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Santa Fe Santa Fe | Marta Romero | violencia de género

Dos testimonios claves para revisar la desaparición de Marta Romero hace 33 años

La mujer desapareció el 23 de marzo de 1988 tras ir al encuentro de su ex, Daniel Fernández, y nunca más se supo nada de ella. Ese hecho quedó impune, pero tres décadas después el hombre fue condenado por el femicidio de su segunda pareja, Ana María Alurralde. Esto motivó la reapertura de la investigación por el caso de Romero. La mejor amiga y un primo hermano de Marta contaron a AIRE por qué creen que fue Fernández quien la asesinó y desapareció.

En 1988, Marta Romero tenía 27 años y era la pareja de Daniel Fernández. La relación estaba marcada por lo que hoy denominamos violencia de género, aunque tres décadas atrás era una problemática que ni la sociedad ni el Estado reconocían abiertamente. El 23 de marzo de ese año, Marta Romero desapareció luego de ir a encontrarse con Fernández, de quien ya había decidido separase, cansada de los maltratos continuos: nunca más se supo nada de ella. Treinta y tres años después, Fernández fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de otra mujer, Ana María Alurralde, quien también era su pareja. El caso de Ana María abonó la teoría que siempre sostuvo la familia de Marta: que Daniel Fernández había asesinado y desaparecido a la joven en 1988. Ahora, ante la luz del comportamiento femicida del condenado, el fiscal Regional Carlos Arietti dispuso que se reabra la investigación por la desaparición de Romero. Una amiga y un primo de la mujer dialogaron con AIRE y brindaron sus testimonios, fundamentales para repensar y revisar un hecho que aún sigue impune.

Gilda Chartier era la mejor amiga de Marta Romero: se habían conocido en la secundaria y eran "inseparables". Así lo cuenta la propia Gilda, que ya no vive en Santa Fe. Hace ya muchos años que se mudó a Estados Unidos, pero el recuerdo de su amiga desaparecida sigue vigente a través del tiempo y a pesar de la distancia. Tras conocerse la decisión de reabrir la investigación, la mujer aceptó responder algunas preguntas, cuyas respuestas fueron compartidas en el programa Creo que conduce José Curiotto en Aire de Santa Fe.

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P: —¿Cómo era tu relación con Marta Romero?

R: —Éramos amigas inseparables. Nos conocimos en la secundaria, en el colegio del Huerto. Desde ahí estuvimos siempre juntas, hasta que la vida nos separó. Mi relación con ella en los últimos tiempos en que estuvo viva fue bastante cortada, porque su pareja –Daniel Fernández– era una persona muy controladora. A veces ella venía a mi casa a escondidas y pasábamos un rato. Yo ya estaba casada y tenía a mi hijo más grande. Era poca la relación que teníamos, aunque también nos comunicábamos telefónicamente.

P: —¿Qué recuerda de la relación entre Marta y Daniel Fernández?

R: —Él era mayor que ella. Al principio Marta estaba muy ilusionada, empezaron una amistad que enseguida se transformó en amor, al menos de parte de ella. Yo la veía muy enamorada, muy ilusionada. Ella quería formar una familia, tener hijos. Era una persona muy bella tanto físicamente como en su interior, pero con el tiempo esa belleza se fue apagando. Empezó a estar muy flaca, se cortó el pelo y tenía mucha tristeza, mucha tristeza. Él la maltrataba física y moralmente, le decía cosas, la echaba de la casa. Recuerdo que vivían en un departamento por la avenida General Paz, en la planta alta. Cada vez que él se enojaba, le tiraba las cosas por la ventana y ella se volvía a la casa de la mamá. Se había convertido en algo caótico. Por eso cuando ella quedó embarazada, antes de tener la bebé, se fue a vivir con su mamá para evitar cualquier otro tipo de problemas.

Daniel Fernández femicidio Ana María Alurralde
Daniel Fernández, tras ser imputado por el femicidio de Ana María Alurralde. Días atrás se conoció que fue condenado a cadena perpetua por ese crimen.

Daniel Fernández, tras ser imputado por el femicidio de Ana María Alurralde. Días atrás se conoció que fue condenado a cadena perpetua por ese crimen.

P: —¿Qué recuerda de la desaparición en 1988?

R: —Dos días antes de su desaparición, Marta me llamó por teléfono. Le pregunté como andaban las cosas porque ella ya vivía con su mamá pero él la visitaba todo el tiempo y la quería convencer de volver. Ella me dijo que tenía algo para contarme pero que no me lo podía decir en ese momento. A los dos días ella desaparece la misma tarde en que tenía que encontrarse con él en el estudio del abogado. Antes de eso, mi marido trabajaba ocasionalmente con Fernández en Sadaic. Él le contó que Marta quería que le pasara la manutención de la hija y que él no quería a darle dinero. "Que se deje de joder porque sino le va a ir mal", fue la frase textual. Y al final pasó lo que él dijo, pero no hay testigos de eso, más que un oído.

Después de la desaparición todos nos desesperamos por encontrarla, pero yo desde el primer momento tuve la certeza de que él era el culpable, que él la había hecho desaparecer. Nada se pudo hacer en ese momento porque él estaba muy bien económicamente. Pudo haber comprado silencios, pudo haber sobornado a policías, jueces, lo que fuera. Se lo investigó "por arribita" y todo quedó como quedó.

P:— ¿Alguna vez lo denunciaste puntualmente a Fernández por la desaparición de Marta?

R: —El día que ella desapareció fui a declarar a la Comisaría 3ª. En el momento en que entramos estaba Daniel sentado en una silla en el hall, enfrentado con nosotros. Tuvo la cabeza baja todo el tiempo porque sabía que yo era la amiga inseparable de Marta, su confidente. No se levantó, no me dirigió la palabra, nada. Con su actitud confesó la culpa.

Cuando me hicieron pasar, el policía que me tomaba la declaración me preguntó si yo sospechaba de alguien y le dije que sí. Como ya estaba embarazada de mi segundo hijo, le pregunté al policía que pasaba si yo denunciaba a alguien, si la persona denunciada se podía enterar de lo que yo dije. El policía me dijo que sí, que era algo que se podía filtrar. Entonces no lo denuncié, porque era alguien a quien le tenía mucho, mucho miedo, más estando embarazada. Él tenía una mirada muy oscura y la sigue teniendo. Entonces no pude decir su nombre, pero no hizo falta que yo lo dijera. Todos los que conocíamos a Marta y la relación que tenían sabíamos que él era el culpable.

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"Él le pidió encontrarse antes y le dijo que vaya sin la bebé"

Mientras al aire se escuchaban los audios de Gilda Chartier, se comunicó con la producción de Creo Diego Bertoldi, primo hermano de Marta Romero, quien pidió espacio para aportar su testimonio sobre el día de la desaparición y las sospechas de la familia en torno a Fernández. Bertoldi fue contundente: "Él se encontró con Marta, la mató y después fue a la casa, se bañó y se fue al estudio jurídico a esperarla, sabiendo que ya no iba a llegar", sostuvo.

El entrevistado dijo que sintió "escalofríos" al escuchar el relato de Gilda y recordó todo lo ocurrido aquel 23 de marzo de 1988. "El día que ella desapareció, ellos tenían una entrevista pactada con la abogada a las 6 de la tarde, donde iban a decidir cuestiones de la hija. Pero al mediodía él llamó a la casa de la mamá de Marta y le pidió que se encuentre con él bastante tiempo antes, a la siesta, y le aclaró que vaya sin la nena. Ella iba a todos lados con su bebé que en ese entonces tenía ocho meses, pero él insistió y la convenció, y ella accedió a ir sola, cosa muy rara", apuntó Bertoldi.

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Daniela tenía apenas ocho meses cuando su mamá, Marta Romero, desapareció para siempre. Tras el crimen, se crió con la familia de su abuela materna y también cree que su padre es el responsable del crimen de su madre.

Daniela tenía apenas ocho meses cuando su mamá, Marta Romero, desapareció para siempre. Tras el crimen, se crió con la familia de su abuela materna y también cree que su padre es el responsable del crimen de su madre.

"Ese día yo estaba trabajando en el taxi. Como a las 8 y media o 9 de la noche, él pasó por la parada de calle 25 de Mayo con mi primo –hermano de Marta– y me preguntó si la había visto y dijo que estaba desaparecida desde las 6 de la tarde. Le dije que no la había visto. A las 10 me vuelve a llamar mi primo desde la casa para decirme que Marta no había aparecido y me pidió ayuda. Fui con el auto y empezamos a buscarla. Arrancamos por Zenteno, tomamos Laprida, fuimos por Bulevar y al llegar a la dársena del hospital Iturraspe, frente a la cancha de Unión, estaba el auto de Marta, abandonado. Nunca más se supo nada de ella", recordó.

Consultado sobre los días posteriores a la desaparición, Bertoldi señaló que ha pasado mucho tiempo y aclaró que sólo iba a referirse a las cosas que realmente se acuerda, entre ellas un allanamiento en el country Los Molinos que no fue exitoso: "La investigación fue por varios lados, varios jueces y varios fiscales, pero sin resultados. Evidentemente él se encontró con Marta, la mató y después fue a la casa, se bañó y se fue al estudio jurídico a esperarla, sabiendo que ya no iba a llegar", afirmó.

Finalmente, se refirió al impacto que generó en la familia de Marta la noticia del femicidio de Ana María Alurralde y la posterior imputación y condena de Fernández: "Cuando vi la noticia de que lo habían imputado por matar a la hermana del juez (N. de R.: Ana María era hermana del juez federal de Reconquista, Aldo Alurralde), ahí me cayeron las fichas. En la familia siempre tuvimos sospechas e indicios de que él había sido el culpable", concluyó.

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