El 17 de marzo de 1966 marcó un antes y un después en la población y la fisonomía de la ciudad de Santa Fe. Ese día se registró el pico de crecida del río Paraná en 6,94 metros llevándose en sus aguas al Parque Oroño, uno de los lugares favoritos de paseo de los santafesinos por ese entonces.
El recordado espacio se ubicaba al sur del acceso al Puente Colgante, entre el murallón costanero y la calle Grand Bourg, teniendo como límite sur la prolongación de la calle Ituzaingó, junto al Club de Regatas, en la zona que para muchos santafesinos se conocía como "la punta del Boulevard".
Ese parque, que por años los lugareños mostraron orgullosamente, comenzó a desaparecer cuando la gran crecida provocó primero el desplome de uno de sus murallones y parte de la vereda. Luego el agua arrasó la calle paralela al anterior sector y ocasionó otros daños.
El periodista Luis Mino recuerda en el sitio web Para Conocernos, que también desapareció una plazoleta triangular emplazada en el cruce de Avenida Alem con las calles Laprida e Ituzaingó, y un jardín en talud en el acceso al Puente Colgante.
Se trató de una de las crecidas del Paraná más importante, teniendo en cuenta no solo se dio la desaparición del paseo, sino también por la peligrosidad que significó para el Puente Colgante, dejando además serios destrozos en la costanera de la ciudad.
"La creciente de 1966 culminó en Puerto Santa Fe con una altura de 6,94 m, correspondiéndole un caudal de aproximadamente 42.000 m3/s", señalan Carlos Paoli y Mario Schreider en el segundo tomo de El río Paraná en su tramo medio.
Las aguas afectaron también otros accesos a la ciudad y las conexiones con otras localidades de la región. La Ruta Provincial 1, por ejemplo, fue sobrepasada en largos trechos entre las localidades de Saladero Cabal y Helvecia, entre Cayastá y Santa Rosa, y cerca de San José del Rincón. "Se ha estimado que en los momentos pico pasaron hacia el oeste de la RP 1 unos 14.600 m 3 /s por los arroyos Leyes y Potreros y por los cortes y rebase del camino", menciona el texto de los ingenieros de la Universidad Nacional del Litoral.
Leer más Un túnel del tiempo: digitalizan seis cintas que muestran cómo era Santa Fe en 1928
El caudal de las aguas encontró la Ruta Nacional 168 como barrera, alcanzando sin embargo, a taparla en algunos tramos.
Los casi siete metros de altura del río Paraná que sobrepasaron la Laguna Setúbal peligró la estabilidad del puente Colgante tras derrumbar el Parque Oroño.
"Cuando se temía por el Puente Colgante debido a la fuerte erosión que sufría la pila de margen izquierda, se decidió la voladura de tramos de la RP 168, para permitir una más fácil evacuación de las aguas", explican Paoli y Schreider.
En la web Para Conocernos se destaca que "en un determinado momento y por la presencia de gran cantidad de camalotes, la tubería corrió peligro ante la posibilidad de quiebres en las uniones de los caños. Por eso, el recordado Ingeniero Segundo Cabral, funcionario de la Dirección Nacional de Construcciones Portuarias y Vías Navegables, dispuso que sobre la plataforma de tránsito del Puente Colgante se armara la cañería terrestre a la Draga 311C Ministro Pistarini, uniendo sus extremos a la red de Obras Sanitarias, asegurando la provisión de agua a la ciudad de Santa Fe en la emergencia".
La costanera santafesina también sufrió grandes deterioros por el efecto erosivo de la corriente. Los incipientes asentamientos de La Guardia y Alto Verde fueron totalmente inundados.
Finalmente, la decisión de las autoridades de construir el nuevo puente, que se conoce como Oroño y sus accesos, significó la desaparición del resto del parque que quedó en pie y también de la zona edificada que comprendía dos manzanas de tamaño reducido encuadradas por Grand Bourg al este, Laprida al oeste, bulevar Gálvez al norte e Ituzaingó al sur, con Balcarce en el centro.
El tradicional paseo de los santafesinos que ostentaba un diámetro oval con un prolijo trazado de los jardines, su pérgola, el jardín francés con la reconocida Fuente de la Cordialidad (hoy en el acceso a la RN168), numerosos bancos de madera, flores y árboles, pasó entonces a los anales de la historia de la ciudad ese 17 de marzo de 1966.
Te puede interesar