de 1988 y, mientras cubría la ruta Hilo-Honolulu, un Boeing 737-200 de Aloha Airlines sufrió muy severos daños tras una descompresión explosiva a 24.000 pies (unos 7300 metros), pero pudo aterrizar en el aeropuerto de Kahului, en Maui. Aunque hubo varios heridos graves, los cuatro tripulantes que quedaban (la jefa de cabina, Clarabelle Lansing, cayó al vacío) y los 89 pasajeros, sobrevivieron.