Aunque muchos no lo crean, Argentina tiene volcanes en su territorio, algunos de los clásicos y más reconocidos son: el Lanín, el Maipo o el Tupungato. Sin embargo, existen un circuito volcánico que deja sorprendidos a todos los que lo visitan. Se trata de La Payunia, un rincón al sur de Mendoza, donde los paisajes más alucinantes del país aparecen.
Acá no hay multitudes ni selfies por todos lados. Solo hay viento, silencio, un cielo inmenso y una superficie oscura que cruje bajo los pies como si uno caminara sobre carbón molido. Arena negra, conos perfectos, ríos de lava petrificada y cráteres gigantes dominan un escenario natural que pide respeto, tiempo y curiosidad.
Escapada a un campo de volcanes único en el mundo en Argentina
En esta zona se concentran más de 800 volcanes en un mismo territorio, lo que convierte a La Payunia en una de las regiones con mayor densidad volcánica del planeta. Todo el paisaje grita fuerza geológica. El más emblemático es el Payún Matrú, un gigante dormido de más de 3.600 metros que, aunque lleva miles de años sin erupcionar, dejó marcas imborrables en todo el entorno.
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Sus laderas están cubiertas por una mezcla de ceniza negra, piedras rojizas, basalto y escoria volcánica que, con el sol de fondo, parecen un tapiz de carbón brillante. Algunos conos tienen formas tan perfectas que parecen esculpidos a mano. Es un lugar que exige bajar el ritmo, caminar despacio y observar.
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Fauna salvaje y energía ancestral
La Payunia no es solo piedra. En este ecosistema volcánico vive una fauna tan inesperada como cautivadora. Es común cruzarse con guanacos que trotan entre los cerros, zorros grises que se escabullen entre los arbustos, cóndores que sobrevuelan los cráteres y águilas que descansan sobre las rocas. La vegetación, aunque escasa, resiste con fuerza: jarillas, coirones y matas bajas dominan el paisaje.
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Este lugar también tiene una carga simbólica fuerte. En lengua mapuche, “Payén” significa pantano o tierra negra. Para los pueblos originarios, esta región siempre fue sagrada, y hoy sigue transmitiendo esa intensidad especial que solo se siente en ciertos lugares del mundo.
Cómo visitarlo y qué tener en cuenta
No se puede ingresar por cuenta propia. La única forma de recorrer La Payunia es mediante una excursión habilitada con guias, quienes se encuentren autorizados por la Dirección de Turismo de Malargüe, tanto por seguridad como por preservación del área protegida. Las salidas se organizan desde Malargüe, la ciudad más cercana, y requieren tiempo y predisposición: se recorren caminos de ripio, se cruzan arroyos y no hay señal de celular, paradores ni servicios.
Dónde alojarse
Dentro de la reserva no existe la posibilidad de alojarse, ya que no hay hoteles ni campings. La localidad de Malargüe cuenta con una buena oferta de hospedajes: hay hostels, cabañas, hosterías y hoteles con spa dentro de la ciudad, además de campings. En las cercanías, hacia el oeste y el norte, hay opciones que van desde hoteles con termas a domos y casas de alquiler.